Aunque sea tímidamente, en Portugal comienza a hablarse de revolución. Es la consecuencia del hartazgo de un pueblo hacia las políticas de austeridad impuestas por la troika y cumplidas fielmente por el Gobierno portugués. Resulta significativo que los movimientos sociales lusos hayan comenzado a instalar talleres en Lisboa donde cuentan a los más jóvenes el Portugal de la dictadura, donde la pobreza y la falta de soberanía del pueblo comienza a ser comparable con la grave situación actual en la que "al Gobierno no le importa nada más que el déficit, los bancos y las grandes empresas".
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario