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martes, 11 de marzo de 2014

Una propuesta de gobierno de concentración como síntoma de la crisis del régimen del 78

La imagen de la jornada

Fuente: Voz Pópuli
En un escenario donde el régimen del 78 pasa por sus peores momentos, es lógico que los principales actores políticos que tradicionalmente lo han sostenido tiendan a mostrar más abiertamente que nunca sus intereses comunes. No se trata de afirmar que PP y PSOE son lo mismo, pues en determinadas políticas divergen sensiblemente, pero en lo esencial son las caras de la misma moneda y, por eso, cuando toca firmar leyes redactadas en alemán, ambos siempre estarán de acuerdo. Cercano queda aún aquel cambio en la Constitución, acordado por ambos partidos, que prima el pago de la deuda sobre cualquier otro gasto para satisfacción de los grandes poderes europeos y sus acólitos nacionales. Si el destino de cualquier gobierno empeñado en obedecer el estéril dictado de austeridad es la pérdida de legitimidad ante los ciudadanos, la chapucera solución que los grandes partidos siempre van a plantear será unirse en gobierno de concentración para intentar recuperarla. O eso, o seguir el camino de Papandreu hace unos años cuando se vio reemplazado por un tecnócrata puesto a dedo por la Unión Europea. Por eso, en última instancia, todo guiño a un futuro gobierno de coalición entre los dos principales partidos -como recientemente hizo Zapatero- no es más que un síntoma de la crisis del régimen actual en España.

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