domingo, 9 de diciembre de 2012

La lucha de clases explicada por un empresario chino

De la vigencia de la lucha de clases no puede quedar dudas tras leer las declaraciones de un empresario chino afincado en España. Sus opiniones, coincidentes con los próceres del gran empresariado español, muestran las intenciones de los ataques dirigidos desde su clase hacia los derechos de los trabajadores.

Hay que agradecer al empresario chino Fernando Zhou su sinceridad en la entrevista que recientemente concedió al periódico El País[1]. En sus declaraciones defendía abiertamente la reciente reforma laboral, se mostraba en contra del derecho a huelga y a favor del despido gratuito, justificando esto último con que tal medida incentivaría a los empleados a trabajar más.

Las palabras del empresario chino no tardarían en ser desaprobadas por parte de muchos de los participantes de los foros que hicieron eco de la noticia. Algunos calificaban tales declaraciones como propias de un esclavista; otros, menos sutiles, sugerían al empresario el inmediato regreso a su país de origen[2].

A todo esto, basta con tirar de hemeroteca para encontrar declaraciones similares, quizás menos directas, de homólogos españoles que defienden los mismos principios de reducción de derechos de los trabajadores. Entre aquellas se pueden encontrar las del ahora infame Díaz Ferrán, quien pedía a los trabajadores aquello de que hay que trabajar más y ganar menos[3], y las de su actual sucesor en la presidencia de la CEOE, Juan Rosell, quien aboga por la limitación del derecho a huelga[4]. No obstante, el problema de la precariedad laboral en España no se solucionaría deportando al señor Zhou a China, incluso aunque fuese acompañado de Díaz Ferrán y Rosell.

Las declaraciones del empresario chino sugieren la vigencia de la denominada lucha de clases, es decir, el choque de intereses entre las fuerzas que controlan el capital y quienes ofrecen su fuerza de trabajo en cualquiera de sus variantes. Ya identificada por Nicolás Maquiavelo en el siglo XV, esta lucha, connatural a toda sociedad dividida en clases, ha existido desde siempre, adaptada a las situaciones coyunturales de cada época.

En la actualidad esta lucha se ha recrudecido fundamentalmente desde una de las partes. Mientras la clase trabajadora apenas comienza a reaccionar, los grandes poderes financieros plantean, como próximo botín de guerra, el modelo de sociedad sugerido por el empresario en la entrevista. La ciudadanía se encuentra en el punto de mira de un grave proceso de destrucción de derechos políticos, sociales y sindicales cuyo final no puede ser otro que la desaparición de todo atisbo de libertad e igualdad.

Las élites financieras, y sus partidarios, están imponiendo unas nuevas reglas para un juego en el que, en estos momentos, se saben ganadores. Por primera vez en la historia, las conquistas sociales van en retroceso mientras la sociedad aún no tiene claro de dónde vienen los tiros. Así, muchos ciudadanos siguen culpando a los políticos en general, como si fuesen una clase aparte, mientras otros se conforman con señalar a los funcionarios, a los sindicalistas o a los inmigrantes como la causa del problema.

Las palabras de Zhou, sin embargo, son clarísimas al respecto: "Los [trabajadores] chinos apoyan al empresario. Si el negocio no va bien, se bajan el sueldo. Y los [trabajadores] españoles quieren que se cumplan sus derechos. España va mal". El problema queda reducido, desde su punto de vista, al pavoroso pragmatismo de que los derechos de los trabajadores han de estar subordinados al éxito de los negocios, cosa que guarda sospechosa similitud con la necesidad de someter la soberanía nacional a los dictados de los mercados.

¿Acaso no se trata del principal postulado del dogma neoliberal? Los gobiernos actuales se han atribuido el papel de ejército de choque contra la clase trabajadora, por esto todas las medidas de austeridad van en su perjuicio. Declaraciones como las de Zhou han de ser tomadas como una pista clara del futuro que nos depara a la mayoría si nos mantenemos ajenos a todo lo que está pasando, en definitiva, desclasados. Esta situación sólo se podrá revertir, o al menos frenar, cuando la ciudadanía tome conciencia de clase y pase a reclamar con una sola voz los derechos que jamás le debieron ser ni siquiera discutidos.


[1] "“Con despido gratis se trabajaría más”". El País, 6 de diciembre de 2012.
[2] Véanse, por ejemplo, los comentarios al respecto en Menéame, 7 de diciembre de 2012.
[3] "Díaz Ferrán desata la tormenta: "Hay que trabajar más y ganar menos para salir de la crisis"". Expansión, 14 de octubre de 2010.
[4] "Rosell aplaude la reforma laboral y pide revisar el derecho de huelga". Público, 15 de febrero de 2012.

sábado, 8 de diciembre de 2012

Diccionario de la Crisis: bancarización

bancarización.
1. f. Econ. Acción y efecto de poner en manos de la banca privada el control de las cajas de ahorros bajo la excusa de la mala gestión llevada, hasta entonces, por los políticos. Con la bancarización de las cajas no sólo se pone en manos privadas, a bajo precio, el capital y el patrimonio social acumulado durante años sino que además se termina con su labor social que, aunque sea un simple paliativo, al menos ha podido mantener líneas de ayuda al tercer sector que han sido fundamentales en la lucha contra la exclusión social.*


[*] Definición desarrollada a partir del artículo de Juan Torres "La bancarización de las cajas de ahorros es un robo al Estado y al pueblo". ATTAC, 4 de julio de 2011.

domingo, 2 de diciembre de 2012

Cuando José María Aznar evoca a las hemorroides para referirse a España

Este artículo reseña, con toda la ironía posible, la curiosa manera en la que Aznar critica a los políticos actuales, a los que acusa de haberse convertido en un grave problema del país. Por supuesto, según el expresidente, los de su partido no se encuentran en la lista.

Sin acritud -como solía decir su eterno rival político-, las últimas palabras del expresidente español dan para hacer algún chascarrillo sobre los efectos que pudiera tener, en su anatomía menos interna, la fuerte gastroenteritis por la que recientemente fue hospitalizado[1]. Son las consecuencias de evocar al imaginario popular. Resulta que el ahora flamante consultor de Endesa decide utilizar algunas palabras que hacen inevitable recordar el eslogan que cierta compañía farmacéutica utilizaba para anunciar su producto estrella contra las hemorroides. José María Aznar ha declarado que él también "sufre en silencio"[2].

A pesar de que nadie dude de las capacidades de hacer negocios del otrora autoproclamado mejor amigo de George Bush Jr., es dudoso pensar que Aznar tuviese en mente el hemoal cuando decidió soltar tal perla. Que al tercero de las Azores le gusta hablar, sentirse protagonista, dejar claro que como él ya no hay nadie, ya lo ha demostrado en otras ocasiones. Ningún momento podía ser mejor que el de la presentación de su obra autobiográfica, el mejor lugar para agasajar a la flor y nata de la España una y libre, bajo los focos y flashes de la caverna mediática, con lo más selecto de sus batallitas personales. Resulta inevitable imaginarse el morbo que le supondría ver reunidos a sus dos delfines, momento perfecto para reprochar al hijo predilecto su negativa a aceptar su cetro tras su brusca transformación en oveja descarriada[3]; muy posiblemente al mismo nivel de la nostalgia con la que en su libro evoca el momento en el que -según él dice- los grandes líderes del momento le rogaron que se presentase a su tercera reelección[4].

El estadista, que afirma sin complejos que a su salida dejó "el país más rico de la historia de España"[5], ahora dice que "los políticos se han convertido en un problema grave para el país"[6]. Conviene aclarar, por supuesto, que el sucesor de Fraga excluye de aquel fatídico conjunto de representantes públicos a los de su partido. Para el expresidente es mucho más preocupante el "taifismo" en el que, según él, se encuentra sumida la izquierda que la extensa lista de imputados de su propio partido por asuntos turbios. Mucho peor ve, por supuesto, la legalización de Bildu que la construcción de aeropuertos fantasmas, estaciones de AVE en medio de la nada o la masacre del Madrid Arena. Al fin y al cabo, respecto temas tan terrenales, ya lo dijo aquella fiel seguidora que consiguió dar letra a las famosas peinetas de Aznar[7]: "¡que se jodan!"[8].

Y es que este enemigo declarado de Sadam y el pueblo iraquí, a quien la historia no absolverá, bien sabe que las encuestas poco a nada favorecen a su formación política. De algún modo, tenía que aprovechar la coyuntura mediática que le proporcionaba la presentación de su libro para echar un capote, a su manera. ¿Qué mejor que adaptarse a los tiempos que corren y culpar de todo a los políticos? A todos menos a los de su partido, no vaya a ser que no les voten por su culpa. Hay que comprender que Rajoy no tiene, por más que la busca, ninguna burbuja inmobiliaria en la que apoyarse -la misma de que la ahora Aznar reniega-, mientras la herencia recibida tiene cada día menos credibilidad. Al actual presidente sólo le queda el eco de aquella voz que afirmaba que España iba bien, aunque le faltase añadir que sólo iba bien para los de siempre.


[1] http://politica.elpais.com/politica/2012/10/27/actualidad/1351368726_168607.html
[2] http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/02/espana/1354440862.html
[3] http://www.eldiadecordoba.es/article/espana/1406799/aznar/agradece/rajoy/y/rato/lo/mucho/han/hecho/y/siguen/haciendo/por/espana.html
[4] Aznar, J.M. (2012): Memorias I. Planeta, p.5.
[5] http://www.publico.es/espana/146473/aznar-deje-como-herencia-el-pais-mas-rico-de-la-historia-de-espana
[6] http://noticias.lainformacion.com/espana/aznar-cree-que-los-politicos-se-han-convertido-en-un-problema-grave-para-espana_KGsIuNKHdMQ7K3E2R8bhY4/
[7] http://elpais.com/elpais/2010/02/18/actualidad/1266484644_850215.html
[8] http://www.lavanguardia.com/politica/20120713/54324975022/andrea-fabra-que-se-jodan.html