Lejanos quedan aquellos años de lucha obrera contra las políticas neoliberales de Margaret Thatcher, simbolizada por aquellos miles de mineros derrotados por la Guerra de las Malvinas que pasaron al olvido de una sociedad lobotomizada por el espejismo del consumo. Desde entonces, la clase trabajadora británica ha estado aletargada, sufriendo en silencio los efectos recortes, terceras vías y más recortes. Quizás se trate de una vana ilusión, pero el hecho de que los sindicatos británicos planteen una huelga general contra las políticas de austeridad suponga un primer paso a esa necesaria huelga general a escala europea, un desafío al capital que gobierna Europa, una primera toma de conciencia de que el elemento común que une a la mayor parte de europeos es su condición de trabajadores. |
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