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A pesar de sus atronadores golpes de pecho nacionalistas, la derecha catalana no tarda en cerrar filas con su homóloga española y la élite bancaria al defender a Rodrigo Rato ante la intervención de David Fernàndez ayer en el Parlament. Para Duran i Lleida el diputado de la CUP es un "impresentable" por calificar de "gángster" al ex-presidente de Bankia y actual asesor en el Santander. Una reacción completamente lógica desde la perspectiva de aquéllos cuya única patria es el dinero. Quizás sería cuestión de consultar al pueblo qué opina acerca de aquella casta política continuamente salpicada por casos de corrupción, comprada por los grandes poderes económicos que aseguran indefectiblemente sillones en consejos de administración a quienes hacen -como diría el señor Rajoy- lo que tienen que hacer. Especialmente habría que preguntar a los ciudadanos que sufren recortes en servicios esenciales, en derechos, a quienes sufren directamente o indirectamente el drama de los desahucios, a esa creciente población de precarios, cuya única alternativa al desempleo es el modelo Eurovegas. Ante tales cuestiones es seguro que todas esas personas anónimas, que jamás serán invitadas a dar un discurso en algún parlamento, tendrán muy claro quiénes son los verdaderos impresentables.
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