Son palabras de Bill Gates, una de las personas más ricas del mundo y, hasta hace poco, máximo responsable de una de las más influyentes multinacionales. No se trata de que aquél se haya vuelto repentinamente anticapitalista, sino de una reflexión dentro de la propia lógica del sistema imperante. Cuando Gates afirma con tono crítico que las compañías farmacéuticas invierten más en medicamentos contra la calvicie que contra enfermedades mortales como la malaria, culpando de ello al capitalismo, acepta la naturaleza de un sistema basado en la búsqueda de beneficios de unos cuantos inversores a cualquier costa. Un sistema para el cual las personas somos poco menos que meros recursos a los que explotar y de los que extraer beneficios. |
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