Nicolás Maduro, presidente democráticamente elegido por el pueblo de Venezuela, accedió a su cargo bajo el juramento de cumplir su "Constitución en todo lo inherente al cargo para construir una Patria de felicidad independiente y socialista para todos y para todas". En la Venezuela bolivariana, la de la revolución bonita, los gobernantes hablan de felicidad para el pueblo. Qué extraño suena todo aquello en una Europa neoliberal consagrada al recorte de derechos, cuyos líderes sólo saben aplicar sacrificios a la mayoría que menos tiene en nombre de los mercados, para satisfacción de los que más tienen. |
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