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viernes, 20 de junio de 2014

La democracia no será televisada (¡vivan las caenas!)

Bien fuese debido al fervor patriótico o simplemente a la sana curiosidad hispana, miles de madrileños se agolpaban en las principales avenidas de Madrid. El acontecimiento no era para menos, el cetro real cambiaba de dueño y el nuevo monarca se disponía a lucir su flamante estatus entre banderas rojigualdas ondeando al viento e insignias borbónicas decorando muros y postes. Muchos de los presentes daban vítores al rey entrante sugestionados por el ambiente. Otros callaban, sabedores del peligro de mostrar algún tipo de oposición en un momento tan señalado. A pesar del boato que presentaba Madrid para la ocasión, no dejaba de ser la capital de un país dominado por otras potencias, en crisis perpetua, amenazado de desintegración territorial, donde se pasaba hambre y la pobreza era más que una lacra social. De repente, en un gesto de dudosa espontaneidad, cortesanos y aduladores comenzaron a gritar "¡vivan las caenas!".

Doscientos años después, el descendiente de Fernando VII no se desplazaría en una majestuosa carroza tirada por caballos, sino en un lujoso Rolls Royce igualmente pagado por todos los españoles. El lujo para la ocasión se vería sensiblemente deslucido en cuanto a asistencia de público[1], a pesar de la campaña publicitaria orquestada con tal fin y las cien mil banderitas repartidas para la ocasión[2]. Ni siquiera los balcones lucían de rojo y amarillo tras el apeo de la Selección de fútbol del Mundial el día previo. Debe ser que, después de todo, los ciudadanos ya no quieren cadenas y prefieren movilizarse para exigir su desaparición, como demostrase el pasado 22 de marzo.

El borrón y cuenta nueva no existe en la Historia, juez impasible que pacientemente espera la aparición de testigos adecuados para poner a cada uno en su sitio. De ahí la feroz lucha por la desmemoria a través de la mitificación, por parte de los sectores más reaccionarios, de una restauración monárquica que eufemísticamente denominara transición modélica. Mal vamos si los sistemas de gobierno han de fundamentarse en mitos y no en la voluntad del pueblo. Los españoles vuelven a ser tratados como eternos menores de edad a quienes, en vez de urnas para votar, se les ofrece reportajes en prensa acerca de las bondades de un rey preparado. No obstante, la experiencia nos recuerda lo imprudente de justificar un reinado con un apodo simpático, que ya sabemos que "el Deseado" se acabó convirtiendo en "el Felón" y "el Campechano" en cazador de elefantes.

El derecho a decidir, a hacer valer aquel artículo constitucional que indica que la soberanía reside en el pueblo, vuelve a ser negado porque otros ya decidieron en su lugar. Recordemos, si no, el desfile de personalidades frente al nuevo rey[3], entre las cuales figuraban grandes empresarios y banqueros, parte de esa oligarquía que no conoce la crisis, que cada día es más millonaria[4]. Son ellos quienes evaluaron summa cum laude al anterior reinado, quienes financiaron parte de la publicidad a favor del monarca entrante[5], quienes controlan los grandes medios de comunicación que en las últimas semanas recuperaron el NODO.

En ese Madrid de color de rosa cual cuento de Disney de reyes y princesas no tenía cabida la disidencia, por muchos valores democráticos que ésta reclamase. La democracia, personalizada en quienes pedían hacer valer la voluntad del pueblo, no sería televisada. Cualquier tinte de realidad sería censurado, cualquier disenso, amordazado. Al mismo tiempo que el rey entrante decía que "en una España unida y diversa cabemos todos", ciudadanos con símbolos republicanos eran detenidos[6].

Pero mientras se blinda Madrid con francotiradores y se identifica "preventivamente" a vecinos y trabajadores del centro de la ciudad[7] -para aparentemente protegerse de los propios ciudadanos-, la auténtica jefatura de Estado sigue en manos extranjeras. Y es que, con matices, la historia tiende a repetirse. Lejano queda el regreso de Fernando VII a una España devastada tras la invasión de las tropas francesas; a una parte de las cuales, por cierto, él mismo trajese de vuelta a la Península años después como una banda de mercenarios llamados los Cien Mil Hijos de San Luis. Hoy éstos no portan cañones ni fusilan a disidentes constitucionalistas; en su lugar, visten traje y corbata, sus armas son conceptos macroeconómicos y se les llama hombres de negro.


[1] "Felipe VI no llena la Plaza de Oriente". Público, 19 de junio de 2014.
[2] "El Ayuntamiento reparte 100.000 banderines y Madrid se engalana con banderas". El Diario, 19 de junio de 2014.
[3] "Más de 3.000 personas saludan personalmente a los reyes en el palacio real". La Información, 19 de junio de 2014.
[4] "Multimillonarios españoles incrementaron su riqueza un 40% desde el estallido de la crisis". Librered, 17 de junio de 2014.
[5] "Arturo Fernández presenta preconcurso de acreedores, pero asegura estar “muy contento”". El Plural, 17 de junio de 2014.
[6] "La policía detiene a tres personas por enseñar banderas republicanas". El Diario, 20 de junio de 2014.
[7] "Francotiradores, represión y asaltos a la intimidad en una situación de “total normalidad” para Rajoy". Postdigital, 18 de junio de 2014.

viernes, 11 de octubre de 2013

Para los lacayos de la troika es una "salvajada" lo que cobran los pensionistas

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Fuente: Europa Press
Es una indecencia que nuestros gobernantes se atrevan a afirmar que la revalorización de las pensiones en función del IPC es una "salvajada". Es una indecencia cuando la inmensa mayoría de nuestros pensionistas son los primeros afectados por las mal llamadas políticas de austeridad. Es una indecencia cuando numerosos medicamentos que les permitían mejorar su calidad de vida, antes gratuitos, han sido retirados de la Seguridad Social. Es una indecencia cuando, a causa de los recortes en Sanidad, vuelven a sufrir interminables listas de espera. Es una indecencia cuando la Ley de Dependencia es una caricatura de lo que tendría que ser. Pero, sobre todo, es una indecencia porque confirma que la población pensionista supone un estorbo para los grandes poderes representados por la troika, los mismos que no tienen reparos en otorgarse jubilaciones con pensiones millonarias mientras que a los trabajadores se les recomienda que, si desean cobrar una cantidad decente a la vejez, se hagan planes privados de pensiones.

jueves, 10 de octubre de 2013

El sentimiento nacional de quienes cedieron la soberanía de España a la troika

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Fuente: Europa Press
Preocupa enormemente al ministro de Defensa -y antiguo alto cargo de empresas privadas fabricantes de armas- la "bajada en la intensidad del sentimiento" nacional entre los españoles e insiste, con ello, en la importancia del desfile militar del 12 de octubre como tradición que, como tal, ha de ser respetada. Llama la atención que ahora vengan nuestros gobernantes a hablarnos de patriotismo cuando son ellos quienes cedieron hace tiempo la soberanía nacional a los grandes poderes financieros e industriales de Europa, cuando redactan leyes que permitirán el traspaso de patrimonio nacional a manos privadas, cuando no hacen nada para evitar que las grandes fortunas -en otra muestra de fervor patriótico- se establezcan en estados extranjeros donde pagan menos impuestos.

martes, 8 de octubre de 2013

La fábula del pastorcillo versionada por el Partido Popular

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Fuente: Público
En España se está viviendo una particular versión de la fábula del pastorcillo mentiroso quien, cada vez que tenía oportunidad, gritaba a los cuatro vientos la llegada de un lobo que amenazaba su rebaño. La diferencia es que aquí, lo que se anuncia el Gobierno cada dos por tres es la salida de la crisis, la reducción del desempleo, crecimiento económico. Palabras vacías, sin evidencias ni fundamentos en los que apoyarse, que no tienen credibilidad alguna, continuamente desmentidas por organismos como la Comisión Europea o el Fondo Monetario Internacional. Mientras Rajoy y su equipo insisten en ver brotes verdes, lobos, tiburones y hombres de negro se ceban con la mayoría de la población, que ve aumentar la brecha que la separa de una élite de ricos que, en última instancia, posee la soberanía del país y una fiel casta política a su servicio.

lunes, 26 de agosto de 2013

Los "patriotas" de las pulseritas rojigualdas se plantean poner en venta un cuarto de España

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Fuente: Le Monde
Filtra el periódico conservador francés Le Monde la posible decisión del Gobierno de España de poner en venta una cuarta parte del patrimonio nacional, incluyendo grandes espacios naturales -que presumiblemente acabarían convertidos en resorts de lujo-. De confirmarse la noticia, nos encontraríamos ante una nueva demostración de la doble moral de los patriotas de pulserita rojigualda que apoyan al Gobierno de este país, haciendo gala de españolidad ante causas perdidas como Gibraltar, para luego mirar hacia otro lado cuando el partido al que apoyan sin condiciones vende literalmente el país a potentados extranjeros; sumándose a la ya de por sí grave cesión de soberanía que llevamos sufriendo a base de recortes y precariedad por orden de la troika.

miércoles, 12 de junio de 2013

Bipartidismo al servicio de la troika

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Fuente: Público
En una reedición de agosto de 2011, PP y PSOE vuelven a ponerse de acuerdo para demostrar su pleitesía a los grandes poderes económicos y financieros. Si en aquella ocasión acordaron la modificación de la Constitución para que el pago de deuda sea prioridad absoluta ante cualquier otro pago o gasto público, ahora sólo podemos esperar más troika y aún menos derechos.

jueves, 7 de marzo de 2013

En Portugal también se cuecen habas (al gusto de la troika)

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Fuente: 20 Minutos
Las últimas declaraciones del primer ministro de Portugal son calcadas al mantra habitualmente recitado por el Gobierno de Mariano Rajoy: desprecio a la voluntad del pueblo frente a una obediencia ciega a la troika, recurrentes referencias a una interminable herencia recibida del anterior Gobierno, continuos anuncios de recortes en nombre de una sacralizada austeridad. No nos equivoquemos, se trata del catecismo neoliberal, el mismo que condena al pueblo a la precariedad, el que reduce al trabajador a un simple recurso desechable.

sábado, 2 de marzo de 2013

El pueblo portugués contra la troika

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Fuente: El Diario
El pueblo portugués vuelve a salir a las calles para mostrar su disconformidad con las políticas de austeridad impuestas por la troika. Es necesario que los ciudadanos de los países PIIGS -la periferia de Europa- comprendamos que el modelo de sociedad que nos reservan las grandes oligarquías europeas es el de la precariedad y la ausencia de derechos.

viernes, 30 de noviembre de 2012

¿Por qué se meten tanto con el Gobierno español los medios extranjeros?

La prensa financiera extranjera es muy dada, en los últimos tiempos, a publicar columnas de opinión que simultáneamente critican la actitud del Gobierno y alaban sus políticas de recortes. Detrás de todo esto puede dilucidarse el papel de estos voceros de los grandes poderes financieros como vehículos de presión al Gobierno para la aceleración de la destrucción del Estado del Bienestar.

Resulta evidente que a la prensa extranjera le gusta hablar sobre Mariano Rajoy y su Gobierno. Desde que aquél ganase las elecciones hace ya más de un año, los medios internacionales han seguido con lupa las decisiones políticas del presidente. Desde luego, si alguna vez hubo buenas expectativas acerca de las posibilidades del nuevo Gobierno, éstas parecen haber ido diluyéndose según pasa el tiempo. Vistas las últimas columnas de opinión publicadas en algunos periódicos de gran prestigio internacional, la impresión es que la confianza de éstos en la capacidad de gestión de Rajoy está bajo mínimos.

Hace unos días el periódico Financial Times nominaba a Luis de Guindos como el peor ministro de Economía de la Unión Europea[1], para añadir en una columna de opinión que "Rajoy es un político de provincias poco dispuesto a aceptar la realidad y no es el adecuado para resolver una crisis compleja e internacional"[2]. A pesar de que muchos ciudadanos españoles, hartos de tanto recorte, puedan esbozar una sonrisa al ser conocedores de tales rapapolvos al Gobierno, un análisis pausado de aquellos mensajes obliga a la cautela y, muy posiblemente, a la preocupación.

La dureza de aquellas palabras es indiscutible. De hecho, es razonable pensar que Rajoy pueda sentirse preocupado al respecto. Hay precedentes en la Europa moderna de primeros ministros defenestrados por ser considerados "inadecuados" para cumplir su cometido. Sin entrar en más detalles, nos encontramos ante las declaraciones de un medio de prensa cuya línea editorial responde al neoliberalismo más ortodoxo que, sin embargo, reprocha al Gobierno español más neoliberal de la historia no saber "convencer a los economistas y a los mercados de que puede modificar la suerte de la economía de su país"[3].

A estas alturas, la pregunta que conviene hacerse no es ya acerca del nivel de ineptitud de Rajoy y su equipo de Gobierno, sino de las intenciones detrás de aquellos artículos del Financial Times. Recordemos que no se trata de un medio de prensa sensacionalista cuyos escritos no suelen llegar más lejos que unos cuantos retuits, sino de verdaderos voceros de los grandes poderes del mundo financiero. Cuando un columnista de un medio de tal calibre afirma que "es raro encontrar a un dirigente, economista o inversor extranjero dispuesto a defenderle", está enviando un mensaje directo al Gobierno, una orden directa de que se deje de más rodeos y ahonde en la aplicación de las medidas esperadas desde la troika.

Ahora bien, hay que reconocerle al Gobierno popular el dudoso mérito de emplearse a fondo en la reducción del tejido público, el abaratamiento de los costes laborales, el desmantelamiento de derechos fundamentales, la eliminación de la protección social, tal como mandan los cánones de la doctrina neoliberal. Entonces, ¿qué ha hecho mal, a ojos de los poderes financieros, el partido gobernante para ser sistemáticamente vituperado por parte de quienes le son ideológicamente afines?

El pecado de Rajoy ha sido intentar aparentar independencia frente a los dictados de los grandes poderes financieros. Sobra decir que esa supuesta independencia no ha sido más que de cara a la galería, limitándose a postergar las peores medidas hasta fechas más propicias para los intereses electorales de su partido. Al respecto, no es la primera vez que la prensa internacional decide atacar a Rajoy. Sin embargo, en esta ocasión el aumento de tono en las críticas es paralelo a la reiteración de organismos internacionales, como la OCDE, en la urgencia de acelerar el desmantelamiento del Estado del Bienestar[4]. La sucesión de elecciones autonómicas del 2012 finalizaron tras las catalanas. Ya no hay excusa por parte del Gobierno para retrasar más la aplicación de las medidas de austeridad según Merkel.

Por eso mismo, coincidiendo con la víspera de las elecciones catalanas, The Economist publicó un artículo que tras señalar algún que otro error político de Rajoy, alababa "la radical reforma laboral que ha abaratado el despido y permite a las empresas eludir la acción sindical"[5]. Recuérdese que sólo un mes antes, el mismo medio publicaba una columna preguntándose sobre la capacidad de liderazgo del presidente[6].

A las presiones desde el extranjero para que el Gobierno acepte el rescate[7], junto al rosario de recortes que le vendrían de la mano, habría que sumar las de la patronal y la banca privada española, que están tomando posición al respecto[8][9]. Lo que ahora se nos avecina a la ciudadanía es una nueva oleada de recortes auspiciada por la troika y demás organismos foráneos que se han convertido, de facto, en los verdaderos rectores de la política económica de España. Rectores a quienes no les tiembla el pulso en condenar a la ciudadanía española a las mismas penurias que en la actualidad se sufren en Grecia. El papel de los gobernantes de la Europa periférica se ha reducido, en estos tiempos de crisis y amenazas de rescates, a consultar a Angela Merkel, interlocutora de los grandes poderes financieros, los pasos a tomar en política económica, mientras la prensa financiera internacional se encarga de recordarles el camino a seguir y, en su caso, darles toques de atención si se desvían un ápice de lo establecido.


[1] Cit. en "Luis De Guindos, el peor ministro de Economía según el 'Financial Times'". El Huffington Post, 21 de noviembre 2012.
[2] Cit. en "Rajoy es aún peor que De Guindos, según el Financial Times". El Diario, 22 de noviembre de 2012.
[3] Ibid.
[4] "La OCDE pide a España subir más el IVA y abaratar más el despido". El País, 29 de noviembre de 2012.
[5] Cit. en "The Economist: "El primer error de Rajoy fue separar la política económica en dos ministerios"". El Economista, 25 de noviembre de 2012.
[6] "Mysterious Mariano. Spain’s prime minister battles against the break-up of the euro and his country". The Economist, 6 de octubre de 2012.
[7] "Crece la presión internacional sobre Rajoy para que tome medidas inmediatas". El País, 22 de noviembre de 2012.
[8] "El Santander ve «con buenos ojos» pedir el rescate". La Verdad, 25 de octubre de 2012.
[9] "Los empresarios, "totalmente decepcionados" con lo hecho por Rajoy en estos meses". El Confidencial, 4 de noviembre de 2012.

domingo, 30 de septiembre de 2012

Cuando los medios extranjeros pretenden hacer la cama a Rajoy

La indefinición de Rajoy a la hora de aplicar algunas de las políticas de recortes dictadas desde Berlín -debido a la proximidad de elecciones autonómicas- junto al exceso de autoritarismo que demuestra ante las movilizaciones populares, llevan a algunos medios extranjeros a poner en duda su capacidad como presidente de Gobierno, que empiezan a verlo como un cadáver político que no ha sabido estar a la altura de las circunstancias. Sin embargo, no hay que olvidar que el problema subyacente en el Estado español es más profundo que la presunta incompetencia de Rajoy.

Se suele decir que se le "hace la cama a alguien" cuando se tiene la sospecha, más que fundada, de que se le está preparando el terreno para relegarlo del puesto que ocupa. De la reciente proliferación de titulares y columnas de opinión en algunos medios internacionales -nada sospechosos de seguir líneas editoriales opuestas a los establishments occidentales- puede deducirse que existe algo más que desconfianza hacia el dirigente español, tal vez la intención de hacerle la cama.

El titular más reciente, que parece que no va a ser el último de este estilo, viene del periódico británico The Telegraph que afirma que "Rajoy es un muerto viviente"[1] refiriéndose a la constante pérdida de credibilidad, en los circuitos internacionales, acerca de su capacidad de gestionar cualquier mejora en la economía española desde su llegada al poder. Para reforzar tal idea, el columnista sentencia que "hace menos de un año que Rajoy llegó al poder en una aplastante victoria y ya está herido de muerte"[2].

Llama la atención la insistencia en la defenestración política de Rajoy, habida cuenta que éste sólo se ha limitado a cumplir órdenes. A estas alturas, a nadie se le puede escapar el detalle de que el Gobierno de España está siguiendo una hoja de ruta política y económica marcada desde los grandes estamentos financieros europeos. No en vano, siendo aún candidato a la presidencia, Rajoy se reunió con Merkel para rendirle pleitesía[3] y, una vez en posesión del cargo, poco tardó en volver a verla para reiterarle su disposición a cumplir con las directrices que ésta estimase oportuna[4].

A ojos de la opinión pública española, Rajoy ha sido -y sigue siendo- el fiel lacayo de Merkel[5]. Del famoso y repetido "como Dios manda" del presidente español, a tenor de su férrea obediencia, puede deducirse que éste sitúa a la mandataria alemana allá en los altares celestes, justo a la derecha de la banca privada europea. Sin embargo, a pesar de las apariencias, el Gobierno español no está libre de pecado aunque, de momento, no hayan sido motivo para desatar la ira de las deidades financieras. Unos de sus pecadillos de juventud fue, por ejemplo, ignorar los deseos de Alemania respecto a quien debiera ocupar el Ministerio de Economía[6]. La oligarquía europea pretendía a un tecnócrata cuya labor se limitase a obedecer sus dictados. El candidato era José Manuel González Páramo, consejero del BCE para más señas. No obstante, el Partido Popular, en su lógica aspiración a no ceder el cien por cien de su independencia, se decantó por Luis de Guindos, un hombre de la casa, próximo a sus fuentes ideológicas y, por tanto, a la FAES de José María Aznar.

Pero, quizás, el gran pecado de Rajoy ha sido su incapacidad de contemporizar las exigencias de la banca europea con los intereses electoralistas de su partido. Al PSOE, primero, y ahora al Partido Popular les ha tocado cumplir la particular hoja de ruta de la "refundación del capitalismo" en Europa; es decir, la destrucción de cualquier atisbo de bienestar social en la semi-periferia Europea. La impaciencia de los mercados, ávidos de ver cumplidas las antisociales y temidas reformas, se ha visto refrenada por la proximidad de las elecciones autonómicas. Al fin y al cabo, el partido en el Gobierno es consciente de la sangría de votos que le supone cada recorte llevado a cabo, por lo que es lógico que espere su anuncio a días posteriores a las susodichas elecciones.

El destino de la economía española parece pasar por un rescate o, lo que es lo mismo, la cesión definitiva de cualquier soberanía económica a la troika. La cesión de un ala del Ministerio de Economía a los temidos "hombres de negro" supondría la ejecución inmediata de reformas dañinas no sólo a la ciudadanía sino a los intereses electorales a corto plazo del partido en el Gobierno. Así, a juicio de Matthew Lynn del Wall Street Journal, Rajoy, en su desesperación por ganar tiempo, se encuentra inmerso en un "juego de la gallina" con los mercados financieros[7], una indefinición que podría agravar la recesión en la que se encuentra el sistema económico español. Al respecto, Goldman Sachs ha hecho uso de los medios de comunicación para instar al Gobierno a dejar "de satisfacer los intereses políticos domésticos"[8].

Mientras tanto, Alemania se mantiene en el juego de la ambigüedad, ensalzando unos días la intachable actitud del Gobierno de España en sus compromisos con el cumplimiento de déficit[9] para, a continuación, mostrar su descontento con la actitud española ante sus obligaciones con Europa[10]. Algunos analistas, como  Edward Hugh, interpretan la confusa postura alemana como un modo de ganar tiempo ante las próximas elecciones en el país centroeuropeo, debido a la indeterminación del impacto que supondría un rescate a España en la banca privada alemana y el más que probable coste electoral que supondría al partido de Merkel[11].

Todo parece indicar que es sólo cuestión de tiempo de que algún tipo de rescate sea llevado a cabo en España. La consecuencia inmediata será la aplicación de nuevas medidas, entre ellas la reforma -a peor- del sistema de pensiones o la reducción del salario mínimo interprofesional. La consecuente contracción del consumo acelerará la espiral de desempleo y precariedad laboral que, a su vez, agravará la conflictividad y presumiblemente incrementará las movilizaciones contra el Gobierno y sus medidas. Ante tal perspectiva, Damian Reece, columnista del rotativo The Telegraph, advierte que "España ha dado otro paso seguro para convertirse en la próxima Grecia", de lo que culpa principalmente a Rajoy[12]. En la misma línea, el semanal francés Challenges se pregunta si el presidente español está a la altura de las circunstancias[13].

Más allá de la cuestión económica se encuentra la credibilidad de un Gobierno que demuestra ser mucho más débil de lo que pretende aparentar. El fuerte resurgir del independentismo catalán es interpretado en el resto del mundo como una grave muestra de descontento hacia su gestión. Por otra parte, el creciente número de movilizaciones ciudadanas llevadas a cabo en los últimos tiempos -sobre todo desde el 25 de septiembre-, y las represivas respuestas dadas a aquéllas, han puesto en duda el manto democrático con el que la Europa del capital pretende cubrir los recortes del Estado social. Paradójicamente, una vez al descubierto la crudeza de las políticas de austeridad llevadas a cabo en España, la prensa internacional no duda en señalar a Rajoy como cómplice de un golpe de estado financiero[14].

Cada vez son más los medios que dan por hecho que a Rajoy le queda poco tiempo en La Moncloa, que su destino es el mismo que siguieron Berlusconi o Papandreu. No se trata de ningún tipo de manía hacia su persona, a pesar de que su fama de presidente parco en intervenciones públicas y explicaciones a los ciudadanos no sea bien vista entre los medios extranjeros. La historia reciente indica que los mandatarios que aceptan rescates suelen tener sus días contados en los gobiernos. Puede ser que pronto España se encuentre bajo la batuta de un Gobierno de concentración cuyo papel sea, fundamentalmente, acelerar la agenda de reformas dictadas desde Berlín.

Sin embargo, la situación actual de la economía española no tendrá arreglo mientras se mantengan las mismas reglas del juego. Mariano Rajoy es ahora quien firma las medidas que le ordenan desde las oligarquías europeas. La regla no escrita es que las pérdidas sean socializadas entre los ciudadanos, quienes día a día sufren en sus carnes el drama de una precariedad cada vez mayor. Ante tal panorama, el desgaste de Rajoy en el Gobierno es inevitable, al igual que ocurrió con el anterior presidente. Por supuesto, en contra de Rajoy está su actitud totalitaria, bajo la excusa de la mayoría absoluta, y las políticas represivas sobre quienes protestan. Sin embargo, el problema no es Rajoy, como una parte de los medios extranjeros -al servicio del establishment- pretenden hacernos creer. Al gran capital no le importa quien gobierne mientras sea fiel al lenguaje de los recortes y la mal llamada austeridad. El problema es la falta de soberanía en el pueblo español debido a un modelo de Estado que no está a la altura.


[1] ""Rajoy es un muerto viviente y España debe salir el euro", según The Telegraph". El Economista, 28 de septiembre de 2012.
[2] Ibid.
[3] "Rajoy trató en dos ocasiones con Merkel el ajuste para lograr ayuda". El Economista, 15 de noviembre de 2011.
[4] "Merkel insta a Rajoy a “poner en marcha las reformas necesarias rápidamente”". El País, 22 de noviembre de 2011.
[5] "La ama Merkel felicita al lacayo Rajoy por "el impresionante ritmo de las reformas"". Kaos en la Red, 6 de septiembre de 2012.
[6] "Alemania ‘aconseja’ a Rajoy que nombre ministro de Economía a González Páramo. Hispanidad, 14 de noviembre de 2011.
[7] "Spain’s chicken game won’t end happily". The Wall Street Journal, 26 de septiembre de 2012.
[8] "Goldman Sachs recomienda a España dejar "de satisfacer los intereses políticos domésticos"". El Economista, 26 de septiembre de 2012.
[9] "Merkel exige no abandonar las reformas ante la compra de deuda del BCE". La Vanguardia, 6 de septiembre de 2012.
[10] "Los aliados de Merkel pierden la paciencia con Rajoy: Que aclare ya la situación". Finanzas, 24 de septiembre de 2012.
[11] "La reforma de las pensiones: ¿Es ese el motivo por el que Rajoy no pide el rescate europeo?". La Carta de la Bolsa, 26 de septiembre de 2012.
[12] "Spain is turning into the new Greece, and Mariano Rajoy has himself to blame". The Telegraph. 26 de septiembre de 2012.
[13] "Mariano Rajoy est-il à la hauteur?". Challenges, 22 de septiembre de 2012.
[14] "The Spanish public won't accept a financial coup d'etat". The Guardian, 25 de septiembre de 2012.

martes, 14 de agosto de 2012

Amenazan con bajar los salarios (una vez más)

La reciente recomendación del Banco Central Europeo de reducir los salarios de los trabajadores españoles forma parte de la hoja de ruta de las altas jerarquías que controlan Europa que, siguiendo el dogma neoliberal, aspiran a la completa liberalización del mercado laboral y la destrucción de cualquier atisbo de protección social.

El Banco Central Europeo vuelve a atacar a los asalariados españoles con nuevas recomendaciones[1] que, más temprano que tarde, el Gobierno español acatará -como es costumbre- a pie juntillas. Los tecnócratas europeos mencionan la necesidad de nuevas reformas estructurales que, explícitamente, asocian a nuevos recortes sociales y, sobre todo, a la disminución de los salarios. Todo ello, como de costumbre, en nombre de la ansiada competitividad.

A pesar del envoltorio de neutralidad con el que se pretende disfrazar, el concepto de competitividad tiene un fuerte sesgo ideológico. Las recomendaciones del BCE siguen la lógica del neoliberalismo, entre cuyas aspiraciones se encuentra la desregularización de los mercados laborales y, en consecuencia, la disminución de los salarios. Evidentemente, la petición del lobby bancario europeo de "nuevas reducciones significativas en los costes laborales unitarios"[2] va en ese sentido.

En nombre de la competitividad, la depreciación del valor de la fuerza de trabajo en Europa -especialmente la periférica-, es un hecho que viene dándose con especial virulencia en los últimos años. En el caso de España, esta depreciación no sólo ha afectado a los sueldos de funcionarios y trabajadores públicos, sino a los de absolutamente todos los asalariados. Es necesario recordar que el salario de cada trabajador no se limita a la paga que percibe cada mes -que sería el denominado salario directo- sino a los servicios públicos a los que tiene acceso a un precio inferior al que supondría si se tratase de una prestación privada, como la sanidad o educación públicas, -salario indirecto- o las prestaciones que aquél recibirá una vez finalizada su vida laboral, fundamentalmente la paga por jubilación, que correspondería al salario diferido. Así, desde la perspectiva del concepto global de salario -la suma del directo, el indirecto y el diferido-, la sucesión de reducciones de salarios queda patente si se tiene en cuenta el retraso de la edad de jubilación -de 65 a 67 años- y el aumento del tiempo computado para el cálculo de la paga de jubilación[3], correspondientes al salario diferido; o los continuos recortes en educación, sanidad y otros servicios públicos, correspondientes al salario indirecto.

Ahora la banca europea ha decidido que es el turno de reducir sin contemplaciones el salario directo y, para ello, propone una hoja de ruta que pasa por "la relajación de la legislación de protección del empleo, la abolición de los regímenes de salvaguarda, bajando los salarios mínimos y permitir la negociación salarial a nivel de empresa"[4]. Ante tales perspectivas, a corto o medio plazo, no puede esperarse más que una nueva reforma laboral -aún más regresiva que la de febrero de 2012[5]- que responda a los deseos de las patronales de empresarios -la CEOE y la CEPYME-, incluyendo la limitación al derecho de huelga[6].

Sin ánimos de satanizar a la clase empresarial, es necesario insistir en que esta ambición por depreciar la fuerza de trabajo de los asalariados corresponde a la propia lógica del sistema económico dominante, donde el objetivo de cualquier empresa privada es la maximización de los beneficios. Para ello, la reducción de salarios es un camino muy apetecible en un momento en el que los trabajadores apenas tienen fuerza para defender sus derechos. En una situación normal, en la que las empresas compiten entre sí por vender sus servicios o productos, incluso el empresario más ético de España se vería obligado a entrar en el juego de la depreciación de salarios pues, en caso contrario, otro empresario con menos escrúpulos sí que aplicaría tales reducciones, aumentando así sus posibilidades de obtener beneficios respecto al primero.

La lógica de depreciar salarios con el objetivo de asegurar beneficios ha sido paliada históricamente con la existencia de un contrato social, que garantizaba unos mínimos a los asalariados. Lo que ahora se plantea desde el BCE es la derogación de aquel contrato social, alcanzándose la aspiración neoliberal de liberalizar el mundo laboral y, con ello, despojar a la clase trabajadora de cualquier protección social.

Debido a que las recomendaciones del lobby bancario europeo se nutren de un dogma ideológico, es sencillo encontrar contradicciones que invaliden las argumentaciones a favor de llevar a cabo tales contrarreformas en el terreno laboral y, en particular, las cuantías de los salarios. Efectivamente, hay numerosas voces críticas con tales propuestas a quienes, por desgracia, el establishment mediático ignora, al ser contrarios a sus intereses. Expertos economistas, como Vicenç Navarro[7], han advertido que bajar los salarios no es el camino, pues con ellos disminuye la demanda interna, verdadero motor natural de cualquier economía que aspire a mantener unos mínimos de bienestar en su población.

El futuro para los asalariados se plantea más negro que nunca. La semilla de la desesperanza y el miedo se ha sembrado en las últimas décadas en los corazones de la clase trabajadora, germinando de ella un fuerte sentimiento de resignación. De cumplirse las recomendaciones del Banco Central Europeo, la incertidumbre y la precariedad serán losas que caigan sobre los hombros de los trabajadores, definitivamente condenados a vivir para trabajar. Sin apenas protección ante el desempleo, sin la cobertura de un convenio colectivo, la relación entre asalariado y empresa se volverá insosteniblemente asimétrica, sabedor el primero que la caducidad de aquélla queda al libre albedrío del empresario.


[1] ECB Monthly Bulletin. BCE, agosto de 2012, p. 62.
[2] Ibid.
[3] Cómo se calcula la pensión de jubilación con la reforma de las pensiones". 2 de febrero de 2011
[4] ECB Monthly Bulletin. Op. cit.
[5] "Reforma laboral al detalle: el nuevo "contrato Rajoy"". Laboro, 13 de febrero de 2012.
[6] "Rosell aplaude la reforma laboral y pide revisar el derecho de huelga". Público, 15 de febrero de 2012.
[7] "¿Bajar los salarios para salir de la crisis?". Público, 14 de agosto de 2012.

lunes, 16 de julio de 2012

Diccionario de la Crisis: troika

troika.
(Del ruso troĭka, der. de troe, trío).
1. f. Grupo de poder formado por el Banco Central Europeo, la Comisión Europea y el Fondo Monetario Internacional cuyo cometido es asegurar el cumplimiento de las políticas de recortes, privatizaciones y destrucción del sector público según el dictado de la ideología neoliberal que representan.
2. f. Gobierno en la sombra de cualquier estado europeo que haya sido rescatado o se encuentre bajo la posibilidad de ser intervenido.*


Notas:
[*] Definición desarrollada a partir de "Los técnicos de la troika comienzan las inspecciones de las finanzas griegas". Euroefe, 11 de julio de 2012.