Las movilizaciones contra la ley Wert han supuesto, al menos, una demostración del valor de las movilizaciones y la presión social que representan. Sin lugar para vanos triunfalismos, el aplazamiento en la aprobación de esta ley demuestra que las manifestaciones, las protestas, las huelgas sirven para algo. El aprendizaje de esta lección, por parte de una mayoría, supondrá la superación de un primer paso en el arduo camino de la ciudadanía española en la reivindicación de su soberanía y la lucha por una democracia para todos y todas. |
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