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Tanto que se habla del problema de la corrupción en España, sería conveniente que el debate no se quedase ahí. Ha de quedar claro que si hay corruptos es porque hay corruptores que los corrompen. ¿Qué buscan con ello? Sin duda, la aprobación de leyes que les sean propicias para sus intereses particulares. Es lícito que los ciudadanos nos preguntemos por la relación entre las donaciones, por encima del límite legal, realizadas por grandes empresas constructoras y la redacción de la ya infame Ley del Suelo que supuso el inicio de la burbuja inmobiliaria que condujo a esta crisis. Es por ello fundamental que los partidos, asociaciones ciudadanas y demás fuerzas democráticas se querellen igualmente contra presuntos corruptos y corruptores.
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