sábado, 31 de mayo de 2014

Diccionario de la Crisis: utopía regresiva

utopía.
(Del gr. οὐ, no, y τόπος, lugar: lugar que no existe).
~ regresiva.
1. f. Término utilizado para referirse despectivamente a las experiencias democratizadoras llevadas a cabo en algunos estados de América Latina a partir de los años 90 del siglo XX y, por extensión, a cualquier iniciativa política emergente cuyo objetivo principal sea reclamar la soberanía popular frente a los mercados y los grandes poderes financieros. Una alternativa bolivariana influida por utopías regresivas.*


[1] "Felipe González, sobre Podemos: "La alternativa bolivariana sería una catástrofe"". El Plural, 29 de mayo de 2014.

El fenómeno Podemos: sobre gatos, ratones y sentido común

Durante la mañana del domingo 25 de mayo recibí un mensaje en el móvil. Se trataba de una persona cercana que me pedía el enlace del vídeo de "los ratones". Pretendía enseñárselo a sus padres en un último intento para convencerlos de que no votasen en blanco. El día siguiente, a la hora del café, un conocido me confesaba que por primera vez se sentía liberado de las ataduras del voto útil y había dado su apoyo a quien realmente quería. A última hora de aquella jornada coincidía con dos amigos que estaban discutiendo sobre los resultados de las elecciones. "¿Pero qué va hacer 'el coleta' cuando llegue a Europa?, yo prefiero votar al PP sobre seguro", argumentaba uno de ellos.

Mordiéndome la lengua para no hacer un chascarrillo acerca del "sobre seguro", me limité a preguntar al aún votante popular si se sentía feliz con sus condiciones laborales. La obvia respuesta de alguien que hace años que no sabe lo que es un aumento de sueldo, que prolonga diariamente su jornada laboral sin cobrar más por ello, a quien sus jefes tratan como si de un favor le estuvieran haciendo por permitirle trabajar, me permitió ahondar en sus contradicciones. "¿Y a quién crees que votaron ayer los dueños de la empresa para la que trabajas?".

Desde la más simple lógica es inconcebible que explotados y explotadores vayan de la mano, apuesten los las mismas fuerzas políticas, compartan más intereses que el aire que respiran. Al fin y al cabo, de eso se trata la fábula de los ratones que con tan magnífica maestría contase Pablo Iglesias en un mitin de campaña. De la incongruencia de que una mayoría explotada confíe su gobierno a la minoría que los explota. Del país de los ratones que votaban a los gatos como gobernantes. Gatos negros, gatos blancos, gatos moteados. Siempre gatos.

Ya venía siendo hora de que, tan siquiera, los ratones aspirasen a ser dueños de su propio destino. Por supuesto que siempre ha habido personas y organizaciones con sinceros deseos de que aquello fuese una realidad, sería injusto no reconocerlo, pero han pecado o bien de una completa incomprensión de los mecanismos que mueven a las masas o bien, lo que es peor, de un molesto complejo de inferioridad.

El gran mérito de Podemos no ha sido el gesto contable de haber conseguido cinco eurodiputados en apenas cuatro meses de existencia, sino el haber hecho mella en el sentido común -en su acepción gramsciana-, hegemonizado hasta ahora por los grandes poderes, según el cual hay que votar "sobre seguro" o, lo que es lo mismo, a los partidos del régimen; que arriesgar apoyando a fuerzas de izquierda implica que los grandes empresarios se enfaden y nos pongan las cosas aún peor; que es mejor desentenderse de la política que, para eso, hay quienes piensan por nosotros.

En una situación de emergencia social como la que actualmente vivimos, el único camino posible para revertir la situación pasa por canalizar el descontento generalizado con las políticas que las mayorías llevamos sufriendo. Políticas lesivas para las mayorías, como las limitaciones de velocidad para los ratones de la fábula, que los convertía en presa fácil de los gatos. Llamémoslas recortes, flexibilidad laboral, subidas del IVA. Ataques a los derechos en una suerte de guerra de baja intensidad no declarada, pero llevada a cabo unilateralmente por los gatos de la fábula y los grandes poderes en la realidad. Esto se llama lucha de clases, aunque la mayoría aún no se haya enterado de ello.

Podemos ha sabido señalar al enemigo, esa clase antagonista que empieza a ponerse nerviosa y cada día que pasa lanza nuevas descalificaciones contra los promotores de esta iniciativa ciudadana. Por eso, cuando los personajes de la casta política -los gatos de la fábula que gobiernan para los gatos- acuden a los púlpitos de los medios de comunicación para tachar al proyecto Podemos de utopía regresiva, lepenista o, simplemente, friki, evidencian su temor al derrumbe de sus particulares torres de marfil, asentadas sobre décadas de conformismo y sumisión, debido a un potencial cambio de mentalidad fomentado por movimientos como Podemos. No obstante, volviendo a poner los pies en el suelo, no hay que olvidar que, en estos momentos, lo más revolucionario posible es ahondar en ese cambio de mentalidad para que rompa los tabúes, mitos y falacias en los que se apoyan los poderosos para mantener sus privilegios.

Al menos, la chispa de ilusión ha prendido en mucha gente, cosa que me confirmó un votante de Podemos cuando me confesaba que no había sentido tal ilusión con unas elecciones desde la época de Felipe González, allá por 1982. Le tuve que recordar que una sutil diferencia entre Podemos y el PSOE de los ochenta es que, mientras los socialistas fueron financiados por algunos poderes alemanes, los primeros recurrieron exclusivamente al apoyo de sus simpatizantes.

Nos encontramos ante el enésimo intento de las clases populares de arrebatar a los poderosos sus privilegios, su capacidad de decidir sobre nuestros destinos. Podemos ha nacido con vocación de convertirse en instrumento de politización de aquella gran parte de la ciudadanía que se declara apolítica, en el revulsivo necesario para que el espíritu de las mareas cívicas o el de los movimientos vecinales como Gamonal impregne al resto de la población. Quizás nos encontremos ante la oportunidad de articular a la sociedad en torno a los valores de libertad, igualdad y fraternidad en su concepción más humana.

La moraleja de aquella fábula es que la alternativa es la barbarie, como amenazan las opciones totalitarias en otros estados en Europa. O los ratones se hacen dueños de su propio destino, o vendrá finalmente alguna rata extremista al servicio de los gatos para sumir al pueblo en la intolerancia y la opresión. Sirva Podemos como una vacuna contra fascismos venideros.


martes, 27 de mayo de 2014

Contraofensiva del FMI (más IVA, menos salarios)

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Fuente: La Información
Una vez pasadas las elecciones, el FMI vuelve a dar excusas al Gobierno español para continuar con su particular cruzada austericida contra la mayoría de los españoles. Se trata de una nueva reedición de las recetas neoliberales de los últimos años, que viene a significar subidas de impuestos indirectos y reducción de salarios. Todo justificado bajo la cantinela de que es "la mejor forma de crear empleo", aunque hasta ahora se haya demostrado ineficaz. Afortunadamente, cada vez más gente comprende que todo esto no es más que lucha de clases, aunque cada día se recrudezca más. Es la naturaleza de los grandes poderes, banca y especuladores, exclusivamente interesados en su propio beneficio, aunque sea a nuestra costa.

lunes, 26 de mayo de 2014

Mañana seguirá gobernando la casta, pero el sentido común está cambiando

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Fuente: Público
Enorme demostración de cordura por parte de Pablo Iglesias al frenar cualquier gesto de triunfalismo al recordar que PODEMOS ha "nacido para echar al gobierno de la casta y acabar con la corrupción" y que, a pesar de los buenos resultados electorales, "mañana seguirá gobernando la casta". Por el momento, a PODEMOS no le vamos a pedir la revolución. Nos conformamos con que siga transformando el sentido común de las mayorías.

miércoles, 21 de mayo de 2014

Cuando lo que está en juego es el futuro, ¿quién mueve Europa?

Las próximas elecciones al Parlamento Europeo se perfilan como un referéndum sobre la firma de un tratado comercial con los EEUU, apenas divulgado por los medios de comunicación mayoritarios, que plantea una seria de medidas realmente lesivas para la mayoría de los ciudadanos europeos. Lamentablemente, la postura de los principales partidos del régimen del 78 es favorable a este tratado.

El bipartidismo oficial en España insiste en evocarnos un futuro sin adjetivos, que la mayoría percibimos como muy oscuro, a la vez que intenta implicarnos en una Europa cada vez más alejada de las personas. Es el discurso de campaña de dos gigantes que acaban de descubrir sus pies de barro entre contradicciones como repetir que no son lo mismo[1], a pesar de no ocultar su predisposición a gobernar juntos si llegase el momento[2].

Las próximas elecciones al Parlamento Europeo poco tienen que ver con la escasa sensibilidad de género de un ex-ministro entomófago aficionado a comer yogures caducados[3], o la irrupción de una candidata que no sabe distinguir entre un consejero de Gas Natural y un líder revolucionario[4]. El próximo 25 de mayo se celebrará, sobre todo, un plebiscito donde se decidirá el futuro de la democracia en todo el continente. Un futuro que depende de la firma del Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la UE. Así, sin que sirva de precedente, hay que reconocer que, en cierto modo, el Partido Popular dice la verdad en su eslogan cuando afirma que "lo que está en juego es el futuro".

Ya no nos encontramos ante aquella idílica Europa de los pueblos, hoy desfigurada entre medidas de austeridad y recortes. Ahora, más que nunca, vivimos en la Europa de los mercados. Una Europa al servicio de la oligarquía que envía hombres de negro a los estados desobedientes. Una Europa que se alía con instituciones financieras para someter a su periferia a la tiranía de la deuda. Una Europa que ya no aspira a ser los Estados Unidos de Europa que profetizase Winston Churchill, sino la Europa de los Estados Unidos.

Los ciudadanos no podemos dejar que la construcción de Europa quede en manos de los grandes poderes y sus acólitos, como hemos hecho desde los primeros días de la aventura europea. Lejano queda aquel primero de enero de 1986 cuando España entraba a formar parte de lo que hoy es la Unión Europea. En aquellos momentos Europa simbolizaba, para gran parte del pueblo español, los valores que durante cuatro décadas se le había negado. Modernidad, libertad e, incluso, ciudadanía pues, desde ese preciso instante, fuimos, además de súbditos españoles, ciudadanos europeos. Nos conformamos sólo con eso.

De aquel modo, los ciudadanos europeos fuimos parte pasiva en la reconstrucción del continente, más pendientes a cantos de sirena -y carteles en carreteras anunciando subvenciones con fondos europeos- que de ser protagonistas de aquel proceso. Aceptamos Maastricht y, más tarde, la Constitución Europea a ritmo de Los del Río sin un mínimo de escepticismo[5]. Todo aquello permitió asentar las bases de las actuales políticas de recortes que acabarían enterrando el espejismo del estado del bienestar.

Hoy en día, cuando ni tan siquiera se respira ilusión por esta Europa, se vuelve a dar una nueva vuelta de tuerca a las políticas neoliberales con la negociación, en el más absoluto de los secretos[6], de la Asociación Transat­lántica para el Comercio y la Inversión (ATCI o TTIP), un tratado de libre comercio que puede suponer un antes y un después en cuestiones de derechos fundamentales y de soberanía.

El TTIP tendrá graves implicaciones en nuestras vidas, como el hecho de que las multinacionales escapen definitivamente al control político de los estados[7]. Esto significará que las grandes empresas podrán saltarse las constituciones nacionales al poder recurrir a tribunales internacionales de arbitraje, que incluso podrán estar compuestos por abogados de las mismas compañías. Previsibles sentencias en contra de los estados no servirán más que para agravar su deuda, generando un fuerte efecto disuasorio en las administraciones públicas a la hora de decidir sus políticas. Así, es normal preguntarse cuántas demandas de los ciudadanos serán desoídas ante la onerosa amenaza de enfrentarse a gigantes multinacionales que tendrán la sartén por el mango. Será el final de los derechos contemplados por las constituciones nacionales para dar paso a los intereses corporativos. Los grandes lobbies, más poderosos que nunca, exigirán competitividad como eufemismo de competencia a la baja, lo que afectará a nuestros derechos fundamentales, a la sanidad, a los sueldos, a la calidad de nuestras vidas. Una situación en la que dejaremos de ser ciudadanos para pasar a ser simplemente consumidores propiedad de las grandes multinacionales.

Sin embargo, el Parlamento Europeo tendrá que aprobar el TTIP, por lo que aún hay esperanza. Por eso mismo, en esta ocasión, la abstención no sirve. Hay que poblar Estrasburgo de gente contraria a la firma del pacto EU-EEUU, pues ya sabemos que los partidos del régimen del 78, los que se quejan de desafección hacia la política, darán su apoyo al Tratado de Libre Comercio[8]. En esta ocasión, el voto es más importante que nunca.

Hemos de darnos cuenta que ésta no es la Comunidad Europea que en el 86 ingenuamente recibimos con el canto de "¡qué viva el IVA!". Nos encontramos ante una evolución -aún a peor- de aquella Europa de Maastrich que aceptamos hipnotizados por los cantos de sirena de los mercados, los mismos que luego nos arrastrarían a la actual crisis, los mismos que ahora nos hacen pagar por sus errores. Una Europa de mercaderes donde todo está en venta, incluso la democracia y los derechos fundamentales. Es por eso necesario que la clase trabajadora se apropie del "tú mueves Europa", arrebatándoselo a los grandes poderes fácticos, lanzando un claro mensaje de que ya no acepta más agresiones a la democracia y los derechos fundamentales.


[1] "No somos lo mismo". El País, 16 de mayo de 2014.
[2] "PP y PSOE buscarán un pacto de Estado para gobernar juntos a partir de 2015". Asturias 24, 7 de abril de 2014.
[3] "Cañete: "Yo abro la nevera, como un yogur caducado y no me sienta mal"". Público, 10 de enero de 2013.
[4] "Valenciano dice que transitó "de Jesucristo a la revolución"". EuropaPress, 6 de mayo de 2014.
[5] ""Los del Río", apoyando el Sí a la Constitución Europea con la fuerza de la razón". Rebelión, 15 de enero de 2005.
[6] "Lo que esconde el tratado comercial transatlántico". Diagonal Periódico, 7 de octubre de 2013.
[7] "Las multinacionales escaparán al control político con el Tratado de Libre Comercio UE-EEUU. Público, 20 de mayo de 2014.
[8] "PP y PSOE rechazan someter a referéndum el tratado de libre comercio entre EEUU y la UE ". El Diario, 7 de mayo de 2014.

domingo, 18 de mayo de 2014

El desprecio a la democracia por parte de un gobierno al gusto de la troika

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Fuente: InfoGrecia
Cada vez más, Grecia parece el Chile de 1973 sin Pinochet pero con troika, sin la infame DINA pero con temibles hombres de negro. En Chile se realizaban ejecuciones sumarias, mientras en Grecia se deja morir a personas sin atención médica. En Chile se privatizó casi todo, Grecia va en el mismo camino. Ahora le toca el turno al agua en Tesalónica. La reacción del pueblo griego, harto de políticas neoliberales, ha sido la organización de un referéndum. En respuesta, el Gobierno griego -temeroso de un NO- ha decidido ilegalizar la consulta, amenazando con arrestar a los ciudadanos que participen en él. En definitiva, un ejemplo más del desprecio a la democracia que la Europa de los mercados preconiza.

jueves, 15 de mayo de 2014

3 años después del primer despertar

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Fuente: 20 Minutos
Los ecos de aquel despertar aún resuenan en las calles y plazas españolas. Si en aquellos días se vivía indignación, hoy estamos en pleno proceso de politización. Sin darnos cuenta, hemos absorbido la idea de que democracia no es votar cada cuatro años, que protestar sirve, que de esta crisis sólo saldremos cuando nosotros, el pueblo, cuando decidamos ser soberanos de nuestro destino. Por eso la semilla del 15M ha germinado en las mareas ciudadanas, en las plataformas antidesahucios, en los casi dos millones de personas que salieron a las calles el 22 de marzo.

domingo, 11 de mayo de 2014

Diccionario de la Crisis: voto útil

voto.
(Del lat. votum).
~ útil.
1. m. Estrategia electoral llevada a cabo por los grandes partidos con objeto de desincentivar el voto hacia partidos alternativos y perpetuar así el bipartidismo. Para ello, difunden la idea entre los electores de que votar a terceros partidos supone un desperdicio en el voto que, además beneficia indirectamente al contrincante. Rajoy apela al voto útil y pide la movilización de los fieles del PP*. Rubalcaba se lanza a por el voto útil contra IU.**


[*] "Rajoy apela al voto útil y pide la movilización de los fieles del PP". La Voz de Galicia, 10 de mayo de 2014.
[**] "Rubalcaba se lanza a por el voto útil contra IU". Público, 10 de mayo de 2014.

miércoles, 7 de mayo de 2014

Ricos: 67 - Clase Trabajadora: 0

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Fuente: Público
A pesar de que en España hay miseria, hambre, precariedad, desempleo las cosas no van tan mal (eso es lo que nos dicen). Cuando menos, podemos presumir de nuestros ricos que, a pesar de la crisis, hoy son en promedio un 67% más ricos que a finales de 2011. Aunque la mayoría de los ciudadanos vemos empeorar la asistencia sanitaria pública, así como la educación pública, tenemos la certeza de que nuestros ricos podrán seguir pagándose clínicas privadas donde curarse y caros colegios de élite en los que educar a sus hijos. Por supuesto, es lo que nos dicta el nefasto darwinismo social empeñado en instalarse en nuestro sentido común, según el cual sólo los mejores alcanzarán el éxito. Lo que no nos dicen es que esto ocurre a costa de los derechos de la mayoría, por la acción de gobiernos que legislan reformas a la medida de los intereses de los más poderosos, mientras al resto nos convierte en trabajadores de tercera, en esclavos de facto.

Hooligans del Tratado de Libre Comercio EEUU-UE

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Fuente: El Diario
De repente nos encontramos ante un tratado entre los EEUU y la Unión Europea que está siendo desarrollado a espaldas de la ciudadanía. Un tratado con demasiados puntos oscuros que podrían afectar a los estándares sanitarios, medioambientales y democráticos de la actual Europa. Un tratado que, gracias a la claúsula Investor-State dispute settlement, antepone los intereses de las multinacionales a los de los estados. Un nefasto tratado pendiente aún de ser aprobado por el Parlamento Europeo sin que, previamente, se dé la oportunidad al pueblo español de mostrar su opinión al respecto. Los partidos del régimen -PP, PSOE, CiU, PNV y UPyD- lo han decidido así, rechazando el referéndum propuesto por el grupo de la Izquierda Plural.

domingo, 4 de mayo de 2014

A propósito de los carritos del SAT... cambios en el Código Penal

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Fuente: El Confidencial
Al parecer, uno de los cambios proyectados en el Código Penal será la consideración de delito para cualquier sustracción llevada a cabo en supermercados, implicando castigos con penas entre 6 y 18 meses de cárcel. Parece ser que esta medida responde a la presión del lobby de la patronal de la distribución en España, alarmada por el aumento de hurtos en sus centros debido a la crisis. Nos encontramos, en primer lugar, ante una nueva demostración de la incompetencia de este Gobierno para resolver la crisis, cuya única respuesta consiste en endurecer las leyes, sin distinguir entre el ladrón y la persona honrada que se ve obligada a robar empujada por la miseria. No obstante, visto que a nuestros gobernantes no suelen dar puntada sin hilo, resulta inevitable recordar las acciones protesta del SAT y del impacto mediático que tuvieron cuando decidieron sustraer unos carritos de la compra cargados con material de primera necesidad. No olvidemos que, ya en aquellos momentos, el Gobierno dejó entrever su postura al tratar aquellos hechos como si de un asunto de Estado se tratase. Con esta reforma, por fin, tiene disponible la cobertura legal que permita tratar a quienes denuncian la pobreza y la miseria como si fueran delincuentes. Mientras tanto, no hay noticias de que el nuevo Código Penal incluya medidas efectivas contra quienes delinquen a base de evadir capital o vulnerar derechos fundamentales como promover recortes sociales.

viernes, 2 de mayo de 2014

Barbarie en la actual Ucrania apoyada por Europa

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Fuente: Público
No es necesario dar ningún rodeo para afirmar que lo que está ocurriendo en estos momentos en Ucrania es barbarie en estado puro. Una mezcla de limpieza étnica e ideológica perpetrada por grupos filonazis convertidos en brazo armado y ejecutor de facto de un gobierno de dudosa legitimidad apoyado por Europa y los EEUU. Una situación de emergencia para satisfacción del bloque atlantista, más preocupado en crear problemas a una Rusia de la que depende energéticamente que de la caja de Pandora que abrieron hace apenas unos meses en aquella zona. Mientras tanto, la prensa occidental se limita a trasmitirnos la fría contabilidad de muertos en las ciudades prorrusas de Ucrania, como si todo fuese consecuencia de la avidez expansionista del singular "zar" Vladimir Putin.

jueves, 1 de mayo de 2014

Nuevos recortes en sanidad (para variar)

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Fuente: Vozpópuli
Ya sabemos que les obliga Europa, que si la herencia recibida, que no tienen más remedio y mil excusas más... pero tampoco olvidamos que cada recorte en derechos fundamentales como educación, sanidad o dependencia corresponde plenamente con el dogma ideológico que profesan. Nos gobiernan quienes mandan a sus hijos a colegios y universidades privadas que, cuando enferman, acuden a clínicas privadas. Gente alejada de la mayoría de la población para quienes lo público es algo que les molesta, un gasto accesorio que preferirían emplear en subvencionar empresas privadas o en rescatar bancos. Por eso, cuando Europa les dice que toca recortar otros 150 millones de euros en Sanidad, lo harán sin pestañear.