Todo indica que la banca privada alemana ha dado claras instrucciones al Gobierno de Merkel y a todo el establishment mediático europeo para desincentivar la intención de voto de la ciudadanía griega a Syriza. La táctica del miedo a un futuro aún peor para Grecia es el único argumento que queda a una oligarquía que niega sistemáticamente el derecho de todo un pueblo a elegir libremente su destino.
Según se ha ido acercando la fecha del 17 de junio de 2012, el nerviosismo entre los representantes de la denominada troika se ha hecho más que notable. Por primera vez en muchísimo tiempo, se ha presentado la posibilidad real de que un candidato que cuestiona el dogma neoliberal pueda acceder a la presidencia de un estado europeo.
El clásico bipartidismo, por el cual dos partidos perfectamente en sintonía con las directrices económicas de la Unión Europea se suceden en los distintos gobiernos a lo largo del tiempo, se encuentra amenazado por la emergencia de Syriza. En vista de las favorables encuestas para esta formación política, Alemania, cuyo papel en Europa se reduce a asegurar que sus banqueros cobren las deudas de los estados periféricos, comenzó una campaña del miedo destinada a desincentivar la intención de voto de los ciudadanos griegos hacia el partido de izquierdas.
Por supuesto, el establishment mediático ha sido el primero en cargar tintas contra Syriza, que comenzó por lo fácil: el nombre de la entonces coalición. Syriza (ΣΥΡΙΖΑ) es el acrónimo de Συνασπισμός Ριζοσπαστικής Αριστεράς, que se traduciría como "Coalición de Izquierda Radical". El término "radical" ha sido repetido hasta la saciedad en la mayoría de las noticias referentes a la coalición. El término "radical", fuera de contexto, tiene connotaciones negativas. A casi nadie le gusta ser tachado de radical, pues puede ser sinónimo de extremista, de fanático. Sin embargo, la entrada tercera del término "radical" en el Diccionario de la RAE lo define como "partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático"[1], sentido mucho más acorde con las intenciones declaradas por el partido griego en su programa electoral.
Así, radicalidad se ha asociado con peligro para Europa. Se ha hablado del impacto de unos resultados favorables a Syriza que harían tambalear las bolsas europeas y al propio euro. La misma mañana de las elecciones, un titular en El País decía "Los griegos deciden en las legislativas el futuro del país y del euro"[2], en el que se implícitamente se asociaba una eventual victoria de Syriza con la salida de Grecia de la moneda europea. Si bien no es novedad afirmar que el pueblo griego lo está pasando realmente mal, su situación sería incluso aún peor en el caso de una eventual salida del euro, pues la consiguiente devaluación de la nueva moneda agravaría su emprobrecimiento, al afectar a sus ahorros y poder adquisitivo[3]. El asunto de la salida del euro ha sido utilizado como elemento de manipulación de tal calado que el líder de Syriza, Alexis Tsipras, ha tenido que aclarar repetidas veces su intención de mantener a Grecia en la Eurozona[4], llegando a hacer evolucionar su eslogan electoral a un clarificador "con los radicales y con el euro"[5]. Quien mejor ha expresado la situación de acoso a Syriza ha sido el Responsable Internacional de la formación, Costas Isychos, al sostener que todo el asunto de la salida del euro "es un chantaje mediático y político antes de las elecciones"[6].
La intención de Tsipras, tal como ha dejado claro en su programa electoral, es la ruptura con las políticas de austeridad que tanto daño han hecho a la clase trabajadora en Grecia, Portugal o España. La cuestión, como ya se apuntó anteriormente, es que estas políticas son impuestas por Alemania con el objetivo de asegurar los cobros de su banca privada. He ahí el temor del Gobierno Merkel: Syriza quiere hacer buena la máxima de que "si usted debe 6.200 euros a un banco tiene un problema, pero si debe 620.000 euros el problema es del banco". Más aún, el BCE no se encuentra en condiciones de permitir la salida de Grecia del euro, aunque llegase a gobernar un partido favorable al regreso al dracma. El motivo lo explica el profesor Vicenç Navarro, quien explica que la salida de Grecia del euro supondría un coste para Alemania del orden de 300.000 millones de euros, con un efecto contaminante sería imposible de evitar que "forzaría una inversión enorme por parte del BCE y Alemania a fin de que no se colapsaran España e Italia"[7].
Cuando Merkel anima a los ciudadanos griegos a votar a aquellas formaciones que digan "sí, mantendremos nuestros compromisos [del pago de la deuda]"[8], trata de eludir el derecho del pueblo griego a realizar una auditoría pública de su deuda, para determinar así qué parte de la deuda puede considerarse "odiosa" y, por tanto, procederse a su anulación. Ni que decir tiene, los primeros perjudicados por tal medida serían los bancos privados alemanes. Por eso mismo, Jean-Claude Junker, presidente del Eurogrupo, ha enviado un claro mensaje al electorado griego de las "impredecibles" consecuencias para la Unión Europea de una victoria de Syriza[9].
Grecia, la cenicienta de Europa, vuelve a sufrir una segunda injerencia en su política doméstica. Primero fue la imposición del tecnócrata Lukas Papadimos como presidente de Gobierno. Ahora, el chantaje del miedo a la población griega para que se abstenga de votar a un partido cuyo programa da la espalda a las nefastas políticas neoliberales, las mismas que llevaron a los trabajadores de todo un país a la ruina. Como bien indica el periodista Pascual Serrano, "cuando ganan los suyos es la fiesta de la democracia y cuando no consiguen ganar es un cataclismo"[10].
Así, radicalidad se ha asociado con peligro para Europa. Se ha hablado del impacto de unos resultados favorables a Syriza que harían tambalear las bolsas europeas y al propio euro. La misma mañana de las elecciones, un titular en El País decía "Los griegos deciden en las legislativas el futuro del país y del euro"[2], en el que se implícitamente se asociaba una eventual victoria de Syriza con la salida de Grecia de la moneda europea. Si bien no es novedad afirmar que el pueblo griego lo está pasando realmente mal, su situación sería incluso aún peor en el caso de una eventual salida del euro, pues la consiguiente devaluación de la nueva moneda agravaría su emprobrecimiento, al afectar a sus ahorros y poder adquisitivo[3]. El asunto de la salida del euro ha sido utilizado como elemento de manipulación de tal calado que el líder de Syriza, Alexis Tsipras, ha tenido que aclarar repetidas veces su intención de mantener a Grecia en la Eurozona[4], llegando a hacer evolucionar su eslogan electoral a un clarificador "con los radicales y con el euro"[5]. Quien mejor ha expresado la situación de acoso a Syriza ha sido el Responsable Internacional de la formación, Costas Isychos, al sostener que todo el asunto de la salida del euro "es un chantaje mediático y político antes de las elecciones"[6].
La intención de Tsipras, tal como ha dejado claro en su programa electoral, es la ruptura con las políticas de austeridad que tanto daño han hecho a la clase trabajadora en Grecia, Portugal o España. La cuestión, como ya se apuntó anteriormente, es que estas políticas son impuestas por Alemania con el objetivo de asegurar los cobros de su banca privada. He ahí el temor del Gobierno Merkel: Syriza quiere hacer buena la máxima de que "si usted debe 6.200 euros a un banco tiene un problema, pero si debe 620.000 euros el problema es del banco". Más aún, el BCE no se encuentra en condiciones de permitir la salida de Grecia del euro, aunque llegase a gobernar un partido favorable al regreso al dracma. El motivo lo explica el profesor Vicenç Navarro, quien explica que la salida de Grecia del euro supondría un coste para Alemania del orden de 300.000 millones de euros, con un efecto contaminante sería imposible de evitar que "forzaría una inversión enorme por parte del BCE y Alemania a fin de que no se colapsaran España e Italia"[7].
Cuando Merkel anima a los ciudadanos griegos a votar a aquellas formaciones que digan "sí, mantendremos nuestros compromisos [del pago de la deuda]"[8], trata de eludir el derecho del pueblo griego a realizar una auditoría pública de su deuda, para determinar así qué parte de la deuda puede considerarse "odiosa" y, por tanto, procederse a su anulación. Ni que decir tiene, los primeros perjudicados por tal medida serían los bancos privados alemanes. Por eso mismo, Jean-Claude Junker, presidente del Eurogrupo, ha enviado un claro mensaje al electorado griego de las "impredecibles" consecuencias para la Unión Europea de una victoria de Syriza[9].
Grecia, la cenicienta de Europa, vuelve a sufrir una segunda injerencia en su política doméstica. Primero fue la imposición del tecnócrata Lukas Papadimos como presidente de Gobierno. Ahora, el chantaje del miedo a la población griega para que se abstenga de votar a un partido cuyo programa da la espalda a las nefastas políticas neoliberales, las mismas que llevaron a los trabajadores de todo un país a la ruina. Como bien indica el periodista Pascual Serrano, "cuando ganan los suyos es la fiesta de la democracia y cuando no consiguen ganar es un cataclismo"[10].
[1] Definición de "radical" en el Diccionario de la Lengua Española, RAE.
[2] "Los griegos deciden en las legislativas el futuro del país y del euro". El País, 17 de junio de 2012.
[3] "Lo que realmente importa a los griegos… y decidirá su voto". La Información, 17 de junio de 2012.
[4] "El izquierdista Syriza promete trabajar para que Grecia siga en la Eurozona". RTVE Noticias, 12 de junio de 2012.
[5] "«Con los Radicales y con el euro», nuevo eslogan «conciliador» de la izquierda griega". ABC, 14 de junio de 2012.
[6] ""Decir que saldremos del euro es un chantaje político ante las elecciones"". Público, 15 de junio de 2012.
[7] Vicenç Navarro: "Por qué el euro no está en peligro". Sistema, 8 de junio de 2012.
[8] "Merkel se "entromete" en las elecciones griegas de mañana". Gomera Actualidad, 16 de junio de 2012.
[9] "Juncker: La victoria de SYRIZA traería consecuencias "impredecibles" para la UE". EuropaPress, 16 de junio de 2012.
[10] Pascual Serrano: "Ahora los medios ven una “tragedia griega” en la “fiesta de la democracia”". Mundo Obrero, 15 de junio de 2012.
Por ahora, el establishment ha salvado los muebles. Parece quen ha ganado ND. Pero como se envalentone Ágela Merkel, es posible que hunda el país todavía mas y que las próximas elecciones ND se hunda como ya le paso al PASOK. De lo que me alegraría si no fuera por el inmenso dolor infligido.
ResponderEliminarTendría mucho mérito, muchísimo, que una formación que se encara contra el sistema y los mercados consiguieran una victoria, ¿sabéis por qué? Porque todas las batallas están perdidas si ellos poseen los medios y amedrantan a las gentes. Caso Grecia, caso España, Italia, suma y sigue.
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