Como si se tratase de un déjà vu que nos devuelve a la reciente Italia tecnócrata de Monti o la Grecia de Papadimos, Ucrania amanece con un nuevo primer ministro también banquero. No importa que a sus espaldas recaiga un pasado de corrupción o que guste de fotografiarse junto a líderes fascistas; en esta época de democracia de baja intensidad parece ser que por encima de la voluntad de los pueblos se encuentran los intereses de la Unión europea o las recetas del FMI que, por supuesto, Arseni Yatseniuk seguirá a pies juntillas.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario