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domingo, 28 de julio de 2013

Se trata de solidaridad, no de caridad

La imagen de la jornada

Fuente: RT
La ventaja de ser rico e influyente es que puedes decir lo que piensas y siempre encontrarás un medio de comunicación que haga eco de ello. La saga Buffet es pródiga en realizar afirmaciones sin complejos desde su posición en la alta burguesía norteamericana, como aquella vez en la que el patriarca de la familia constató la existencia de una lucha de clases, la cual iba siendo ganada por la que él pertenece. Toca el turno ahora a Peter Buffet, quien hizo uso del The New York Times para realizar un ejercicio de autocrítica a la filantropía tan de moda entre muchos magnates. "Con su mano derecha, los grandes filántropos están buscando respuestas a problemas que ellos mismos han creado con su mano izquierda", reconocía el hijo menor de Warren Buffet, a lo que luego añadiría que "la caridad de los ricos creó una máquina de pobreza eterna". Efectivamente, razón no le falta a este hombre en sus declaraciones, quien nos hace evocar aquel proverbio del pobre, el pez y la caña. No obstante, la cuestión retorna a la anterior afirmación sobre la lucha de clases. Las clases más humildes no pueden depender de la caridad de las clases pudientes, sino de la solidaridad entre las personas, comenzando por las de la clase trabajadora que, para ello, han de tomar conciencia de sí misma y luchar por un mundo más justo donde la explotación del hombre por el hombre sea cosa del pasado.

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