martes, 11 de septiembre de 2012

Una entrevista como Dios manda

La reciente entrevista de Mariano Rajoy en TVE no ha pasado de ser una operación de limpieza de imagen de un Gobierno duramente tocado por el descrédito ante la opinión pública. En contraste con la benevolencia de las cuestiones planteadas, se ha echado en falta preguntas relacionadas con la realidad que sufre la población en los tiempos actuales.

Algo no funciona bien en España cuando el simple hecho de que su presidente conceda una entrevista sea presentado ante la sociedad como todo un acontecimiento. Lo que tendría que ser un ejercicio periódico de transparencia hacia la ciudadanía ha quedado reducido a un triste paripé de respuestas ambiguas a preguntas que parecían seguir un guión preestablecido[1].

Poco podía esperarse de este presidente poco amigo a dar la cara, más aún en una entrevista realizada en su  propia cancha, en una televisión modelada según sus intereses a golpe de despidos y destituciones[2]. Como tal, el telespectador se encontró ante una edulcorada autopromoción del presidente, muy en la línea de los planes de mejora de imagen recientemente anunciados por su partido[3]. Tampoco podía esperarse mucho más de un elenco de periodistas de perfil similar -unos más escorados al neoliberalismo del Gobierno, otros a su sucedáneo socioliberal, el del PSOE- que, como mucho, se atrevieron a plantear la cuestión del reiterado incumplimiento del programa electoral del PP, sin profundizar en ello.

El rescate, supuestamente el tema estrella de la entrevista, ha dejado de ser repentinamente una amenaza sobre la ciudadanía para convertirse en una intrascendental elección a manos del presidente, un asunto sobre el que finalmente no aclaró nada. Por lo demás, no se plantearon temas realmente importantes como hubieran sido la actual destrucción por decreto de la sanidad y educación públicas; la creciente pobreza que ya afecta a uno de cada cuatro españoles[4], mientras la fractura entre ricos y pobres es cada vez mayor; o la inutilidad de una amnistía fiscal que, además de profundamente injusta, estaba desde el principio abocada al fracaso[5]. También se echó de menos que alguien le preguntase por la motivación real de una reforma laboral que sólo sirve para facilitar el despido, por mucho que el presidente Rajoy insistiera en la entrevista de que se trata de un "instrumento decisivo". Tan decisivo que la Organización Internacional del Trabajo anunció recientemente que España ha batido el récord mundial de paro que, presumiblemente, mantendrá al menos hasta el 2015[6].

Ninguna pregunta referida a Bankia ni a su compañero de partido Rodrigo Rato. Ningún entrevistador sugirió nada acerca de depurar responsabilidades ante todo lo que está cayendo. Nadie cuestionó que este Gobierno parezca mantener la tradición de otorgar puestos de responsabilidad a dedo[7]. El corporativismo brilló por su ausencia ante el hecho de que ninguno de los periodistas aprovechase la ocasión para quejarse de la descarada purga de periodistas en RTVE, que continúa hasta día de hoy[8].

La moraleja de Rajoy es que los españoles "no entienden" lo que hace el ejecutivo. Efectivamente, resulta difícil de entender lo que no se explica, lo que contradice promesas previas a las elecciones, lo que convierte un programa electoral en un simple folleto de supermercado. Resulta imposible entender tantas cosas en este país de la falta de transparencia, como los motivos por los que hay privilegiados que se libran de los recortes mientras la situación de muchas familias es cada vez más insostenible. Igualmente es imposible entender la falta de soberanía del Estado español, plegado a las exigencias de la banca europea y, desde hace unos días, a las de una multinacional del juego[9]. Lamentablemente, a ninguno de los cinco periodistas se le ocurrió -o autorizó- a plantear tales cuestiones.


[1] "Rajoy da la cara en televisión". Público, 10 de septiembre de 2012.
[2] "‘The Guardian’ destaca las “purgas” del Ejecutivo de Rajoy en RTVE". El Plural, 6 de agosto de 2012.
[3] "El PP anuncia una campaña surrealista para hacer cómplices de los recortes a sus víctimas". Público, 18 de agosto de 2012.
[4] "La pobreza extrema se acentúa en España: Una de cada cuatro personas en España roza el umbral de la pobreza". 9 de septiembre de 2012.
[5] "La amnistía fiscal de Rajoy fracasa y tan sólo logra recaudar 50 millones". Noticias de Álava, 10 de septiembre de 2012.
[6] "España bate el récord mundial de paro, según el Financial Times Deutschland". ABC, 10 de septiembre de 2012.
[7] "Hijos, hermanos, cuñados… el Gobierno tira de la familia para los altos cargos". El Confidencial, 18 de marzo de 2012.
[8] "TVE se 'desayuna' a tres tertulianos progresistas". Público, 10 de septiembre de 2012.
[9] "Soria abre la puerta a cambios legales para acoger Eurovegas". Levante, 10 de septiembre de 2012.

4 comentarios :

  1. Ahora entiendo por que tardó tanto en aparecer en TVE el presidente ... tenía que limpiarla de posibles periodistas impertinentes ayer mas que una entrevista periodistica parecía un homenaje de reconocimiento o algo similar ¡vaya preguntas, vaya periodistas criticos, vaya periodismo! ... ¡valientes, se les ve valientes, ... ni por las preferentes le preguntaron!

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  2. No sé por qué, ayer cuando estaba viendo y escuchando a Rajoy y a sus periodistas, me acordé del cura de mi pueblo que le gustaba celebrar misa rodeado de 4/6 monaguillos.

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  3. Están haciendo cambios en la telespañola, ahora emiten sangre y arena, porno y estafas en horario infantil.

    Yo intenté reunir fuerzas para verlo, por si María Casado acababa con boceras, pero es que ese tufo a chicle y chanpán barato me tiró patrás.

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  4. Muy bueno el artículo. A mi también me da la sensación de que la estrevista de anoche se enmarca dentro de una campaña de "limpieza de imagen" de Rajoy. Y nada mejor que empezar por dar la cara en la recien renovada (al gusto PPero, eso si) TVE.
    Hoy, sus más fieles seguidores destacan lo claro y rotundo que estuvo el "presi" ayer, pero lo cierto es que fué una entrevista a la medida de sus posibilidades: superficial, sin preguntas incómodas y muy adaptadas a la ambigüedad con la que suele responder en todas sus entrevistas.

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