No sirve como disculpa que el ministro Wert reconozca que no se ha "sido lo suficientemente contundentes con los ultras" tras haber tenido lugar un ataque de un grupo de hinchas de extrema derecha a seguidores de otro equipo, que tuvo como resultado la muerte de una persona. La cuestión es que los dispositivos de seguridad, y las correspondientes órdenes de control de masas, parecen llevarse a cabo en función de las motivaciones de quienes salen a las calles. Por muchísimo menos se han dado órdenes de vigilar, inmovilizar autobuses que llegan de otras provincias e incluso cargar contra grupos de personas en las calles. Claro, resultan mucho más incómodos aquellos que reclaman derechos fundamentales para todos, que luchan por la justicia social, que quienes matan por un negocio multimillonario como es el fútbol.
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