Muchos ciudadanos no podemos evitar sentir vergüenza ajena ante las declaraciones de la secretaria general del PP, quien afirma que "Rajoy ha salvado a una España que estaba al borde del crack". Suena a broma de mal gusto hablar de un país "salvado" mientras miles de familias siguen condenadas a la precariedad, cuya única esperanza se reduce a encontrar trabajos de carácter temporal rozando el sueldo mínimo, gracias todo ello a una reforma laboral redactada al gusto de los grandes empresarios del país. A estas alturas todos sabemos que aquí sólo se salva a la banca, cuyos inversores pudieron respirar más tranquilos tras ser liberados de la carga de sus activos inmobiliarios con el banco malo.
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