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A estas alturas, lo sorprendente de un registro policial en la sede del Partido Popular es el hecho de que se lleve a cabo. Sin embargo, el sentir mayoritario de la ciudadanía es que, encuentren lo que encuentren, seguro que no será para tanto -por muy negro que sea-, pues, por una parte, ya habrá tiempo de improvisar indultos a medida y, por otra, no hay duda de que la fidelidad de un buen número de votantes parece estar a prueba de recortes y corruptelas. Quizás ya sea hora de plantearse que no es la sede del PP lo único que habría que registrar, sino la de las empresas que se sabe que han sido frecuentemente beneficiadas por las políticas de este partido, a menudo consistentes en la destrucción de lo público para beneficio de lo privado.
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