lunes, 11 de junio de 2012

A pesar del rescate, podemos seguir fieles a "La Roja"

Las coincidencias de los anuncios de ajustes, recortes y demás peligros para el bienestar de la clase trabajadora con noticias de índole deportivo se perfilan, cada día más, como parte de una estrategia de manipulación de masas, por parte de los grandes poderes, para eliminar cualquier capacidad crítica hacia tales medidas.

Lunes 11 de junio de 2012, comienza la semana laboral inmediatamente posterior al anuncio del préstamo a la banca privada, eufemismo del Gobierno español para referirse a un rescate de 100 mil millones de euros cuya responsabilidad de devolución recae sobre el propio Estado. En la práctica, las pérdidas de la banca privada han vuelto a socializarse entre todos los españoles. No pasarán muchos días hasta que nuevas medidas -otro eufemismo para referirse a recortes sociales y penalizaciones al nivel de vida de los trabajadores- sean anunciadas. Se sospecha que, como poco, habrá subida del IVA y de otros impuestos indirectos, los trabajadores públicos verán de nuevo empeoradas sus condiciones laborales, las prestaciones por desempleo serán reducidas y las pensiones serán de nuevo afectadas[1]. Ante una situación de tal calibre, el tema de conversación de este lunes tendría que ser el rescate y sus consecuencias. Pero no, muchos españoles prefirieron dejar a un lado las sombras de las penurias que se avecinan para evadirse en los goles del partido con la selección de Italia.

No se trata de algo nuevo. Los eventos deportivos de masas han sido tradicionalmente utilizados como elementos de distracción de la opinión pública ante anuncios de medidas impopulares por parte de las élites gobernantes. Podemos remontarnos al anuncio del "medicamentazo" en 1998, coincidente con la destitución del entonces entrenador de la selección española, Javier Clemente. Los titulares de prensa aquellos días se centraron exclusivamente en el destino del seleccionador, pasando a un segundo plano la reducción de medicamentos disponibles para los usuarios de la Seguridad Social. Si atendemos al tópico de que el deporte es vida, también habría que añadir su condición de balón de oxígeno para las autoridades, que encuentran en las grandes noticias deportivas el instrumento perfecto para disminuir el impacto mediático de sus perjudiciales medidas.

Sin embargo, es interesante -y esperanzador- ver como algunos medios de comunicación han publicado en estos días listados de otras coincidencias mediáticas entre anuncios negativos y sucesos deportivos[2][3]. Éstas se remontan al anuncio de la reforma laboral de 2010, coincidente con el debut de España en el Mundial. La siguiente reforma laboral, en febrero de 2012, también coincidió con otra noticia deportiva que copaba portadas, en este caso la clasificación para la Copa del Athletic de Bilbao y el FC Barcelona. Más recientemente nos encontramos con un mes de abril repleto de coincidencias deportivas: el anuncio de los Presupuestos Generales del Estado, el recorte de 10 mil millones en Sanidad y Educación, la aplicación del copago sanitario para los jubilados, el viaje del Rey a Botswana o la divulgación de los primeros resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) tras la reforma laboral. En cada caso ha habido coincidencias con noticias deportivas, fenómeno que también se ha repetido durante todo el asunto de Bankia.

Esta práctica de hacer coincidir en el tiempo temas trascendentales para la opinión pública con los asuntos deportivos es identificada por Noam Chomsky como la estrategia de la distracción[4], lo que a su juicio es el "elemento primordial del control social". Se trata de "mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real"[5], de modo que así se pueda "mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja como los otros animales"[6].

Así, los ciudadanos de a pie preferimos hablar de fichajes o de goles, de victorias de "nuestros" deportistas o la injusticia de sus derrotas. Resulta más cómodo hablar de temas triviales, en los que la mayoría estaremos de acuerdo, alejándonos así de agrias polémicas a consecuencia de enfrentar nuestra percepción personal de los cambios políticos con las de otros ciudadanos, que podrían pensar distinto a nosotros. Nos instalamos en la comodidad de evitar el conflicto, pero rehuimos también el debate y, sobre todo, el sano ejercicio de pensar por nosotros mismos. Mientras tanto, otros lo hacen en nuestro lugar.

La estrategia de la distracción se repite una y otra vez. Si días antes del rescate, Mariano Rajoy hacía pedido a la selección española "una alegría ahora en estos tiempos tan complejos y difíciles"[7]; en esta ocasión, una vez consumado el rescate -con toda la incertidumbre en ciernes-, el Presidente apostillaba: "Me voy a la Eurocopa porque se ha resuelto la situación, la pena es que me perderé el partido de Nadal"[8].


[1] Ignacio Escolar: "La letra pequeña del rescate a España". El Diario, 9 de junio de 2012.
[2] "¿Casualidad o predeterminación? Cuando el deporte tapa la crisis". La Información, 10 de junio de 2012.
[3] "Fútbol y recortes, 'unidos' durante la crisis". El Mundo, 3 de mayo de 2012.
[4] Noam Chomsky: "Las 10 estrategias de manipulación mediática". 6 de marzo de 2012.
[5] VVAA (1979): Armas silenciosas para guerras tranquilas, p.23.
[6] Ibid, 24.
[7] "Rajoy les pide a los jugadores españoles una alegría para el país". Sport, 1 de junio de 2012. [8] "Rajoy: El rescate es "muy bueno" y el Gobierno "sabe perfectamente adónde va"". El Huffington Post, 10 de junio de 2012.

1 comentario :

  1. Eso de la estrategia de la distracción es viejísimo. Los antiguos romanos lo llamaban "panem et circenses".

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