Los deseos de año nuevo han de ir de la mano de un compromiso activo de cambiar las cosas. En la mano de cada ciudadano se encuentra responder de modo crítico a las promesas de los gobernantes, portavoces de los grandes poderes.
Año nuevo, vida nueva, reza el dicho. Quizás por eso, en un momento de simbólico comienzo de una nueva etapa, aunque sea una simple marca en el calendario, nos gusta desear las mejores fortunas a amigos y allegados.
Unos deseos de felicidad que contrastan con el balance del año que termina. 2012 ha dejado un intolerable rosario de números rojos[1] en forma de recortes en derechos fundamentales, en justicia social, en desigualdad ante la ley y la justicia. El gran capital ha mostrado su verdadero rostro, desvelando su plan para la periferia europea, en el que también pretende incluir a Francia[2]. Sus portavoces afirman sin tapujos que el año entrante será duro[3]. Esto significa que seguirán ahondando en las políticas de austeridad que tanto daño están haciendo a las clases populares en toda Europa[4]. La brecha entre ricos y pobres se hará aún mayor[5], mientras una parte de la población más precarizada seguirá sin comprender lo que realmente ocurre e irá extremizando sus ideas. No es casual el espectacular incremento de apoyos a Amanecer Dorado en Grecia y su desembarco en Italia[6].
El fantasma del rescate -el que no admite eufemismos- seguirá ahí[7]. El miedo a su llegada posiblemente justificará nuevas reformas en legislación laboral y en pensiones. El desempleo, seguirá siendo el gran drama, por lo que nadie se atraverá a denunciar la galopante precariedad laboral que venimos sufriendo. Muchas empresas de economía perfectamente saneada seguirán presionando a sus trabajadores para que acepten bajadas de sueldos, mientras las administraciones hará lo propio con sus empleados[8]. Día a día nos iremos alejando del Estado del Bienestar para asumir una economía de subsistencia, basada en la competición entre supervivientes en un mercado laboral incapaz de dar empleo para todos, y mucho menos digno.
Los servicios públicos seguirán siéndolos, aunque para beneficio privado. La privatización de hospitales y escuelas significa que los enfermos perderán su estatus de pacientes para pasar a ser clientes, al igual que los alumnos. Tanto puedas pagar, así será el trato recibido y la calidad del servicio.
Podemos desear un feliz 2013 pero, como bien apuntaba un amigo, la felicidad no se alcanza con el deseo, sino con la lucha, el antagonismo y las resistencias. La aceptación acrítica y borreguil de nuestro destino es el sueño hecho realidad de los grandes poderes y sus secuaces. Los buenos deseos han de transformarse en un activismo personal que permita reapropiarnos de nuestras propias vidas, que nos lleve a la construcción de algo que merezca llamarse humanidad.
[1] http://www.eldiario.es/piedrasdepapel/2012_6_83701631.html
[2] http://www.economist.com/news/leaders/21566640-why-france-could-become-biggest-danger-europes-single-currency-time-bomb-heart
[3] http://www.elmundo.es/elmundo/2012/12/30/economia/1356890989.html
[4] http://www.noticiasdealava.com/2012/12/29/politica/estado/austeridad-y-reformas-sera-tambien-el-credo-de-rajoy-para-2013-un-ano-muy-duro
[5] http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/14/actualidad/1350245239_192913.html
[6] http://ecodiario.eleconomista.es/politica/noticias/4435504/11/12/Los-tentaculos-de-Amanecer-Dorado-se-extienden-por-Europa-desembarcan-el-Italia.html
[7] http://www.laprovincia.es/economia/2012/12/31/espana-comenzara-2013-sobra-rescate-ue/506316.html
[8] http://www.rtve.es/noticias/20120809/bce-apuesta-bajada-salarios-espana/555706.shtml
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