Por mucho que puedan escandalizar las palabras del consejero delegado de la multinacional Bayer, afirmando que desarrollan sus medicamentos "para los pacientes occidentales que pueden permitírselo", hay que aceptar que representan la lógica de la empresa privada. Su razón de ser es el lucro, hacer ganar dinero a sus accionistas y, frente a aquéllos, o eres consumidor o no eres nadie. Por eso los "nadies", como diría Galeano, ni tan siquiera tienen derechos, incluido el de la salud. Es la contradicción de un sistema social y económico que presume de libertades, cuando se trata de hablar de mercados, pero que encarcela el conocimiento humano en patentes. Quizás sea el momento de plantearse si la sociedad -en la que mayoritariamente somos potenciales "nadies"- puede permitirse dejar en manos privadas los instrumentos necesarios para asegurar sus derechos fundamentales, como el desarrollo de medicamentos, la gestión de nuestras clínicas y hospitales, la educación de nuestros hijos. |
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