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Fuente: RT |
Es de suponer que ningún nieto de George Soros participase en la hipotética guerra que éste clama contra Rusia. A las guerras siempre van los hijos de las clases trabajadoras, quienes encuentran en el negocio de la confrontación bélica y la injerencia en terceros estados una salida a la eterna situación de desempleo y precariedad que campa en nuestras sociedades. Los grandes poderes que instan a la austeridad y a la contención de la inversión pública -transformada en gasto para darle connotaciones derrochadoras- ahora insinúan desde la portavocía de Soros en no escatimar a la hora de plantear una intervención militar contra el Gobierno de Putin. Ayudar a Ucrania a defenderse tendría "un efecto estimulador, no solo para Ucrania, sino para Europa", opina el tipo que en su día especulase contra el euro y la libra esterlina, condenando con ello a miles de familias a la miseria. Les damos igual las personas, sólo les importa el dinero, sus ganancias. Mientras los portavoces del gran capital dominen el mundo, siempre estaremos al borde de una nueva guerra cuyo fin último será generar más capital.
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