No sabemos cuánto habrá influido vuestra protesta simbólica desde lo alto de aquella farola en la Puerta del Sol, pero lo que es seguro es que con ese gesto, con vuestro sacrificio -que sin duda os acarreará injustas multas y sanciones-, habéis llamado la atención de la opinión pública nacional e internacional, habéis dejado claro al mundo de que los españoles no estamos para Juegos, pues bastante hartos estamos ya de que jueguen con nosotros. Ya está bien de tener que soportar los caprichos de la rancia oligarquía patria, casta de especuladores y parásitos, que continuamente confunde el interés general con el suyo propio.
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