En un Estado de derecho es inconcebible que alguna autoridad dé órdenes a la policía para irrumpir en la sede de un partido político sin orden judicial. Lamentablemente, esto ha ocurrido durante la pasada noche en Alcalá de Henares, conllevando además la detención de dos jóvenes y una carga que dejó un saldo de cuatro heridos. Una nueva muestra de la marca España, que se vuelve a manifestar en forma de golpes gratuitos a los ciudadanos, abusos de autoridad, desquiciadas órdenes que recuerdan demasiado a un pasado gris no tan lejano. A pesar de la gravedad del asunto, pocos medios hablarán hoy de ello pues tuvo lugar en España, no en Venezuela.
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