Este artículo continúa el recorrido por el programa electoral de Syriza para las elecciones de junio de 2012 en Grecia, centrándose en esta ocasión en las propuestas relacionadas con la gestión de los cuerpos de seguridad del Estado y el Ejército, analizando asimismo la posibilidad de su extrapolación a la realidad española.
Si en artículos anteriores se revisaron las propuestas relacionadas con la deuda pública o la política fiscal, en éste se analizarán las políticas relacionadas con la gestión de los cuerpos de seguridad del Estado y el Ejército propuestas por Syriza en su programa electoral[1]. Como ejercicio de política-ficción, se planteará la posibilidad de su extrapolación al Estado español.
Desmilitarizar la guardia costera y disolver las fuerzas especiales antidisturbios. Prohibir la presencia de policías encubiertos o con armas de fuego en las manifestaciones y mítines. Cambiar los planes de estudio de los policías para poner énfasis en los temas sociales, como la inmigración, las drogas o la exclusión social.
Desmilitarizar la guardia costera y disolver las fuerzas especiales antidisturbios. Prohibir la presencia de policías encubiertos o con armas de fuego en las manifestaciones y mítines. Cambiar los planes de estudio de los policías para poner énfasis en los temas sociales, como la inmigración, las drogas o la exclusión social.
Cada estado tiene sus particularidades en cuanto a la estructura de sus cuerpos de seguridad y sus ejércitos. Al igual que en Grecia, las actuales políticas de recortes en España inevitablemente conllevan protestas ciudadanas a pie de calle. Como diría el tópico, en la actualidad se ataca al síntoma -las protestas- y no al problema -las injustas políticas de recortes-. En España, la reciente ley aprobada que considera la resistencia pasiva atentado a la autoridad[2], además de entrar en conflicto con el derecho a la manifestación pacífica, busca convertirse en un elemento disuasorio hacia la protesta. Sería muy necesario un replanteamiento, por parte de la casta política gobernante, si el endurecimiento sistemático de las leyes contra las movilizaciones sociales es lo más indicado y democrático.
La actitud de la delegaciones de Gobierno de utilizar a los cuerpos antidisturbios como fuerzas de choque contra los manifestantes recuerda demasiado a grises épocas pasadas. Últimamente se repiten en exceso casos donde "los informes médicos y las imágenes de vídeo confirman que la Policía antidisturbios había golpeado con sus porras a manifestantes aparentemente pacíficos y había disparado proyectiles de goma contra ellos"[3]. Las denuncias al respecto se elevan a organizaciones internacionales como Amnistía Internacional o Human Rights Watch[4].
Resulta muy peligroso, desde una perspectiva democrática, el rol represivo que, desde esfera gobernante, se pretende dar a una institución que aspira a ser un servicio público ejemplar. El compromiso de las fuerzas políticas a utilizar herramientas de diálogo y participación ciudadana en vez del miedo institucionalizado sería muy importante en aras de la salud democrática del Estado.
Llama la atención la referencia explícita en el programa de Syriza al asunto de los agentes infiltrados en las movilizaciones. La experiencia en España de introducir policías encubiertos en las manifestaciones parece no tener mucho éxito en cuanto a evitar confrontaciones[5]. Cualquier cuerpo de policía moderno ha de anteponer la mediación a la confrontación[6], sobre todo teniéndose en cuenta que sus interlocutores son ciudadanos asfixiados por recortes injustos mientras, entre otras cosas, bancos privados nefastamente gestionados son rescatados con el dinero de aquellos recortes[7].
La propuesta de Syriza de adaptar los planes de estudio de los cuerpos de policía a la realidad social es algo necesario para alcanzar ese objetivo de institución ejemplar al servicio de la ciudadanía y no de los grandes poderes. No obstante, si bien es importante que no existan adoctrinamientos en los planes de estudio para evitar que luego se confunda al ciudadano con el "enemigo"[8], no podemos olvidar la responsabilidad última de aquellos que, desde sus sillones en las delegaciones de gobierno, dan las órdenes.
Negociar un acuerdo estable con Turquía.
La histórica rivalidad entre Grecia y Turquía conlleva una guerra fría a pequeña escala entre ambos países, cuya principal consecuencia es un sumidero de dinero que sólo beneficia a la industria bélica. La perenne situación de tensión entre ambos estados es la excusa para mantener un sangrante presupuesto en defensa que, como veremos más adelante, es una de las causas de su actual situación económica.
Los lobbies de armamento mucho tienen que decir acerca de los pocos esfuerzos diplomáticos realizados para alcanzar un entendimiento entre estos vecinos. El establecimiento de marcos de cooperación entre ambos estados, al amparo tanto de Naciones Unidas como la Unión Europea, sería lo más deseable para la estabilidad de la zona.
Rebajar drásticamente el gasto militar.
El gasto militar en Grecia ha sido simplemente escandaloso. Entre los años 1999 y 2011 Grecia ha sido el cuarto mayor importador mundial de armamento[9]. A pesar de las duras condiciones económicas por las que está pasando, su presupuesto en defensa para 2012 se prevé que aumente un 18,2% respecto al año anterior[10]. La excusa de la amenaza turca, como se comentó en un punto anterior, representa una hipoteca para el Estado griego que agrava aún más su maltrecha economía.
No dejan de ser llamativas las condiciones impuestas por la troika comunitaria para el rescate a Grecia que, si bien obligan al desmontaje de su escaso Estado del Bienestar, no afectan a su presupuesto militar. El Ministerio de Defensa griego es un importante cliente de las industrias bélicas de Alemania, Francia y EEUU[11]. Nuevos helicópteros franceses, submarinos y piezas de artillería de fabricación alemana han engrosado en los últimos meses el poderío militar de Grecia mientras su pueblo se hunde en la miseria. Gran parte de los fondos inyectados al país heleno son empleados en el sostenimiento de su arsenal militar lo que redunda, por tanto, en el beneficio de las industrias armamentísticas de los países antes mencionados.
Resulta escandaloso el hecho de que la Europa de la austeridad gaste 200 mil millones de euros anuales en defensa[12]. La larga mano del lobby del sector armamentístico vuelve a mostrar su influencia. En el caso español, destaca el hecho de que el actual ministro de Defensa, Pedro Morenés, haya sido -hasta su nombramiento- un importante representante del complejo militar industrial europeo[13].
La situación actual de Europa es incompatible con cualquier dispendio militar. Ante el ascenso de China, el centro de la geoestrategia mundial deriva desde su posición tradicional en el océano Atlántico hacia el Pacífico. Europa es quien más tiene que perder en este asunto. La actual opción militarista al seno de la OTAN terminará por relegar a Europa a un papel secundario en el escenario mundial, convertida en fiel escudero de los EEUU. La identidad de la Europa de los Pueblos, la Europa de los Derechos Humanos, la Europa del Bienestar ha de recuperarse si el Viejo Continente desea ser tenido en cuenta en el panorama internacional. Los presupuestos europeos han de orientarse necesariamente a la reconstrucción de una Europa social e innovadora, donde la primacía tecnológica y científica sean prioritarias[14]. De ahí, los presupuestos en educación, ciencia e investigación tendrían que crecer cada año. No se puede continuar en la trampa, como ha sido habitual en España, de desviar presupuestos desde otros ministerios para Defensa[15] o dedicar una parte de las inversiones en I+D para el desarrollo de armamento[16].
Retirada de las tropas griegas de Afganistán y los balcanes: ningún soldado fuera de las fronteras de Grecia.
La caída de la URSS en 1991 creó, en mucha gente, la falsa perspectiva de una paz duradera como consecuencia del fin de la Guerra Fría. Se hablaba incluso del fin de la Historia que "significaría el fin de las guerras y las revoluciones sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas"[17]. Sin embargo, aquel mismo año comenzaría en Irak una lista de intervenciones militares de las potencias occidentales, lideradas por los EEUU, que luego continuarían en Yugoslavia (1999), Afganistán (2001), Irak (2003) y -hasta el momento- Libia (2011).
Los EEUU, autoproclamados gendarmes del mundo, imponen los intereses de sus multinacionales a los de la Comunidad Internacional. Cuando las resoluciones de la cada vez más débil ONU no aprueban las intervenciones, EEUU y sus aliados de la OTAN se toman la libertad de guerrear donde les sea necesario.
A pesar de las justificaciones oficiales para llevar a cabo tales intervenciones -como la presunta existencia de armas de destrucción masiva, proteger a sectores de la población atacados por las milicias locales o desarticular bandas terroristas-, la opinión pública mundial cada vez tiene más claro que los motivos reales de tales intervenciones son el control de las materias primas además de ganar influencia sobre las políticas regionales[18]. A pesar de caer en lo políticamente incorrecto, el mejor término para definir la actitud de las potencias occidentales es neocolonialismo.
Para las potencias agresoras, el hecho de intervenir implica, para sus empresas privadas, el privilegio de poder participar en la posterior reconstrucción del territorio atacado. Se destruye para enriquecer a una oligarquía que, de este modo, no dudará en presionar a los gobiernos para que encuentren nuevos territorios a los que someter al terrible ciclo de destrucción y posterior reconstrucción. Los argumentos de lucha contra el terrorismo o razones humanitarias son simples justificaciones a la galería, habida cuenta de la enorme cantidad de bajas civiles producidas durante las intervenciones, además del notable descenso del nivel de vida para las poblaciones de la mayor parte de los estados atacados[19].
Por otra parte, las tropas enviadas a los territorios a intervenir están compuestas habitualmente de gente humilde, hijos e hijas de trabajadores que encuentran en la carrera militar una de las pocas huidas del desempleo. Es terrible que las grandes oligarquías fuercen a los gobiernos a enviar a trabajadores a luchar contra trabajadores.
La propuesta de Syriza de retirar las tropas griegas del extranjero tendría que ser seguida por el resto de los estados europeos. Una Europa plegada a los intereses de las multinacionales de la guerra, degradada a lugarteniente del Gendarme del Mundo -los EEUU-, no podrá aspirar jamás a tener peso real en el escenario internacional.
Cerrar todas las bases extranjeras en Grecia y salir de la OTAN.
El cierre de bases extranjeras en territorio nacional es un ejercicio de soberanía nacional que sería deseable en toda Europa. No deja de preocupar el hecho que una gran potencia extranjera disponga de extensiones de territorio en suelo nacional donde disponga de tropas y armamento que, a pesar de cualquier tratado bilateral existente, puede ser nuclear, químico o bacteriológico.
Como se expuso en puntos anteriores, la orientación atlantista de la UE es un error. La OTAN es un sumidero de dinero que obliga a continuas inversiones militares[20] e injustas intervenciones en terceros estados. La política militar europea tendría que orientarse exclusivamente a la defensa de sus fronteras y, por supuesto, de sus ciudadanos, dejando a un lado cualquier aspiración intervencionista y siempre según las resoluciones de Naciones Unidas.
Romper los acuerdos de cooperación militar con Israel. Apoyar la creación de un estado Palestino dentro de las fronteras de 1967.
Sobre la cuestión palestina hay una serie de resoluciones de Naciones Unidas -especialmente la 242- que dejan muy claro los pasos a seguir para la pacificación de la zona y conseguir una solución satisfactoria para ambas partes. El problema es que el Estado israelí es una superpotencia económica y militar que, además, cuenta con el apoyo de los EEUU. La Unión Europea ha de redoblar su compromiso para encontrar una solución diplomática a este problema.
Se entiende la ruptura de los acuerdos de cooperación militar con Israel desde el momento en el este estado está acusado de utilizar sus armas contra población civil palestina. La participación en proyectos conjuntos de índole militar implica, en cierto modo, que los recursos compartidos en tales acuerdos puedan ser utilizados contra civiles.
La actitud de la delegaciones de Gobierno de utilizar a los cuerpos antidisturbios como fuerzas de choque contra los manifestantes recuerda demasiado a grises épocas pasadas. Últimamente se repiten en exceso casos donde "los informes médicos y las imágenes de vídeo confirman que la Policía antidisturbios había golpeado con sus porras a manifestantes aparentemente pacíficos y había disparado proyectiles de goma contra ellos"[3]. Las denuncias al respecto se elevan a organizaciones internacionales como Amnistía Internacional o Human Rights Watch[4].
Resulta muy peligroso, desde una perspectiva democrática, el rol represivo que, desde esfera gobernante, se pretende dar a una institución que aspira a ser un servicio público ejemplar. El compromiso de las fuerzas políticas a utilizar herramientas de diálogo y participación ciudadana en vez del miedo institucionalizado sería muy importante en aras de la salud democrática del Estado.
Llama la atención la referencia explícita en el programa de Syriza al asunto de los agentes infiltrados en las movilizaciones. La experiencia en España de introducir policías encubiertos en las manifestaciones parece no tener mucho éxito en cuanto a evitar confrontaciones[5]. Cualquier cuerpo de policía moderno ha de anteponer la mediación a la confrontación[6], sobre todo teniéndose en cuenta que sus interlocutores son ciudadanos asfixiados por recortes injustos mientras, entre otras cosas, bancos privados nefastamente gestionados son rescatados con el dinero de aquellos recortes[7].
La propuesta de Syriza de adaptar los planes de estudio de los cuerpos de policía a la realidad social es algo necesario para alcanzar ese objetivo de institución ejemplar al servicio de la ciudadanía y no de los grandes poderes. No obstante, si bien es importante que no existan adoctrinamientos en los planes de estudio para evitar que luego se confunda al ciudadano con el "enemigo"[8], no podemos olvidar la responsabilidad última de aquellos que, desde sus sillones en las delegaciones de gobierno, dan las órdenes.
Negociar un acuerdo estable con Turquía.
La histórica rivalidad entre Grecia y Turquía conlleva una guerra fría a pequeña escala entre ambos países, cuya principal consecuencia es un sumidero de dinero que sólo beneficia a la industria bélica. La perenne situación de tensión entre ambos estados es la excusa para mantener un sangrante presupuesto en defensa que, como veremos más adelante, es una de las causas de su actual situación económica.
Los lobbies de armamento mucho tienen que decir acerca de los pocos esfuerzos diplomáticos realizados para alcanzar un entendimiento entre estos vecinos. El establecimiento de marcos de cooperación entre ambos estados, al amparo tanto de Naciones Unidas como la Unión Europea, sería lo más deseable para la estabilidad de la zona.
Regular el derecho a la objeción de conciencia en el servicio militar.
En Grecia el servicio militar es obligatorio, lo que hace necesario la promulgación de alguna ley que regule el derecho a la objeción de conciencia. El cumplimiento del punto anterior permitiría, a medio plazo, la no obligatoriedad del servicio militar en el Estado griego, al disminuirse la presión militarista.
El gasto militar en Grecia ha sido simplemente escandaloso. Entre los años 1999 y 2011 Grecia ha sido el cuarto mayor importador mundial de armamento[9]. A pesar de las duras condiciones económicas por las que está pasando, su presupuesto en defensa para 2012 se prevé que aumente un 18,2% respecto al año anterior[10]. La excusa de la amenaza turca, como se comentó en un punto anterior, representa una hipoteca para el Estado griego que agrava aún más su maltrecha economía.
No dejan de ser llamativas las condiciones impuestas por la troika comunitaria para el rescate a Grecia que, si bien obligan al desmontaje de su escaso Estado del Bienestar, no afectan a su presupuesto militar. El Ministerio de Defensa griego es un importante cliente de las industrias bélicas de Alemania, Francia y EEUU[11]. Nuevos helicópteros franceses, submarinos y piezas de artillería de fabricación alemana han engrosado en los últimos meses el poderío militar de Grecia mientras su pueblo se hunde en la miseria. Gran parte de los fondos inyectados al país heleno son empleados en el sostenimiento de su arsenal militar lo que redunda, por tanto, en el beneficio de las industrias armamentísticas de los países antes mencionados.
Resulta escandaloso el hecho de que la Europa de la austeridad gaste 200 mil millones de euros anuales en defensa[12]. La larga mano del lobby del sector armamentístico vuelve a mostrar su influencia. En el caso español, destaca el hecho de que el actual ministro de Defensa, Pedro Morenés, haya sido -hasta su nombramiento- un importante representante del complejo militar industrial europeo[13].
La situación actual de Europa es incompatible con cualquier dispendio militar. Ante el ascenso de China, el centro de la geoestrategia mundial deriva desde su posición tradicional en el océano Atlántico hacia el Pacífico. Europa es quien más tiene que perder en este asunto. La actual opción militarista al seno de la OTAN terminará por relegar a Europa a un papel secundario en el escenario mundial, convertida en fiel escudero de los EEUU. La identidad de la Europa de los Pueblos, la Europa de los Derechos Humanos, la Europa del Bienestar ha de recuperarse si el Viejo Continente desea ser tenido en cuenta en el panorama internacional. Los presupuestos europeos han de orientarse necesariamente a la reconstrucción de una Europa social e innovadora, donde la primacía tecnológica y científica sean prioritarias[14]. De ahí, los presupuestos en educación, ciencia e investigación tendrían que crecer cada año. No se puede continuar en la trampa, como ha sido habitual en España, de desviar presupuestos desde otros ministerios para Defensa[15] o dedicar una parte de las inversiones en I+D para el desarrollo de armamento[16].
La caída de la URSS en 1991 creó, en mucha gente, la falsa perspectiva de una paz duradera como consecuencia del fin de la Guerra Fría. Se hablaba incluso del fin de la Historia que "significaría el fin de las guerras y las revoluciones sangrientas, los hombres satisfacen sus necesidades a través de la actividad económica sin tener que arriesgar sus vidas en ese tipo de batallas"[17]. Sin embargo, aquel mismo año comenzaría en Irak una lista de intervenciones militares de las potencias occidentales, lideradas por los EEUU, que luego continuarían en Yugoslavia (1999), Afganistán (2001), Irak (2003) y -hasta el momento- Libia (2011).
Los EEUU, autoproclamados gendarmes del mundo, imponen los intereses de sus multinacionales a los de la Comunidad Internacional. Cuando las resoluciones de la cada vez más débil ONU no aprueban las intervenciones, EEUU y sus aliados de la OTAN se toman la libertad de guerrear donde les sea necesario.
A pesar de las justificaciones oficiales para llevar a cabo tales intervenciones -como la presunta existencia de armas de destrucción masiva, proteger a sectores de la población atacados por las milicias locales o desarticular bandas terroristas-, la opinión pública mundial cada vez tiene más claro que los motivos reales de tales intervenciones son el control de las materias primas además de ganar influencia sobre las políticas regionales[18]. A pesar de caer en lo políticamente incorrecto, el mejor término para definir la actitud de las potencias occidentales es neocolonialismo.
Para las potencias agresoras, el hecho de intervenir implica, para sus empresas privadas, el privilegio de poder participar en la posterior reconstrucción del territorio atacado. Se destruye para enriquecer a una oligarquía que, de este modo, no dudará en presionar a los gobiernos para que encuentren nuevos territorios a los que someter al terrible ciclo de destrucción y posterior reconstrucción. Los argumentos de lucha contra el terrorismo o razones humanitarias son simples justificaciones a la galería, habida cuenta de la enorme cantidad de bajas civiles producidas durante las intervenciones, además del notable descenso del nivel de vida para las poblaciones de la mayor parte de los estados atacados[19].
Por otra parte, las tropas enviadas a los territorios a intervenir están compuestas habitualmente de gente humilde, hijos e hijas de trabajadores que encuentran en la carrera militar una de las pocas huidas del desempleo. Es terrible que las grandes oligarquías fuercen a los gobiernos a enviar a trabajadores a luchar contra trabajadores.
La propuesta de Syriza de retirar las tropas griegas del extranjero tendría que ser seguida por el resto de los estados europeos. Una Europa plegada a los intereses de las multinacionales de la guerra, degradada a lugarteniente del Gendarme del Mundo -los EEUU-, no podrá aspirar jamás a tener peso real en el escenario internacional.
Cerrar todas las bases extranjeras en Grecia y salir de la OTAN.
El cierre de bases extranjeras en territorio nacional es un ejercicio de soberanía nacional que sería deseable en toda Europa. No deja de preocupar el hecho que una gran potencia extranjera disponga de extensiones de territorio en suelo nacional donde disponga de tropas y armamento que, a pesar de cualquier tratado bilateral existente, puede ser nuclear, químico o bacteriológico.
Como se expuso en puntos anteriores, la orientación atlantista de la UE es un error. La OTAN es un sumidero de dinero que obliga a continuas inversiones militares[20] e injustas intervenciones en terceros estados. La política militar europea tendría que orientarse exclusivamente a la defensa de sus fronteras y, por supuesto, de sus ciudadanos, dejando a un lado cualquier aspiración intervencionista y siempre según las resoluciones de Naciones Unidas.
Romper los acuerdos de cooperación militar con Israel. Apoyar la creación de un estado Palestino dentro de las fronteras de 1967.
Sobre la cuestión palestina hay una serie de resoluciones de Naciones Unidas -especialmente la 242- que dejan muy claro los pasos a seguir para la pacificación de la zona y conseguir una solución satisfactoria para ambas partes. El problema es que el Estado israelí es una superpotencia económica y militar que, además, cuenta con el apoyo de los EEUU. La Unión Europea ha de redoblar su compromiso para encontrar una solución diplomática a este problema.
Se entiende la ruptura de los acuerdos de cooperación militar con Israel desde el momento en el este estado está acusado de utilizar sus armas contra población civil palestina. La participación en proyectos conjuntos de índole militar implica, en cierto modo, que los recursos compartidos en tales acuerdos puedan ser utilizados contra civiles.
[1] Disponible en la web oficial de ΣΥ.ΡΙΖ.Α. (Syriza) y traducido al castellano en "El programa de la izquierda radical griega".
[2] "Interior considerará la resistencia pasiva un atentado a la autoridad". Público, 12 de abril de 2012.
[3] "Amnistía denuncia el "uso excesivo de la fuerza" de la policía contra el 15-M en 2011". El País, 24 de mayo de 2012.
[4] "HRW denuncia el 'uso excesivo de la fuerza' policial contra los indignados". Público, 22 de enero de 2012.
[5] "#29M: Mossos infiltrados volvieron a ser descubiertos en el Paseo de Gracia de Barcelona". Tercera Información, 30 de marzo de 2012.
[6] "Los Mossos crean una nueva unidad para mediar en conflictos". La Vanguardia, 28 de mayo de 2012.
[7] "Las cajas que integran Bankia tienen un político por cada 50 trabajadores". El Economista, 28 de mayo de 2012.
[8] "El jefe superior de Policía se refiere a los manifestantes como 'enemigos'". El Mundo, 20 de febrero de 2012.
[9] Fuente: Stockholm International Peace Research Institute en "Arms trade top list".
[10] Ignacio Escolar (2012): "Las cifras del rescate griego". 14 de febrero de 2012.
[11] Vicenç Navarro (2012): "Lo que no se dice sobre Grecia". 28 de marzo de 2012.
[12] "La UE gasta 200 mil millones de euros anuales en defensa". RIA Novosti, 21 de mayo de 2012.
[13] "Un Gobierno con los lobbies dentro". Público, 26 de diciembre de 2011.
[14] Una interesante reflexión al respecto se encuentra en Umberto Eco (2007): "Perspectivas para Europa" en A Paso de Cangrejo. Ed. Debate, p.47
[15] "La inversión en Defensa vuelve a crecer, frente al recorte en obra civil". El País, 21 de marzo de 2012.
[16] Pere Ortega y Xavier Bohigas (2010): La verdad del gasto militar español. Gasto e I+D militar en tiempos de crisis. Centre d’estudis per la Pau JM Delàs, Barcelona.
http://madrilonia.org/2011/10/espana-invierte-uno-de-cada-diez-euros-del-presupuesto-en-gasto-militar/
[17] Francis Fukuyama (1991): El fin de la Historia y el último hombre.
[18] Marinella Correggia (2011): "Mentiras repetidas (y verdades ocultas) en las cinco guerras imperialistas (y neocoloniales) en los ultimos 20 años". 22 de abril de 2011.
[19] Vid. Iman A. Jamas (2008): "La ocupación estadounidense de Iraq, el crimen más flagrante de la historia moderna". Rebelión, 15 de marzo de 2008.
[20] "Jefe de la OTAN propone a Europa invertir en armamento". RIA Novosti, 14 de mayo de 2012.
[2] "Interior considerará la resistencia pasiva un atentado a la autoridad". Público, 12 de abril de 2012.
[3] "Amnistía denuncia el "uso excesivo de la fuerza" de la policía contra el 15-M en 2011". El País, 24 de mayo de 2012.
[4] "HRW denuncia el 'uso excesivo de la fuerza' policial contra los indignados". Público, 22 de enero de 2012.
[5] "#29M: Mossos infiltrados volvieron a ser descubiertos en el Paseo de Gracia de Barcelona". Tercera Información, 30 de marzo de 2012.
[6] "Los Mossos crean una nueva unidad para mediar en conflictos". La Vanguardia, 28 de mayo de 2012.
[7] "Las cajas que integran Bankia tienen un político por cada 50 trabajadores". El Economista, 28 de mayo de 2012.
[8] "El jefe superior de Policía se refiere a los manifestantes como 'enemigos'". El Mundo, 20 de febrero de 2012.
[9] Fuente: Stockholm International Peace Research Institute en "Arms trade top list".
[10] Ignacio Escolar (2012): "Las cifras del rescate griego". 14 de febrero de 2012.
[11] Vicenç Navarro (2012): "Lo que no se dice sobre Grecia". 28 de marzo de 2012.
[12] "La UE gasta 200 mil millones de euros anuales en defensa". RIA Novosti, 21 de mayo de 2012.
[13] "Un Gobierno con los lobbies dentro". Público, 26 de diciembre de 2011.
[14] Una interesante reflexión al respecto se encuentra en Umberto Eco (2007): "Perspectivas para Europa" en A Paso de Cangrejo. Ed. Debate, p.47
[15] "La inversión en Defensa vuelve a crecer, frente al recorte en obra civil". El País, 21 de marzo de 2012.
[16] Pere Ortega y Xavier Bohigas (2010): La verdad del gasto militar español. Gasto e I+D militar en tiempos de crisis. Centre d’estudis per la Pau JM Delàs, Barcelona.
http://madrilonia.org/2011/10/espana-invierte-uno-de-cada-diez-euros-del-presupuesto-en-gasto-militar/
[17] Francis Fukuyama (1991): El fin de la Historia y el último hombre.
[18] Marinella Correggia (2011): "Mentiras repetidas (y verdades ocultas) en las cinco guerras imperialistas (y neocoloniales) en los ultimos 20 años". 22 de abril de 2011.
[19] Vid. Iman A. Jamas (2008): "La ocupación estadounidense de Iraq, el crimen más flagrante de la historia moderna". Rebelión, 15 de marzo de 2008.
[20] "Jefe de la OTAN propone a Europa invertir en armamento". RIA Novosti, 14 de mayo de 2012.
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