Se acerca el 26 de abril, fecha en la que serán presentadas las enésimas reformas estructurales del Gobierno español. De un ejecutivo postrado al dogma neoliberal sólo se puede esperar nuevos ajustes en el camino de un particular concepto de austeridad, entendida ésta como la destrucción de derechos sociales, el agravamiento de las condiciones laborales de los trabajadores y la eliminación de la esfera pública de servicios fundamentales. Es de imaginar que cuando el ministro De Guindos habla de reformas creíbles, envía un mensaje de tranquilidad a los mercados y el gran capital, es decir, más de lo mismo para los ciudadanos. |
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