Declaraciones como las de Adelson simbolizan el rostro más oscuro del imperialismo que domina en nuestro mundo, cuya filosofía es que lo que no se consigue a golpe de talonario se consigue a la fuerza. Por eso mismo, el magnate que pretende una zona franca del juego en España considera el uso de la bomba atómica sobre Irán como el mejor camino para doblegar las aspiraciones del Gobierno persa. "Les diría: escucha, ¿ves ese desierto de ahí?, quiero enseñarte algo... Coges el teléfono móvil, llamas a algún lugar de Nebraska y dices: vamos allá. Y tienes un arma nuclear cayendo en medio del desierto, donde no puede herir a un alma, salvo a un par de serpientes o escorpiones. Entonces dice: mira, el próximo caerá en medio de Teherán. Así que hablemos de negocios, ¿quieres ser borrado del mapa?". La bravuconería de sus palabras no son más que el reflejo de la política exterior de los Estados Unidos en los últimos 70 años. Pregunten si no al Chile de Allende, al Vietnam de la época de Nixon, a la eternamente sancionada Corea del Norte, al Irak de Hussein, a la extinta Yugoslavia, a Libia...
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