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martes, 3 de enero de 2012

Un propósito de año nuevo: ser dueños de nuestras propias vidas

Con la excusa de la crisis los ciudadanos vemos cada día empeorar nuestras condiciones mientras los poderosos son cada vez más ricos e influyentes. Como paso previo para cambiar esta injusta tendencia, cada trabajador, como individuo, ha de plantearse ser dueño de su propia vida, despertar la mentalidad crítica necesaria para ejercer una verdadera libertad de pensamiento.

La crisis llega a su quinto año. Aunque España se encuentra al borde de la recesión[1], se continuará insistiendo en las mismas recetas basadas en recortes sociales y laborales. Seguiremos siendo los trabajadores -e incluyo en ese término a pequeños empresarios y autónomos- quienes pagaremos cada intento de recuperación de la crisis.

Nos hemos acostumbrado a que las apariciones de nuestros políticos sean para anunciar recortes, los cuales asumimos como necesarios para salir de la crisis. Incluso se empieza a dar el caso de ministros que justifican sus agresivas medidas en que, en cualquier caso, “las hubieran impuesto otros”[2]. Declaraciones inquietantes, síntoma de una peligrosa delegación de soberanía en otros a quienes el pueblo español no ha elegido que ya tiene precedentes. No hace mucho el Banco Central Europeo forzó a los gobiernos español e italiano a cambiar sus constituciones para introducir en ellas un límite al déficit, además de dar prioridad sobre cualquier otro gasto al pago de la deuda pública. Días antes de las elecciones generales Mariano Rajoy contactaría con Angela Merkel para expresarle que  “a cambio de 100.000 millones de euros está dispuesto a hacer las medidas que sea necesario”[3]. 

La Unión Europea liderada por el tándem Merkel-Sarkozy demuestra estar al servicio del sector financiero y, muy especialmente, de la banca privada, de quienes se han convertido en portavoces. El neoliberalismo ha infectado a los gobiernos de la Zona Euro y están imponiendo su dogma económico a fuerza de crisis. No se permiten opiniones alternativas. Mientras este dogma siga indiscutible, nuestros derechos irán siendo recordados uno tras otro. Los argumentos de los economistas críticos apenas son divulgados por los medios de comunicación tradicionales, en una clara manipulación para que parezca que no hay alternativas. 

Pero sí hay alternativas, como argumentan expertos economistas de ambos lados del Atlántico. El problema está en el sistema financiero que con su comportamiento destructivo está condenando a Europa a una Gran Recesión[4]. La salida a la crisis no será posible mientras no se produzca un cambio de rumbo en las políticas económicas a escala europea.

Esto significa un desafío claro al neoliberalismo, que no es más que el último estadio en la evolución del capitalismo. A pesar de que en la actual sociedad de lo políticamente correcto el concepto de lucha de clases se haya convertido en tabú, la realidad nos demuestra que ahora es un concepto muy vigente y, posiblemente, se esté llevando con mayor virulencia que nunca. No en vano, los ricos son cada vez más ricos y poderosos; mientras los trabajadores son cada vez más pobres tanto en lo económico como en derechos[5]. La lucha de clases es consustancial al capitalismo. Warren Buffet, quien amasa una de las mayores fortunas del mundo expresó en un arranque de sinceridad que “Claro que hay lucha de clases, pero es la mía, la de los ricos, la que está haciendo la guerra, y estamos ganando”[6]. No podemos dejar de darnos por aludidos ante el descaro de tal mensaje: es una guerra contra usted, contra mí, contra todos nosotros, la clase trabajadora.

Quizás sea el comienzo del año, sobre todo uno que promete tanta dureza para los trabajadores como el 2012, el momento para plantearse el propósito de responder, aunque sea inicialmente de modo individual, a la beligerancia del neoliberalismo en ciertas actitudes personales, pequeños granos de arena que sirvan al menos para alcanzar la satisfacción personal de no sentirse sumiso hacia un sistema donde la democracia hace aguas, mientras la banca privada acrecienta a diario su poder e influencia.

Los 6 puntos que aparecen a continuación son ejemplos de esos granitos de arena, en forma de rebeldía y libertad de pensamiento, que toda persona libre debería plantearse en aras de despertar su conciencia de clase[7]:
  • Practicar el pensamiento crítico y libre; contrastar todo lo posible entre ideas, entre opiniones e informaciones opuestas; leer la prensa oficial y la alternativa disponible en Internet; cuestionar todo y permitir ser siempre cuestionado; practicar el método científico en nuestras vidas cotidianas (el contraste entre las teorías y entre la teoría y la práctica).
  • Someterse lo menos posible en el trabajo, cumplir lo estrictamente necesario en nuestros puestos de trabajo, trabajar para vivir y no al revés, tener siempre muy presente que la empresa es nuestra enemiga, en cualquier momento puede despedirnos, sólo somos números para ella.
  • Aprovechar nuestro tiempo libre al máximo, ser libres en nuestro tiempo libre, librarnos de compromisos y disciplinas innecesarios. Luchar por la cantidad y la calidad del tiempo libre. Procurar disponer del máximo tiempo libre posible y procurar ser lo más libre posible durante el tiempo libre de que dispongamos. Procurar satisfacer también nuestras necesidades intelectuales todo lo posible. Además de cuidar nuestro cuerpo, debemos cultivar nuestra mente, lo que más nos diferencia del resto de animales. De esta manera nos desarrollamos más como seres humanos. Somos así menos ovejas.
  • Controlar los gastos en vez de obsesionarnos con aumentar constantemente los ingresos; consumir menos, lo realmente necesario, endeudarnos lo menos posible; aprovechar todas las ocasiones en que podamos hacer cosas interesantes sin gastarnos mucho dinero; disfrutar de las cosas sencillas de la vida, dar prioridad a las cosas verdaderamente importantes, disfrutar de la familia, de los amigos, de la naturaleza, de la cultura; aprovechar al máximo nuestras posibilidades, sin obsesionarnos tanto en aumentarlas a toda costa e incesantemente.
  • Usar el derecho al voto de forma inteligente y realista, ejercer un voto útil, considerando que el voto más útil es el que puede contribuir a cambiar las cosas en profundidad, no conformarse con parches. No perder de vista que otro sistema es necesario y posible. No conformarse con cambios de gobiernos, aspirar a cambiar el propio sistema. El voto más útil, el ejercicio del derecho al voto más útil, es el que contribuye a los cambios sistémicos. Debemos votar a los partidos que apuesten por cambios profundos, que defiendan el desarrollo de la democracia. O, si no los encontramos, debemos practicar la abstención, o el voto protesta como el voto nulo (pero no el voto en blanco si beneficia a los grandes partidos, como así ocurre actualmente en España), como forma de boicot a la oligocracia, para intentar forzar los acontecimientos, para cuestionar a la escasa y simbólica “democracia” actual.
  • Desconfiar siempre del poder y de quienes lo defienden acríticamente o sólo lo critican superficialmente. Desconfiar de quienes no critican al sistema, de quienes no profundizan. El sistema dista mucho de la perfección. Quien evita criticarlo profundamente, lo sustenta, es sospechoso de ser uno de sus lacayos.
El único modo de ser dueños de nuestras propias vidas pasa por la rebeldía a este sistema de banqueros y especuladores. Una rebeldía con causa que no conciba vivir con la cabeza agachada, a expensas de los caprichos de patronales sin conciencia. Somos el pueblo pacífico a quienes nos declararon una guerra que no buscábamos ni deseábamos, pero que sufrimos cada vez con más intensidad. El camino puede ser arduo, complicado, implica compromiso y valentía, exige pensar sin miedo, requiere humanidad. Porque vivir de rodillas es el primer síntoma de esclavitud, para uno mismo y nuestra descendencia, y quien acepta ser esclavo sin lucha reniega de su condición humana.


[1] "Crisis: año V", Público, 1 de enero de 2012.
[5] Vicenç Navarro, "Concentración de la riqueza", Público, 29 de diciembre 2011.
[6] "In Class Warfare, Guess Which Class Is Winning", The New York Times, 26 de noviembre de 2006.
[7] Tomo estos puntos de un magnífico artículo que encontré en el Blog de José López: "Un grano de arena".

1 comentario:

  1. Difunde, grita, hazte ver... es tu obligación, es la obligación de todos. Que no solo se pelea en la calle, que aquí es donde más daño se hace.
    Busquemos a otros que sueñan lo mismo que nosotros, son tantos que apenas podemos fallar.
    Ánimo amigo.
    Pelayo
    http://amarras1936.blogspot.com/

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