Tanto que se habla de ella, apenas nadie sabe cómo es, ni de qué se trata. Quizás sea como las meigas que, al igual que nuestro presidente, son gallegas y nadie las ha visto; pero no hay duda de que haberlas, haylas.
De la marca España sabemos que hay mucha gente que habla de ella, incluso hay una página web que intenta contar en qué consiste. En aquel sitio la definen como "una política de Estado"[1], lo cual hace suponer de inmediato que ésta se encuentra dirigida desde Berlín para mayor gloria de los mercados europeos. Incluso explican que su objetivo es "mejorar la imagen de nuestro país, tanto en el interior como más allá de nuestras fronteras, en beneficio del bien común", aclarando que "corresponde a los poderes públicos diseñar políticas que mejoren dicha imagen"[2]. Así que habrá que descartar, pese a las evidencias, que la marca España sea la escandalosa corrupción -tan criticada desde el extranjero[3]- o la bochornosa imagen del monarca posando junto al cadáver de un elefante[4]. Tampoco se corresponde la marca España con la de ningún fabricante de televisores, por mucho que el presidente insista en "dar la cara" a través de aquéllos, ni con ningún constructor de puertas giratorias, a pesar de que un gran número de ex-altos cargos políticos disfrute en la actualidad de importantes puestos en la empresa privada[5].
En la búsqueda de pistas que ayuden a aclarar el sentido de inventarse algo como la marca España, nos indican que en su planteamiento "debe primar los términos económicos, coadyuvando a la recuperación del crecimiento y del empleo"[6]. Desde luego, no hace falta que se insista en que los términos económicos priman sobre lo demás. Que se lo digan, si no, a la inmensa mayoría de los ciudadanos usuarios de unos servicios públicos de sanidad o educación, cuyos presupuestos son continuamente reducidos. Quizás, a todo esto, la marca España se identifique con los recortes. Pero es que los recortes no ayudan a crear empleo, como demuestran las siempre crecientes cifras de paro, dato que, por cierto, sí que tiene bastante proyección internacional[7]. Ante este drama, la ocurrencia de un gran defensor de la marca España -el presidente de la patronal de empresarios- es proponer que el número de desempleados pase a contabilizarse según otro criterio. Claro está que la preocupación de la oligarquía empresarial de este país no es la reducción del desempleo sino extraer las máximas ventajas de la coyuntura actual, imponiendo una reforma laboral que, además de mostrarse ineficaz para crear puestos de trabajo, reduzca las condiciones laborales de quienes aún trabajan.
Los promotores de la marca España insisten en su web que éste "es un país rico en historia que también se apoya en la modernidad". Rico en historia, por supuesto, aunque el partido en el Gobierno se empeñe en enterrar su memoria en las mismas cunetas en las que aún yacen miles de represaliados por el régimen de Franco, cuyos descendientes han de acudir a jueces argentinos para encontrar la justicia que aquí y ahora se les niega[8]. En cuanto a la modernidad de la que hablan tan sólo hay que comprobar el sistemático planeamiento de leyes retrógradas y regresivas, como la que limita el derecho de la mujer a decidir libremente sobre su cuerpo o la vuelta de los catecismos a las escuelas públicas.
A pesar de todas las explicaciones que puedan darnos sus promotores, sigue siendo complicado encontrar un sentido a la marca España. ¿Se referirán, pensándolo bien, a la cultura del pelotazo que tan buen rendimiento dio a unos pocos?, ¿o a la España de los aeropuertos vacíos, líneas de AVE infrautilizadas con dudosos trazados, mientras se suprimen servicios actualmente utilizados por más de millón y medio de viajeros al año[9]?
Quizás la clave está, como siempre, en el pan y circo. Ya que no podemos presumir de otra cosa, hagámoslo de los éxitos de nuestros deportistas profesionales, convertidos "en un ejemplo de superación y espejo para toda la sociedad"[10]. Quizás por eso sólo nos dejan salir a las calles para celebrar una Eurocopa o un Mundial, pero los defensores de la marca España dan órdenes de tolerancia cero hacia quienes deciden manifestarse para exigir soluciones a esta insostenible situación. La marca España se convierte así en rostros ensangrentados a golpes, ojos reventados por pelotas de goma, familias expulsadas de sus casas a la fuerza y cientos de multas en toda la geografía. De modo que, quien sale a la calle por algo distinto a celebrar un gol pasa a ser el "enemigo", se le llama "nazi" o se le acusa de "pro-etarra".
Mientras tanto, -salvo honrosas excepciones- una parte de aquellos deportistas de élite a quienes piden que adoremos siguen el ejemplo de otros defensores de la marca España y llevan sus dineros a paraísos fiscales. Quizás, en este punto, la marca España sea la creciente desigualdad entre los ricos y el resto de la población. Una población que ve impotente subir los impuestos indirectos, como el IVA o los carburantes, mientras sus sueldos menguan. Eso, quienes aún disfrutan de una paga; quienes no, ni siquiera están seguros si serán atendidos en los hospitales públicos con todas las garantías sanitarias[11]. Ante tal panorama, ¿es de extrañar que cada vez más españoles decidan emigrar a países sin marca pero que, al menos, dan una oportunidad a quienes quieren trabajar?
Quizás, después de todo, la marca España sea, como afirman los geniales Riot Propaganda "un padre de familia buscando en la basura"[12]. Por ello tenemos un ministro que no duda en recomendarnos ducharnos con agua fría, tomar yogures caducados y, si se tercia, unas tapas de gusanos que "cuando están fritos y son pequeñitos no son desagradables"[13].
[1] "¿Qué es marca España?". Alto Comisionado del Gobierno para la Marca España.
[2] Ibid.
[3] "'The New York Times' publicará un reportaje sobre la corrupción en España". El Economista, 18 de enero de 2013.
[4] "El Rey también cazó elefantes en Zimbabue a casi 6.000 dólares la noche". El Confidencial, 17 de abril de 2012.
[5] "Las “Puertas Giratorias” en la política española". 8 de marzo de 2013.
[6] "¿Qué es marca España?", op. cit.
[7] "Spain Is Beyond Doomed: The 2 Scariest Unemployment Charts Ever". The Atlantic, 26 de abril de 2013.
[8] "La jueza argentina calcula que habrá imputaciones por los crímenes del franquismo en un año". Público, 18 de mayo de 2013.
[9] "Fomento suprimirá 48 líneas de Renfe". El País, 15 de mayo de 2013.
[10] "¿Qué es marca España?", op. cit.
[11] "La sanidad valenciana retira una prótesis de 152 euros a un joven que no podía pagarla". Público, 5 de mayo de 2013.
[12] "El miedo va a cambiar de bando" del álbum United Artists of Revolution (2013).
[13] "El ministro más rico bebe yogures caducados, se ducha con agua fría y… come gusanos". El Plural, 18 de mayo de 2013.
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