El Gobierno del Partido Popular plantea ahora sustituir el actual de sistema de becas de ayuda a los estudios universitarios por otro de préstamos bancarios. Desde su perspectiva de clase matan dos pájaros de un tiro. Por una parte, los hijos de los trabajadores lo tendrán un poco más difícil para estudiar. No todos estarán en condiciones de recibir créditos, además de la previsible subida de tasas de matrícula. Por otra parte, quienes hayan hecho uso de esos préstamos para estudiar estarán endeudados durante años con la banca, por lo que tendrán que aceptar cualquier trabajo -por muy precario que sea- para poder saldar su deuda. Este gesto no es un simple ejercicio de recorte de gastos, sino el enésimo ataque a la clase trabajadora.
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