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lunes, 2 de julio de 2012

Campeones de Europa en fútbol y en desempleo

La victoria de la selección española de fútbol en la Eurocopa ante Italia nos vuelve a mostrar la imagen de cientos de miles de personas invadiendo las calles para celebrar el acontecimiento. Desgraciadamente, el compromiso de movilización de una gran parte de los ciudadanos se reduce a este tipo de eventos. Es urgente el despertar de una conciencia de clase que desemboque en movilizaciones consecuentes con los grandes ataques -en forma de recortes- que el pueblo lleva sufriendo en los últimos años.

Es de justicia reconocer el mérito de la selección española de fútbol al alcanzar su tercer trofeo internacional consecutivo, inequívoca prueba de su magnífica calidad de juego en este deporte. Sin embargo, una vez congratulados por esta nueva victoria, es necesario volver a poner los pies en el suelo para tomar conciencia de la grave situación que, en lo social y en lo económico, se está viviendo en España.

Desde la perspectiva de la situación actual, la victoria de la selección, como todo en esta vida, tiene sus luces y sus sombras. En lo positivo hay que admitir la inyección de moral que, para muchas personas necesitadas de buenas noticias, puede haber supuesto este victoria: ha de ser duro despertarse cada mañana ante la incertidumbre del desempleo, vivir cada día bajo la continua amenaza de que el presente sea el último día de trabajo -por tanto de ingresos- para cualquier padre o madre de familia. Todos nos merecemos alguna alegría en la vida, por muy intrascendente que sea. No obstante, el agradable sentimiento de euforia colectiva, de la que pudimos participar la noche de la final de la Eurocopa, no es más que un efímero parche de felicidad inducida por los medios con similar dosificación que las tabletas de soma de aquel mundo feliz al que se refería Aldous Huxley.

Desgraciadamente, el día después de la gran final sólo se habla del partido, de la gran hazaña patriotera, de los cuatro goles. Por unos días, la misteriosa prima de riesgo ya no es una amenaza para el ciudadano de a pie, como tampoco se dice nada del nuevo medicamentazo[1], ni siquiera ha sido noticia que importantes extensiones de los bosques de Valencia se hayan consumido por incendios muy posiblemente evitables de no haberse realizado recortes en prevención contraincendios en aquella comunidad[2][3].

Es la gran contradicción de las clases dominadas a lo largo de la historia, que demuestran su capacidad de movilización, su fuerza y determinación de invadir las calles, de mostrar públicamente sus sentimientos, siempre que se trata de festejar lo intrascendente. Por que, no nos engañemos, por mucha propaganda acerca de que la victoria española pueda beneficiar al PIB español[4], con éste ya son seis años seguidos de victorias en eventos deportivos -con un mundial incluido- y, sin embargo, España acaba de ser expulsada del club de los "cuatro grandes" del Banco Central Europeo[5].

El panorama es desolador para una clase trabajadora que comprueba cada viernes anuncios de nuevos recortes. el proceso es tan sencillo como explicar que las cosas no van tan bien como se esperaba[6], para luego aplicar un nuevo zarpazo al poco bienestar del que aún disfruta la ciudadanía. El espejo donde mirarnos sigue en Grecia, donde los salarios se han reducido, en promedio, a la mitad desde el año 2009[7]. ¿Acaso nadie se ha parado a pensar que las decisiones políticas desde la crisis se han reducido al anuncio de recortes, ajustes y demás eufemismos para perjuicio de los trabajadores?[8]

En honor a la verdad, la población ha demostrado una tímida reacción a las políticas de recortes. Las movilizaciones del 15M ha sido el mejor ejemplo, que incluso ha sido vista con buenos ojos por una gran parte de la población que, de momento, prefiere movilizarse sólo para celebrar campeonatos de fútbol. Sin embargo, las actuales movilizaciones distan mucho de reflejar el drama social que se respira en España. Es lastimoso observar a desempleados vistiendo la camiseta roja, bañándose en alguna fuente en su pueblo o ciudad, incapaces, sin embargo, de salir a la calle a manifestarse para exigir su derecho al trabajo. Pero claro, salir a la calle para exigir derechos no está tan bien visto como hacerlo con la cara pintada de rojo y amarillo. Es cuestión de riesgo, de rebeldía, de amor propio.

He ahí la sombra del fútbol, convertido en elemento de control de multitudes, cuyos ánimos son dirigidos en función de los éxitos de sus equipos; instrumento deshumanizador, que reduce a la ciudadanía a masa informe, feliz o triste porque lo dicta el resultado de un juego. Acorde a los más atávicos sentimientos, tanto celebramos victorias como lloramos derrotas intrascendentes para nuestras vidas, mientras nuestros destinos recaen en manos de los mismos poderosos con quienes nos felicitamos de la fortuna de ser "español, español, español".


[1] "Farmacéuticos aseguran que el 'medicamentazo' puede "dañar" a los ciudadanos". EuropaPress, 29 de junio de 2012.
[2] "Arde en verano lo que no se 'apagó' en el invierno". Público, 2 de julio de 2012.
[3] "Un bombero carga en Canal 9 contra la falta de medios de prevención contra el fuego". El Mercantil Valenciano, 1 de julio de 2012.
[4] "Krugman cree que la Eurocopa hará que los españoles gasten más". Público, 2 de julio de 2012.
[5] "La mala racha económica pasa factura: España, expulsada del club de los '4 grandes' del BCE".  Diario Crítico, 28 de junio de 2012.
[6] "De Guindos avisa de que la recesión se agrava y sugiere más sacrificios". Público, 1 de julio de 2012.
[7] "Los salarios en Grecia se han reducido a la mitad desde 2009 debido a los recortes". El Economista, 2 de julio de 2012.
[8] "La crisis es una manera de gobernar(nos)". Radio Klara, 13 de junio de 2012.

1 comentario:

  1. El INEM no existe desde los tiempos de ANSAR digo ASNAR, digo ... bueno este tipo bajito que tenía bigote.

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