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Es de suponer que el Congreso es el lugar donde los representantes electos se reunen para expresar la voluntad del pueblo. Ante una situación de preocupación social como la corrupción en España, ejemplificada -entre otros- en el caso Bárcenas, es natural que unos representantes exijan responsabilidades a otros representantes -los del partido al que ex-tesorero del PP perteneció- acerca de un asunto tan grave, eligiendo como instrumento una Moción sobre la regeneración democrática y lucha contra la corrupción política, para su debate en el Pleno. La única respuesta del Partido Popular ha sido la expulsión del hemiciclo de aquellos diputados -del grupo Izquierda Plural- que se atrevieron a intentar leer el texto de la Moción. Muy democrático todo, sí.
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