viernes, 29 de junio de 2012

El papel de España en la UE: "el tonto de la clase que sólo destaca en deportes y en religión"

Gran parte de la ciudadanía tiene la sensación de que, en muchos aspectos, España está tocando fondo. Tras el eficientísimo desmontaje del Estado del Bienestar, como tributo a la Europa del capital, nuestra élite gobernante parece perdida, sin rumbo, en una continua lucha por ganar tiempo en una huida hacia ninguna parte. La población española se encuentra embargada por el pesimismo, con la única esperanza de que los  enormes sacrificios realizados en honor a los dioses mercados sirvan para algo. Se trata del reflejo de la impotencia de saberse condenados a vivir peor que generaciones anteriores, donde sólo queda aferrarse a aquella ley empírica que dice que las crisis son cíclicas, lo que asegura saldremos de ésta. Pero, ¿en qué condiciones quedarán los ciudadanos después de la crisis?

Los últimos gobiernos han sido cómplices de la destrucción y desaparición de derechos que habían costado décadas de lucha. Hemos pasado de la aznarísima "España va bien" (para los de siempre) a la del "no os fallaré" (amigos banqueros) de Zapatero. Sonados eslóganes que con el tiempo demostraron estar vacíos de significado para la ciudadanía de a pie, resultando ser tan sólo frases bonitas en el marco de una continua campaña electoral que comienza justo al día siguiente de las últimas elecciones. Nos encontramos con políticos al servicio de los grandes poderes, cuyas demandas en perjuicio de la clase trabajadora justifican en torno a una ridícula neolengua orweliana, diseñada para evitar decir lo que se pretende realmente hacer. Ya no se desmantela el sector público, ahora se realizan ajustes estructurales; ya no se bajan los salarios, ahora se llevan a cabo devaluaciones internas; la lucha de clases quedó en el olvido, pues ahora es unilateral y se denomina austeridad.

Es natural que la población desconfíe cada vez más de la casta política. Los representantes de las formaciones que acaparan el monopolio del acceso al gobierno -comúnmente conocido por bipartidismo- demuestran con sus actos que sus palabras no tienen más validez que la publicidad engañosa para obtener votos. De este modo, cuando el Presidente afirma sin complejos que "hará cualquier cosa aunque haya dicho que no lo haría"[1], tan sólo reafirma su compromiso hacia sus verdaderos señores, los oligarcas de la Europa rica.

Con razón hay quien denomina a este trozo de tierra Españistán, la España cañí, la de las tradiciones bien arraigadas, como los toros o la sumisión a los banqueros alemanes; tradición esta última que se remonta a los tiempos de Carlos I[2]. Por eso mismo, quien afirma que España es "el tonto de la clase que sólo destaca en deportes y en religión"[3], ha dado en el clavo. La Unión Europea es como aquel grupo de educación secundaria en el que se cumplen todos los tópicos posibles, donde el rol del abusón va adjudicado sin dudarlo a Alemania, mientras Francia sería su lugarteniente.

Así, el tonto de la clase, en cuanto tiene oportunidad, se aplica para mostrar su pleitesía a los mismos grandullones que se burlan de él. Como rito de iniciación, el tonto de la clase ha de demostrar de que es capaz de hacer lo que se le pida[4]. El resto es historia, la de un pueblo abocado a seguir sufriendo de la ineptitud de quienes hasta ahora les han gobernado, la de gobernantes que sistemáticamente dan la espalda a su pueblo. Prueba de ello es que los próximos recortes ya ni siquiera se anuncian en el Congreso o en ruedas de prensa: se comunican en una asamblea de la patronal de empresarios, la CEOE[5].

¿Cuántos más recortes por el bien del pueblo se continuarán realizando? El precedente de Grecia es preocupante, y no hay indicios que aporten tranquilidad al respecto. El pan y circo permite mantener a las masas distraídas mientras haya pan, pero ¿y cuándo el pan comience a escasear? En nuestro particular espejo griego rara es la semana en la que, a pesar del velo informativo, no nos enteramos de nuevos suicidios por desesperación[6]. Por muchas jornadas religiosas, años jubileos, copas de fútbol o deportistas de élite, el camino reservado para el pueblo español no parece nada halagüeño. Ante tan negro panorama puede ser, como ocurre en la vida real, que el tonto se deje aconsejar por las malas influencias y decida que la solución a sus problemas pasa por el juego y las apuestas. ¿Les suena Eurovegas?


[1] "Rajoy reconoce que su palabra no vale nada: “Haré cualquier cosa aunque haya dicho que no lo haría”". El Plural, 7 de mayo de 2012.
[2] "España y los banqueros alemanes". Expansión, 7 de junio de 2012.
[3] "Los Chikos del Maíz: "Utilizamos la música como medio de contrainformación de masas"". Público, 27 de junio de 2012.
[4] "Rajoy se reúne con Sarkozy y Merkel y les traslada que "España va a ser un país fiable"". RTVE Noticias, 8 de diciembre de 2011.
[5] "Rajoy anuncia que "pronto" aprobará nuevas medidas económicas "difíciles"". Cadena SER, 25 de junio de 2012.
[6] "Aumentan suicidios en Grecia provocados por la crisis". Prensa Latina, 29 de junio de 2012.

martes, 26 de junio de 2012

Eurovegas: una intolerable cesión de soberanía a una empresa privada

Eurovegas no sólo implica la creación de una isla del juego en España, con todo lo que ello puede conllevar en inseguridad ciudadana y blanqueo de capitales, sino una auténtica cesión de soberanía por parte del Estado, al permitir a los gobiernos autonómicos la adaptación de las leyes según las exigencias de la multinacional norteamericana.

Desde que se hizo público el interés de la multinacional del juego Las Vegas Sands Corporation de establecerse en España[1], hemos podido asistir a una lamentable reedición de Bienvenido, Míster Marshall. De ser un completo desconocido para la opinión pública española, Sheldon Adelson ha pasado a convertirse en una especie de rey Midas a quien los gobiernos autonómicos de Madrid y Cataluña -también lo intentaron Valencia y Canarias, con menos fortuna- tratan de convencer para que lleve su oro a sus respectivas autonomías.

La solución al rampante desempleo que sufren los ciudadanos del Estado español parece pasar ahora por la creación de enormes complejos dedicados principalmente al negocio del juego y las apuestas. El magnate norteamericano promete, de inicio, 15 mil puestos de trabajo para la construcción de las infraestructuras y otros 15 mil de forma estable para cuando el megacasino esté operativo[2], un número de empleos para nada espectacular si tenemos en cuenta que, tan sólo entre enero y marzo de 2012, se perdieron 374 mil puestos de trabajo en todo el territorio español[3].

Aunque la dramática situación actual obligue a tomar en cuenta cualquier iniciativa que permita la creación de empleo, no es menos cierto que, en el caso que nos ocupa, las administraciones implicadas van camino a regalar un cheque en blanco a la multinacional norteamericana. Las exigencias que ésta plantea implican una serie de cambios en la legislación española que, de concederse, supondrían una grave cesión de soberanía del Estado a una empresa privada.

Con la excusa de la creación de empleo, Adelson exige una serie de privilegios a costa de los derechos laborales de sus futuros empleados, como la inexistencia de convenio colectivo, o de la sociedad en su conjunto, como dos años de exención de cuotas a la Seguridad Social. A todas luces, la lista de concesiones por un puñado de puestos de trabajo -de los que, por cierto, no se detallan las condiciones- es inaceptable[4]. Años de discusión y consenso han sido necesarios para desarrollar una ley del tabaco que proteja el derecho a la salud de los no fumadores, homologada con los países europeos más avanzados, para que los intereses de una corporación vuelvan a primar sobre la salud pública. Un tanto podría decirse del hecho de que los menores pudieran acceder a los casinos[5]. Ni que decir tiene que las exigencias de Adelson en materia fiscal convertirían el lugar elegido para el establecimiento de Eurovegas en un sumidero de dinero de dudosa procedencia[6].

La posibilidad de que se establezca en España una copia cutre de Las Vegas no representa en absoluto una oportunidad para los ciudadanos. Incluso aunque se llegase a alcanzar la idílica cifra de 250 mil empleos para el año 2025, habría que preguntarse a costa de qué y en qué condiciones[7]. Por lo pronto, nos encontramos ante unos gobernantes que se rebajan lo indecible para conseguir los favores de un magnate que reconoce abiertamente su aversión a los sindicatos y su negativa a la redistribución de la riqueza[8]. Los mismos gobernantes que olvidan la importancia del I+D, que exilian por decreto a sus investigadores al extranjero, que amenazan con convertir la educación universitaria en un lujo, que descubren que el futuro de los españoles se encuentra en la hostelería y el juego. El desmantelamiento de la industria española a cambio de fondos europeos, iniciada en los ochenta, parece dar por fin sus frutos: a corto plazo se vislumbra un país de camareros, pinches y crupieres al servicio de ricachones patrios y extranjeros, sin más derechos que una hogaza de pan y la fortuna de poder volver al día siguiente al trabajo.

Mal precedente se asentaría en España si finalmente se acepta el proyecto Eurovegas. Incluso sin haberse concretado el establecimiento de Eurovegas en España, ya empiezan a darse casos de empresarios españoles que piden la aplicación de las mismas condiciones para sus proyectos[9]. Mientras tanto, algunos gobernantes parecen haber olvidado que las leyes se elaboran en las Cortes Generales -o los parlamentos autonómicos- y no en los despachos privados de magnates del juego. Se ha vuelto a la máxima despótica de "todo para el pueblo, pero sin el pueblo". Las decisiones se toman exclusivamente según criterios financieros e ideológicos, siempre según los dogmas del neoliberalismo. El ciudadano de a pie queda al margen de cualquier decisión. Los argumentos de las plataformas vecinales que se oponen al megaproyecto son ignorados mientras políticos y empresarios locales reciben a los lugartenientes de Adelson como si se tratase de embajadores de una potencia extranjera[10].


[1] "Eurovegas, la última apuesta del triunfador de la crisis financiera". RTVE Noticias, 26 de febrero de 2012.
[2] "Bienvenido, Míster Adelson". Público, 26 de junio de 2012.
[3] "El 90% del empleo destruido en el inicio de 2012 fue en el sector privado". Cinco Días, 28 de abril de 2012.
[4] "Las exigencias de Sheldon Adelson para hacer las Eurovegas en Madrid". Financiero Digital, 9 de marzo de 2012.
[5] "Holanda del Sur, Macao del Norte". El País, 24 de junio de 2012.
[6] "Los técnicos de Hacienda: Eurovegas servirá para blanquear capitales como cualquier paraíso fiscal". Expansión, 3 de abril de 2012.
[7] "Adelson aplaza la decisión sobre Eurovegas para lograr más ayudas". El País, 26 de junio de 2012.
[8] "Stop Eurovegas protesta en el Prat contra el proyecto de Adelson". Público, 25 de junio de 2012.
[9] "Cirsa se plantea impulsar un 'Eurovegas' si la Generalitat le ofrece las mismas condiciones que a Adelson"La Vanguardia, 22 de mayo de 2012.
[10] "Los principales empresarios reciben a Las Vegas Sand para vender Madrid". El Digital de Madrid, 26 de junio de 2012.

lunes, 25 de junio de 2012

Diccionario de la Crisis: colaboración público-privada

colaboración.

~ público-privada. 
1. f. Acuerdo entre una administración pública y empresas privadas mediante la cual edificios públicos -habitualmente hospitales- construidos y equipados mediante dinero público, con los impuestos de los ciudadanos y cuyo único fin era la prestación de un servicio público y gratuito, pasarán a manos de aquellas empresas cuyo principal fin, como no puede ser de otra manera, será la obtención de beneficios económicos.*


[*] Definición desarrollada a partir de "La subasta de la Sanidad Pública ha comenzado. Ahora más que nunca ¡DEROGACIÓN DE LA LEY 15/97!". 14 de Diciembre de 2011.

viernes, 22 de junio de 2012

Un frente contra la crisis ha de ser revolucionario, nunca reformista

El compromiso asumido por Julio Anguita de convertirse en referente de un frente cívico contra la crisis ha de entenderse como un intento de despertar la conciencia de clase entre una población mayoritariamente en shock permanente ante la ilusión -de iluso- de que volverán tiempos mejores si acepta sin condiciones los cambios impuestos desde el establishment. De por sí, el hecho de crear esa conciencia de clase es un acto revolucionario.

Es innegable reconocer la mezcla de satisfacción y esperanza que a muchos nos produjo las palabras de Julio Anguita en su ya famosa intervención en Sabadell, el pasado 15 de junio, cuando se comprometió a ser el referente de una operación política con la intención cambiar el país[1].

No es cuestión de fomentar ningún culto a la persona, cosa que ni a Julio ni a quien suscribe nos gusta en absoluto. Se trata de ideas, de programas, de democracia en su sentido etimológico: el poder del pueblo. El haber de Julio es su bagaje político, su incuestionable honorabilidad, su experiencia; elementos en los que basará su papel de referente en este intento de despertar conciencias.

Muchísimas personas han reaccionado positivamente ante el anuncio de Julio Anguita, lo cual se refleja en Internet: gran parte de la blogosfera política ha hecho eco de la noticia, con la inevitable -e ilusionante- difusión del vídeo de tres minutos y medio que recoge el desafío planteado; además, se han creado grupos en Facebook donde muchos preguntan qué pueden hacer para colaborar[2]. Toda una luz de esperanza para una sociedad mayoritariamente sumida en la indiferencia y la resignación.

No obstante, las primeras propuestas están por llegar. Ni que decir tiene que, vengan de quien vengan, cualquier propuesta ha de ser analizada con el mayor rigor posible, único modo de evitar repetir errores del pasado. Sin embargo, hay quien no ha esperado a la fecha anunciada -el fin de semana siguiente al acto en Sabadell- para comenzar las críticas a las palabras de Anguita. La polémica surge de unas declaraciones en las que éste afirma que evita "hablar de izquierdas, de derechas, de socialismo, de comunismo, de república", pues considera que "en estos momentos, la respuesta a esta situación tiene que ser de interclasismo, en esto sigo la estela de muchos maestros que inspiran a los que nos decimos de izquierda"[3].

A partir de aquellas palabras, hay quien se ha atrevido a profetizar que las propuestas de Julio Anguita serán de corte reformista, una especie de "tercera vía" para contento y captación de socialdemócratas desencantados[4]. Aunque hasta disponer de las propuestas, y analizarlas con el adecuado espíritu crítico, no se puede descartar nada, parece demasiado aventurado comenzar con la manida guerra de etiquetas que tanto gusta en ciertos sectores de la izquierda. La vuelta a la absurda competencia entre compañeros a ver quién es menos pequeñoburgués, el primer paso al dogmatismo y el sectarismo, crónico problema que adolece una izquierda ahora, más que nunca, necesitada de encontrar puntos comunes que unan.

La desconfianza es algo normal y sano, siempre que se base en el filtro del escepticismo, sin embargo, cuando su sustento es la rígida ortodoxia, puede conducir a un indeseado inmovilismo. Muchos de quienes han criticado las palabras de Anguita de seguro son personas cultas, conocedoras a la perfección del materialismo dialéctico, quienes sinceramente esperan y confían en una revolución cuyo objetivo sea el establecimiento de un orden más justo, en el que la soberanía recaiga realmente en el pueblo y para el pueblo. No obstante, da la impresión de que sólo aceptarían la aparición de un nuevo Lenin dispuesto a tomar el Palacio de Invierno, a quien seguirían sin pestañear. Ahora bien, romanticismos aparte, ¿cuánto éxito tendría hoy en día, en las condiciones actuales, un movimiento revolucionario así planteado?

Volviendo a Lenin, si éste liderase un cambio en España, no comenzaría hablando de revolución. Hablaría de los problemas que unen a toda la ciudadanía, evocando el "pan, paz y tierra" que en su día movilizó al pueblo ruso. La sociedad actual aún sufre los efectos de un proceso de narcotización tras años de consumismo desmedido, de crédito fácil, del engaño de un mundo idealizado en el que se podía vivir como ricos sin serlo. El ciudadano fue inoculado con el virus de la indolencia y el conformismo. Tras años de aprendizaje condicionado desapareció cualquier atisbo de conciencia de clase, los trabajadores siguen creyéndose culpables de sus propios males. Vivimos la época del eufemismo, donde se confunde democracia con parlamentarismo, solidaridad con caridad e izquierda con PSOE.

En la mente de la mayoría de la población aún no se dan las condiciones para hablar de revolución. El establishment mediático continúa su labor de juez que decide lo socialmente correcto y lo que no, según se desvíe del pensamiento único que hoy impera. Es por eso que Anguita insiste en que "la propuesta programática responde a las demandas de una mayoría no politizada, que huye de la política y que incluso está asustada"[5], el "pan, paz y tierra" de hoy.

A estas alturas, cualquier desafío desde la inteligencia, el ejercicio de la pedagogía, el despertar -en definitiva- de una conciencia común, es de por sí revolucionario. ¿Acaso no nos encontramos en la época de mayores contradicciones de la historia reciente? La apuesta de Anguita pasa por hacer que cada persona apele a su conciencia individual, a la comprensión de la situación actual, a sus causas y a quienes la sufren: "¿qué padre o madre no estaría dispuesto junto a sus hijos a evitar este holocausto generacional?"[6].

Recuerdo, no hace mucho, en una de las muchas manifestaciones contra la multitud de recortes que llevamos sufriendo, cuando un compañero me reconocía la inutilidad de las movilizaciones en cuanto a la posibilidad de que hicieran retroceder al Gobierno en sus pretensiones. Le pregunté, entonces, por los motivos que le hacían acudir a las manifestaciones: "porque es el único modo de que las personas salgan a las calles, vean los rostros de gente con sus mismos problemas y comprendan lo mucho que nos une".

Por si alguien aún no ha leído entre líneas las palabras de Julio Anguita, su pretensión primordial es el despertar de la conciencia de clase. ¿Acaso eso no es de por sí revolucionario?


[1] "Información de urgencia sobre la intervencion de Julio en Sabadell". 18 de junio de 2012.
[2] Vid. "Seguidores de Julio Anguita en Facebook".
[3] "Julio Anguita: "Yo no pienso ir a ningunas elecciones"". Público, 21 de junio de 2012.
[4] Se invita al lector a repasar los comentarios en el grupo de Facebook enlazado en un punto anterior.
[5]"Julio Anguita: "Yo no pienso ir a ningunas elecciones"". Op. cit.
[6] Ibid.

martes, 19 de junio de 2012

El Grecia-Alemania más importante se jugó el domingo 17 de junio

El próximo cruce futbolístico entre las selecciones de Alemania y Grecia en la Eurocopa es señalado, por algunos medios, como el partido en el que los griegos podrán desquitarse de los alemanes que amenazan su soberanía. La realidad es que el partido ya se jugó el pasado domingo, en unas elecciones en las que ganó el equipo por el que había apostado la oligarquía Alemana.

"Grecia puede ganar a Alemania"[1] repiten los medios de comunicación griegos para el aleccionamiento de una población desmoralizada, que comprende que la fuente de sus problemas se encuentra en Alemania. El cruce de cuartos de final en la Eurocopa es el único desahogo que se permite a la ciudadanía griega, una concesión de fútil esperanza en forma de victoria futbolística.

Sin embargo, a pesar de la pasión entre los hinchas de una afición, transmitida por igual al resto de un pueblo que sufre la vejación del desmontaje del Estado del Bienestar, tan sólo se trata de fútbol. Noventa minutos de gritos, aplausos, emoción, frente a cuatro años de crisis, y los que quedan por venir. El circo mediático vuelve a cumplir su papel amnésico para que el pueblo griego proyecte a través de sus seguidores -quienes aún tengan la posibilidad de costearse un viaje a Polonia- la frustración de sentirse la cenicienta de Europa, los eternos morosos, los pobres sin remedio.

Pero los griegos se encontrarán ante un espectáculo participado por once millonarios en cada mitad del campo: magníficos futbolistas, apasionados de su deporte, que simplemente irán a realizar su trabajo. La eventual victoria de Grecia será únicamente el resultado de una disputa deportiva en la que sólo puede ganar uno. Las banderas, la tarde del jueves 22 de junio, tendrán aún menos significado. La gloria de Grecia, para el pueblo griego, no cambiará con el resultado de un partido de fútbol.

Y es que el verdadero Grecia-Alemania se jugó en casa unos días antes. Un partido entre el pueblo griego y el capital privado alemán. Una disputa cuyo campo de fútbol se extendía por toda Grecia, de la que muchos ciudadanos no supieron apreciar su alcance. La intromisión de Angela Merkel, un día antes de las pasadas elecciones, pidiendo el voto para quien fuese a mantener sus compromisos con Alemania[2] fue el primer aviso de gol. El siguiente intento de gol vino por parte de Jean-Claude Junker, presidente del Eurogrupo, quien advertía de consecuencias "imprevisibles"  en caso de una victoria de Syriza[3].

Miedo, intromisión, continuas injerencias. Todo el establishment mediático europeo se había unido al once titular de Alemania en su particular intento de golear al pueblo griego. La edición alemana de Financial Times pedía directamente el voto para Samarás y su partido Nueva Democracia[4].

Finalmente, en el último minuto, llegó el gol que decidiría la contienda. Fue en propia puerta. El pueblo griego había renunciado a pelear, aunque muriese en el intento, por elegir su destino. Los resignados otorgaron el voto al mismo bipartidismo que condujo al país a la ruina; los confundidos, a la extrema derecha[5].

Sin embargo, la historia sigue. El bravo pueblo griego que sorprendió a la clase trabajadora de todo el continente con su docena de huelgas generales, despertará de nuevo. Es cuestión de supervivencia. Los intentos de someter a toda una ciudadanía, ante el cargo de conciencia de lo que no son, no pueden durar siempre. De nada vale trasladar la decepción a los estadios, fomentar enfrentamientos entre los "vagos" griegos y los "abusones" alemanes. Tales tópicos sólo son reflejo de las manipulaciones por parte de las oligarquías que se han enriquecido -aún más- por esta crisis[6]. Oligarquía alemana y oligarquía griega, juntas contra todo un pueblo, independientemente de su bandera.


[1] "El fútbol, un bálsamo para la situación griega". Información, 17 de junio de 2012.
[2] "Merkel se "entromete" en las elecciones griegas de mañana". Gomera Actualidad, 16 de junio de 2012.
[5] "Partido neonazi "Amanecer dorado" se arraiga en Grecia". El Economista, 18 de junio de 2012.
[6] Alberto Garzón: "¿Son los griegos unos vagos?". 14 de mayo de 2010.

domingo, 17 de junio de 2012

La injerencia alemana y el acoso mediático a Syriza

Todo indica que la banca privada alemana ha dado claras instrucciones al Gobierno de Merkel y a todo el establishment mediático europeo para desincentivar la intención de voto de la ciudadanía griega a Syriza. La táctica del miedo a un futuro aún peor para Grecia es el único argumento que queda a una oligarquía que niega sistemáticamente el derecho de todo un pueblo a elegir libremente su destino.

Según se ha ido acercando la fecha del 17 de junio de 2012, el nerviosismo entre los representantes de la denominada troika se ha hecho más que notable. Por primera vez en muchísimo tiempo, se ha presentado la posibilidad real de que un candidato que cuestiona el dogma neoliberal pueda acceder a la presidencia de un estado europeo.

El clásico bipartidismo, por el cual dos partidos perfectamente en sintonía con las directrices económicas de la Unión Europea se suceden en los distintos gobiernos a lo largo del tiempo, se encuentra amenazado por la emergencia de Syriza. En vista de las favorables encuestas para esta formación política, Alemania, cuyo papel en Europa se reduce a asegurar que sus banqueros cobren las deudas de los estados periféricos, comenzó una campaña del miedo destinada a desincentivar la intención de voto de los ciudadanos griegos hacia el partido de izquierdas. 

Por supuesto, el establishment mediático ha sido el primero en cargar tintas contra Syriza, que comenzó por lo fácil: el nombre de la entonces coalición. Syriza (ΣΥΡΙΖΑ) es el acrónimo de Συνασπισμός Ριζοσπαστικής Αριστεράς, que se traduciría como "Coalición de Izquierda Radical". El término "radical" ha sido repetido hasta la saciedad en la mayoría de las noticias referentes a la coalición. El término "radical", fuera de contexto, tiene connotaciones negativas. A casi nadie le gusta ser tachado de radical, pues  puede ser sinónimo de extremista, de fanático. Sin embargo, la entrada tercera del término "radical" en el Diccionario de la RAE lo define como "partidario de reformas extremas, especialmente en sentido democrático"[1], sentido mucho más acorde con las intenciones declaradas por el partido griego en su programa electoral.

Así, radicalidad se ha asociado con peligro para Europa. Se ha hablado del impacto de unos resultados favorables a Syriza que harían tambalear las bolsas europeas y al propio euro. La misma mañana de las elecciones, un titular en El País decía "Los griegos deciden en las legislativas el futuro del país y del euro"[2], en el que se implícitamente se asociaba una eventual victoria de Syriza con la salida de Grecia de la moneda europea. Si bien no es novedad afirmar que el pueblo griego lo está pasando realmente mal, su situación sería incluso aún peor en el caso de una eventual salida del euro, pues la consiguiente devaluación de la nueva moneda agravaría su emprobrecimiento, al afectar a sus ahorros y poder adquisitivo[3]. El asunto de la salida del euro ha sido utilizado como elemento de manipulación de tal calado que el líder de Syriza, Alexis Tsipras, ha tenido que aclarar repetidas veces su intención de mantener a Grecia en la Eurozona[4], llegando a hacer evolucionar su eslogan electoral a un clarificador "con los radicales y con el euro"[5]. Quien mejor ha expresado la situación de acoso a Syriza ha sido el Responsable Internacional de la formación, Costas Isychos, al sostener que todo el asunto de la salida del euro "es un chantaje mediático y político antes de las elecciones"[6].

La intención de Tsipras, tal como ha dejado claro en su programa electoral, es la ruptura con las políticas de austeridad que tanto daño han hecho a la clase trabajadora en Grecia, Portugal o España. La cuestión, como ya se apuntó anteriormente, es que estas políticas son impuestas por Alemania con el objetivo de asegurar los cobros de su banca privada. He ahí el temor del Gobierno Merkel: Syriza quiere hacer buena la máxima de que "si usted debe 6.200 euros a un banco tiene un problema, pero si debe 620.000 euros el problema es del banco". Más aún, el BCE no se encuentra en condiciones de permitir la salida de Grecia del euro, aunque llegase a gobernar un partido favorable al regreso al dracma. El motivo lo explica el profesor Vicenç Navarro, quien explica que la salida de Grecia del euro supondría un coste para Alemania del orden de 300.000 millones de euros, con un efecto contaminante sería imposible de evitar que "forzaría una inversión enorme por parte del BCE y Alemania a fin de que no se colapsaran España e Italia"[7].

Cuando Merkel anima a los ciudadanos griegos a votar a aquellas formaciones que digan "sí, mantendremos nuestros compromisos [del pago de la deuda]"[8], trata de eludir el derecho del pueblo griego a realizar una auditoría pública de su deuda, para determinar así qué parte de la deuda puede considerarse "odiosa" y, por tanto, procederse a su anulación. Ni que decir tiene, los primeros perjudicados por tal medida serían los bancos privados alemanes. Por eso mismo, Jean-Claude Junker, presidente del Eurogrupo, ha enviado un claro mensaje al electorado griego de las "impredecibles" consecuencias para la Unión Europea de una victoria de Syriza[9].

Grecia, la cenicienta de Europa, vuelve a sufrir una segunda injerencia en su política doméstica. Primero fue la imposición del tecnócrata Lukas Papadimos como presidente de Gobierno. Ahora, el chantaje del miedo a la población griega para que se abstenga de votar a un partido cuyo programa da la espalda a las nefastas políticas neoliberales, las mismas que llevaron a los trabajadores de todo un país a la ruina. Como bien indica el periodista Pascual Serrano, "cuando ganan los suyos es la fiesta de la democracia y cuando no consiguen ganar es un cataclismo"[10].


[1] Definición de "radical" en el Diccionario de la Lengua Española, RAE.
[3] "Lo que realmente importa a los griegos… y decidirá su voto". La Información, 17 de junio de 2012.
[7] Vicenç Navarro: "Por qué el euro no está en peligro". Sistema, 8 de junio de 2012. 
[8] "Merkel se "entromete" en las elecciones griegas de mañana". Gomera Actualidad, 16 de junio de 2012.
[10] Pascual Serrano: "Ahora los medios ven una “tragedia griega” en la “fiesta de la democracia”". Mundo Obrero, 15 de junio de 2012.

sábado, 16 de junio de 2012

Políticas sociales: el programa electoral de Syriza y su extrapolación al Estado español

Este artículo continúa el recorrido por el programa electoral de Syriza para las elecciones de junio de 2012 en Grecia, centrándose en esta ocasión en las propuestas de carácter social, analizando asimismo la posibilidad de su extrapolación a la realidad española.

Si en artículos anteriores se revisaron las propuestas relacionadas con la deuda pública o la política fiscal, en éste se analizarán las políticas sociales propuestas por Syriza en su programa electoral[1]. Como ejercicio de política-ficción, se planteará la posibilidad de su extrapolación al Estado español.

Utilizar los edificios del Gobierno, la banca y la Iglesia para alojar a las personas sin hogar.

En un momento de crisis no sólo económica sino social, no es mala idea legislar para que los edificios sin uso de administraciones, bancos o Iglesia sean reacondicionados para, temporalmente, alojar a quienes estén sin vivienda.

Asimismo, es inconcebible la cantidad de edificios y viviendas vacías existente mientras cada día tenemos noticias de nuevos desahucios, más gente sin hogar. El artículo 47 de la Constitución Española de 1978 deja bien claro el derecho a una vivienda digna. Sería por tanto legítimo que el Estado forzase a la banca a liberar la inmensa bolsa de viviendas vacías de las que dispone, que no saca a la venta para evitar una caída de los precios. Esa actitud de la banca es, ni más ni menos, que otro modo de especulación.

La cuestión de la vivienda, como elemento básico de bienestar, requiere un tratamiento serio que también implicaría el control de propietarios de múltiples viviendas que adquirieron en épocas de bonanza, y en la actualidad se dedican a su alquiler que, en ocasiones prefieren dejar vacías antes que alquilar por debajo de determinados precios. Para evitar actividades especulativas, podría conseguirse el compromiso de los ayuntamientos para utilizar el Impuesto de Bienes Inmuebles (IBI) como herramienta para limitar el número de viviendas sin uso en muchos lugares de la geografía española. Esta medida podría hacerse también extensible a los locales comerciales, sujetos habitualmente a una especulación desmedida que dispara el precio de sus alquileres, dificultando la supervivencia de los negocios que sustentan a pequeños empresarios y autónomos.

Ayudas de hasta el 30% de sus ingresos para las familias que no pueden afrontar sus hipotecas.

Es una medida solidaria que, acompañada de una ley que contemplase de modo eficiente la dación en pago, evitaría muchos desahucios. No obstante, sería importante que el Estado estableciera mecanismos para evitar la picaresca y que personas que, desde la economía sumergida, tienen ingresos importantes se aprovechen de estas ayudas.

Subir las prestaciones de desempleo para los parados. Aumentar la protección social para las familias monoparentales, los ancianos, los discapacitados y los hogares sin ingresos.
No es justo el argumento neoliberal que sostiene que las prestaciones para el desempleo fomentan la holgazanería. La prestación de desempleo es un derecho que ha de ser respetado: quien pierde su puesto de trabajo se merece una protección. Lo importante es, de nuevo, la existencia de mecanismos de control de la picaresca y el fraude.

Rebajas fiscales para los productos de primera necesidad.

Esta medida tendría que afectar fundamentalmente al IVA, que tendría que ser de un tipo muy reducido para productos de primera necesidad.

Poner en marcha comedores en los colegios públicos para ofrecer desayuno y almuerzo gratuito a los niños.

Se trata de una medida deseable que, además de suponer un alivio económico para los padres, permitiría una mejor compatibilización de las jornadas laboral y escolar.

Aumentar los fondos para la sanidad pública hasta los niveles del resto de la UE (la media europea es del 6% del PIB y Grecia gasta el 3%).

En España el gasto en sanidad pública, aún mayor que el aplicado en Grecia, es inferior a la media europea, representando éste tan sólo el 79,5% del gasto sanitario público per cápita del promedio de la UE-15[2]. La principal causa de la subfinanciación de la sanidad pública española, respecto a la europea, es la reticencia de los sectores más pudientes de la población a aceptar el pago de más impuestos[3]. Un aumento de los fondos para la sanidad pública ha de ir acompañada, necesariamente, de una reforma fiscal progresiva por la que las rentas superiores sean las que más aporten.

Nacionalizar los hospitales privatizados. Eliminar toda participación privada en el sistema público de salud.

Los últimos recortes del ejecutivo de Rajoy presagian la degradación de la calidad de los servicios sanitarios. Un objetivo no explícito de estos recortes es la potenciación de la sanidad privada. Ni más ni menos, la destrucción de la sanidad pública implica una gran oportunidad de negocios para aseguradoras y otras empresas privadas que desean hincar el diente en un sector tan apetecible que, por meras cuestiones biológicas, siempre va a disponer de clientes[4].

En la actualidad, las estadísticas muestran que el sector privado sanitario atiende principalmente a las rentas más altas. El servicio privado se centra principalmente en ventajas relacionadas con la comodidad, que se resumen en la disposición de una cama por habitación, un mayor tiempo en la duración de la visita médica y una lista de espera inferior. Sin embargo, la calidad del servicio en cuanto a recursos y calidad del personal es superior en la pública. Otro elemento diferenciador que no puede subestimarse es el afán de lucro natural de cualquier empresa privada, incluyendo en ello a las compañías del ramo sanitario. Estando la cuestión del negocio sobre el servicio no es de extrañar que las estadísticas acerca de la mortalidad en los centros hospitalarios suelan ser superiores en los privados que en los públicos[4].

Lo lógico, sería la mejora de la sanidad pública en los aspectos de eficiencia y confort para el usuario. Sin embargo, los economistas neoliberales insisten en la inherente falta de eficiencia en la gestión de lo público, incluyendo el servicio público de salud. La realidad demuestra que la eficiencia está relacionada con la gestión, independientemente de sus gestores. Así, por ejemplo, el 68% de la población norteamericana está enormemente insatisfecha con el servicio sanitario en los EEUU, de capital privado[5]. En cambio, la sociedad española califica con un 6,2 (en una escala de 0 a 10) a la sanidad pública española, el servicio público mejor valorado[6].

Eliminar el copago en los servicios sanitarios.

El copago en los servicios sanitarios es una medida injusta que demuestra una clara falta de voluntad política en encontrar la financiación adecuada para la sanidad pública. Resulta más sencillo penalizar el uso de servicios médicos y medicamentos a la población que aplicar una política fiscal que exija solidaridad a las rentas más altas.

Con el copago lo único que se conseguirá será desincentivar a las rentas más humildes a la utilización de los servicios médicos, lo que a la postre supondrá una degradación de la calidad de vida de estas rentas.

Ofrecer sanidad pública gratuita para las personas desempleadas, sin hogar o sin ingresos suficientes.

Sobre el papel, el derecho a la sanidad pública gratuita universal se encuentra plenamente reconocido en el Estado español. No obstante, la reciente reforma sanitaria sienta las bases para una sanidad pública de dos velocidades. A pesar de las promesas de la Ministra de Sanidad, está por aclarar las limitaciones en los servicios que, en esta época de recortes de los servicios públicos, habrá para aquellos ciudadanos que tengan que sacarse la tarjeta sanitaria para los "sin recursos" y, sobre todo, el "limbo" sanitario en el que quedan aquellos ciudadanos que sean considerados "con recursos" a pesar de encontrarse desempleados[7].

Facilitar a los inmigrantes la reagrupación familiar. Permitir que los inmigrantes, incluso los indocumentados, tengan acceso pleno a la sanidad y la educación.

La cuestión de la inmigración es muy delicada, pues es fácilmente utilizable con los partidos más conservadores como arma electoral. Las políticas sinceras, y bien diseñadas, de integración son fundamentales para evitar, no sólo posibles problemas de convivencia, sino la satanización de los trabajadores de origen extranjero por parte de los medios afines a aquellas fuerzas políticas.

Un peligroso argumento utilizado para justificar la reciente reforma sanitaria iba referido a la cuestión del "turismo sanitario", que viene a asociar a los ciudadanos extranjeros con abusos sistemáticos del sistema público de salud. En primer lugar, hay que recordar que el hecho de apartar a cualquier grupo de personas del sistema sanitario implica un peligro latente para la salud pública que, además, atenta contra los derechos fundamentales de estas personas[8].

La cuestión del "turismo sanitario", como abuso, ha de combatirse en términos administrativos, básicamente con el establecimiento de acuerdos de reciprocidad con terceros países. Lo que es injusto es la negación del derecho a la salud de las personas.

Garantizar los derechos humanos en los centros de detención de inmigrantes.

Medida totalmente lógica y coherente con la Declaración Universal de los Derechos Humanos firmada tanto por España como Grecia. Sería deseable que las pesadillas denunciadas en los CIES pasen a ser un mal recuerdo tras la nueva regulación recientemente aprobada[9].

Despenalizar el consumo de drogas, combatiendo solo el tráfico. Aumentar los fondos para los centros de desintoxicación.

Efectivamente, lo que hay que combatir es el tráfico ilegal y no el consumo. Incluso sería interesante, con el objetivo de debilitar a las mafias del narcotráfico, abrir un debate en la sociedad sobre la conveniencia de legalizar la venta -a través de centros controlados por el Estado- de ciertos estupefacientes.


[1] Disponible en la web oficial de ΣΥ.ΡΙΖ.Α. (Syriza) y traducido al castellano en "El programa de la izquierda radical griega".
[2] Vicenç Navarro: "El error de las políticas de austeridad, recortes incluidos, en la sanidad pública". Gaceta Sanitaria, 18 abril de 2012.
[3] Vicenç Navarro: "Los recortes en la sanidad pública". El Plural, 14 de noviembre de 2011.
[4] "La sanidad privada se 'frota' ya las manos: asegura que atenderá todo lo que no cubra la pública". Diario Crítico, 10 de mayo de 2012.
[4] Vicenç Navarro: "El error de las políticas de austeridad, recortes incluidos, en la sanidad pública". Op. cit.
[5] Vicenç Navarro: "Los recortes en la sanidad pública". Op. cit.
[6] Ibid.
[7] "Cinco claves para leer la reforma sanitaria". Diagonal Periódico, 26 de abril de 2012.
[8] "Sin derecho a la asistencia sanitaria gratuita". Diagonal Periódico, 28 de abril de 2012.
[9] "Interior enseña el CIES de Aluche vacío de inmigrantes". Cadena SER, 16 de junio de 2012.

miércoles, 13 de junio de 2012

Las pitadas al himno, importantísima cuestión de Estado

A los ciudadanos españoles no nos queda más que la ironía para entender el devenir de este Gobierno, falto de planes, plegado a las políticas dictadas desde las oligarquías alemanas. Resulta lamentable que, inmersos en un grave rescate financiero y bajo la amenaza de una segunda intervención, el partido gobernante plantee durante un pleno en el Congreso la prohibición de las pitadas al Himno en los estadios. 

Parece ser que en España ya no hay más problemas que las pitadas a la Marcha Real en algunos eventos deportivos. Tras el "préstamo" concedido por Europa, el optimismo vuelve a la agenda de nuestro Presidente quien, haciendo gala de confianza en sí mismo, puede ahora seguir tranquilamente "la Eurocopa porque se ha resuelto la situación"[1].

Y es que, según la perspectiva del Gobierno español, el Estado vuelve a la senda del crecimiento, la creación de empleo y la fortaleza bancaria. España ha demostrado su saber hacer, su peso en Europa, al conseguir el primer rescate en la historia calificable como "buena noticia"[2]. Las consecuentes y efusivas felicitaciones al Ejecutivo[3] sólo han sido empañadas por agoreros elementos nacionales y extranjeros que no quieren comprender dónde se encuentran ahora los verdaderos problemas del Estado.

Para nuestro flamante Presidente es complicado pasar página cuando hasta la prensa conservadora alemana califica de "surrealista" los delirios de riqueza e influencia de las élites económicas y políticas españolas[4]. Aguafiestas y envidiosos, si no fuese por su carácter personal tímido y reservado, es la respuesta que tendría que dar Rajoy. Las advertencias de prácticamente todo el mundo financiero, político y periodístico no suponen nada ante la determinación que demuestra el Presidente, quien siempre supo que España jamás sería rescatada[5], y por eso insiste en utilizar otros términos considerados más adecuados, cuyo uso además recomienda a los medios de comunicación cercanos a su entorno político[6].
Mariano Rajoy ha tenido incluso el detalle de volver a situar a la siempre olvidada África en el plano internacional al recordar que España no es Uganda[7], puesto que el país africano no ha necesitado ningún rescate mientras España, según indican algunas fuentes, se encuentra al borde de una segunda intervención[8]. No importa que la presidenta de Brasil recuerde que las políticas de austeridad, previamente sufridas en su país, no son el camino que, sin embargo, este rescate obligará a seguir aún con más intensidad[9]. Tampoco llama la atención del Gobierno español la opinión de economistas de la talla de Stiglitz o Krugman, quienes insisten en la inutilidad de este rescate[10], asimismo compartida por gurús de las finanzas como Jim Rogers -nada sospechoso de ser izquierdista-, quien indica que "lo que se está haciendo es quitar los bienes a las personas competentes para dárselos a las personas incompetentes", lo que califica de "una economía y una moral absurdas"[11].

La postura del Gobierno es reflejo de su confianza en el futuro de la economía nacional cuando rechaza la petición de apertura de una comisión de investigación en el Congreso para analizar las causas de la crisis financiera, de la que este rescate ha sido consecuencia, alegando que éste es momento de "mirar hacia adelante", limitándose a pedir "prudencia, responsabilidad y apoyo" a la oposición en esta tarea[12].

No hay mejor manera de mirar hacia adelante que plantear en un pleno del Congreso de los Diputados el asunto de las pitadas en los campos de fútbol al himno del Reino de España[13]. No importa que, horas antes, se anuncie que la prima de riesgo vuelva a subir o que las agencias de calificación rebajen la nota de la recién rescatada banca española[14]: el problema nacional más acuciante es la falta de respeto a los mencionados acordes.

El futuro se presenta oscuro, por mucho optimismo que pretenda trasmitir Rajoy en sus contadas apariciones públicas. La situación económica española es discutida en todos los foros, mientras el Gobierno español se encuentra de merced de las directrices procedentes de Berlín. Hablar a estar alturas de las pitadas a un himno resulta lamentable puesto que se trata -como es evidente- de un asunto sin trascendencia, de "una soberana tontería"[15], como se indica desde la Oposición. El asunto se reduce a una medida planteada con prisas que encubre una torpe y clara estrategia de distracción de la opinión pública. Tan mal estudiada, que el propio partido en el Gobierno tuvo finalmente que votar en contra[16]. Definitivamente, si la respuesta a la grave situación del Estado consiste en proponer limitaciones a la libertad de expresión, entonces el problema es aún mayor de lo que se pensaba.


[1] "Rajoy: El rescate es "muy bueno" y el Gobierno "sabe perfectamente adónde va"". El Huffington Post, 10 de junio de 2012.
[5] "Rajoy asegura que España no será "rescatada" y censura "alarmas injustificadas"". Público, 12 de abril de 2012.
[6] "Telemadrid prohíbe utilizar la palabra "rescate" en sus informativos". FórmulaTV, 12 de junio de 2012.
[7] "Uganda responde a Rajoy: "A nosotros no nos han tenido que rescatar"". Yahoo! Noticias, 12 de junio de 2012.
[8] "The New York Times: "Es inevitable un segundo rescate de España"". Expansión, 12 de junio de 2012.
[9] "Dilma critica el rescate de España y se pregunta hasta cuando servirá". El País, 13 de junio de 2012.
[10] "Stiglitz: "El rescate financiero a España no funcionará"". Expansión, 11 de junio de 2012.
[11] "Jim Rogers: "El rescate de la banca española es una locura, hay que dejar quebrar al país"". El Economista, 11 de junio de 2012.
[12] "El PP rechaza la comisión de investigación sobre la crisis financiera porque "es momento de mirar adelante"". EuropaPress, 12 de junio de 2012.
[13] "El PP quiere prohibir por ley las pitadas al himno nacional". La Información, 12 de junio de 2012.
[14] "Fitch baja de una tacada la nota a 18 bancos españoles". La Información, 12 de junio de 2012.
[15] "IU e ICV tachan de soberana tontería” prohibir las pitadas al himno nacional". El Economista, 12 de junio de 2012.
[16] "El PP se marca un gol en propia puerta con la prohibición de las pitadas al himno". El Confidencial, 12 de junio de 2012.

martes, 12 de junio de 2012

Sectores estratégicos: el programa electoral de Syriza y su extrapolación al Estado español

Este artículo continúa el recorrido por el programa electoral de Syriza para las elecciones de junio de 2012 en Grecia, centrándose en esta ocasión en las propuestas relacionadas con la gestión de los sectores estratégicos, analizando asimismo la posibilidad de su extrapolación a la realidad española.

Si en artículos anteriores se revisaron las propuestas relacionadas con la deuda pública, la política fiscal o las fuerzas de seguridad y defensa del estado, en éste se analizarán las políticas relacionadas con la gestión de los sectores estratégicos de las finanzas, la industria y la energía propuestas por Syriza en su programa electoral[1]. Como ejercicio de política-ficción, se planteará la posibilidad de su extrapolación al Estado español.

Nacionalización de los bancos.

La ausencia de una banca pública ha supuesto un desastre para la economía española en estos tiempos de crisis. No quedan lejanas las súplicas del ex-presidente Rodríguez Zapatero a la banca privada para que hiciera fluir el crédito[2]. No deja de ser una situación chocante, pues la función de un gobierno es legislar para el bien común y no hacer súplicas. La inexistencia de una banca pública lleva a situaciones tan bochornosas como aquélla, que sigue repitiéndose en nuestros días[3].

Efectivamente, la falta de crédito por parte de la banca privada ha sido uno de los agravantes de la crisis que sufren, principalmente, trabajadores y pequeñas empresas. Esto es así porque la banca privada no opera con la misma lógica que lo haría la banca pública, pues el objetivo de la primera es la maximización de beneficios a corto plazo y éstos se encuentran en los mercados financieros, no en la concesión de créditos a nivel doméstico. La banca pública, sin embargo, al estar libre de cualquier criterio cortoplacista impuesto por accionistas privados, puede suministrar el necesario crédito a quienes lo necesiten, dentro de criterios exclusivamente sociales[4].

No se puede olvidar que la presente crisis es principalmente fruto de la especulación a nivel financiero, la cual aun inaceptable, es intrínseca a la lógica de la banca privada. El modo más eficiente de contrarrestar la deriva de la banca privada hacia cualquier movimiento especulativo es con la existencia de una banca pública permanente -no vale aquello de nacionalizar un banco con pérdidas para luego venderlo cuando vuelva al camino de la rentabilidad (véase el caso de Bankia)-, cuya gestión esté perfectamente definida -y supervisada por los poderes democráticos- para evitar lacras como enchufismos, utilización para intereses partidistas o de oligarquías regionales, principales acusaciones a las cajas de ahorros que los dogmáticos del neoliberalismo utilizan para defender la gestión exclusivamente privada de cualquier entidad financiera.

Las evidencias demuestran que la banca privada está al servicio de unos pocos, quienes -como es natural- pensarán en sus intereses particulares, que los llevarán no sólo a rozar la ilegalidad en algunos casos[5], sino a convertirse en un lobby que fuerce leyes a su favor[6]. No es difícil llegar a la conclusión de que, si la circulación de dinero en un estado depende exclusivamente de entidades privadas, éstas tienen el poder de someter al Gobierno al chantaje de un "corralito".

La crítica situación de los estados en situación de rescate de la Unión Europea, condenados a sostener sus respectivos bancos privados -que en época de bonanza se endeudaron con la banca alemana-, hace necesario el planteamiento de un cambio de rumbo como el que propone Syriza. El círculo vicioso de endeudar a los estados satélite de Alemania para rescatar a sus respectivas bancas privadas, todo a costa del nivel de vida de sus ciudadanos, ha de romperse. La creación de una banca pública es el primer paso para ello. Es cuestión de soberanía.

Nacionalizar las antiguas empresas públicas de sectores estratégicos para el crecimiento del país (ferrocarriles, aeropuertos, correos, agua…).

La construcción de la Unión Europea se ha hecho según los dictados de la ideología neoliberal. Los sectores estratégicos de la mayoría de los estados del continente, habitualmente de capital público durante los años de vigencia del Estado del Bienestar, han pasado a ser privatizados. La principal excusa mediática para justificar tales privatizaciones se ha basado en el repetido argumento de la ineficiencia de lo público en la gestión empresarial.

La realidad es que las primeras compañías en ser privatizadas fueron las que presentaban mayor rentabilidad, por lo que las dudas acerca de su gestión quedarían en entredicho. En el caso de España, compañías con beneficios como Telefónica, Tabacalera, Repsol, Gas Natural y Endesa, entre otras, fueron privatizadas, mientras que otras empresas públicas no rentables eran directamente desmanteladas. La venta de las empresas públicas, aunque supusiera un ingreso momentáneo de capital para el Estado, en realidad implicó el corte de un flujo continuo de liquidez que, hasta entonces, entraba en las arcas estatales a través de los beneficios obtenidos.

Desde una perspectiva más allá de lo meramente financiero, la venta de las empresas públicas implica la cesión a manos privadas un capital intelectual que, consecuentemente, deja de estar en manos del Estado. De nuevo nos encontramos ante una cuestión de soberanía: conocimientos y tecnologías, patrimonios hasta entonces públicos, son transferidos a empresas privadas.

Nuevamente, hay que recordar que la razón de ser de cualquier empresa privada es la maximización de beneficios y no la prestación del servicio en sí mismo. Una implicación de que los sectores estratégicos se encuentren en manos privadas es la falta de control sobre los servicios proporcionados por aquéllos. Consecuencia de esto es que, donde no sea rentable ofrecer un servicio, la compañía privada se negará a darlo.

Apostar por las energías renovables y por la protección del medio ambiente.

Estados con reducida producción de petróleo como España han de aportar fuertemente por las renovables como vía para reducir su dependencia energética de terceros países. Desgraciadamente, el camino tomado por España es el inverso[7]. El liderazgo en producción de renovables se está perdiendo principalmente a causa de las presiones de los lobbies del gas, del petróleo, del carbón o de la energía nuclear[8].

La necesidad de proteger el medio ambiente ya no es un simple tópico de obligada inclusión en cualquier programa electoral que se precie, es una apuesta imprescindible y sincera que ha de llevarse a cabo con urgencia extrema ante la situación climática y ambiental que se presenta a corto plazo. La Unión Europea ha de convertirse en el abanderado contra el cambio climático, convirtiéndose en contrapeso de los grandes intereses que obstaculizan la aplicación de protocolos conservacionistas, como el de Kioto. A nivel doméstico, la protección ambiental ha de contemplarse como un factor de creación de nuevos puestos de trabajo. La protección, conservación y restauración de bosques, acuíferos naturales, ríos y costas necesita de la conjunción de personal especializado y tecnologías específicas que, bajo la correcta tutela de las administraciones públicas, conllevarían el liderazgo de España en materia medioambiental.

***

Bajo las tres propuestas enumeradas en este artículo subyace el común denominador de la soberanía de los estados. Las finanzas de Grecia y España se encuentran bajo la tutela del Gobierno alemán. Los bancos privados de ambos estados, endeudados con sus homólogos alemanes, estrangulan las respectivas economías nacionales. En la cuestión industrial, energética o tecnológica la cuestión no es muy distinta. La entrada de ambos estados en el Unión Europeo supuso un importante flujo de ayudar para el desarrollo que, como contrapartida, implicaba la reconversión de las industrias nacionales, su privatización y, por último, su adaptación a las necesidades de Berlín. Incluso el trono del liderazgo perdido en energías renovables acaba de pasar a Alemania[9].


[1] Disponible en la web oficial de ΣΥ.ΡΙΖ.Α. (Syriza) y traducido al castellano en "El programa de la izquierda radical griega".
[2] "Zapatero pide un "esfuerzo adicional" a la banca en la concesión de créditos". Heraldo de Aragón, 2 de febrero de 2009.
[3] "Rajoy pide a la banca que facilite créditos a familias y emprendedores". La Vanguardia, 6 de marzo de 2012.
[4] Alberto Garzón: "Banca pública, Bankia, especulación y banco malo". 9 de mayo de 2012.
[5] "Botín seguirá 'bajo sospecha' fiscal durante años, según los inspectores de Hacienda". El Confidencial, 7 de febrero de 2012.
[6] Vicenç Navarro: "La influencia política y corruptora de la banca en las “soluciones” a la crisis". Sistema, 20 de noviembre de 2009.
[7] "“España dejará de ser líder en energía eólica” resaltan medios de Alemania y Polonia". RadioCable, 7 de Febrero de 2012.
[8] "Alemania, España y la nueva arquitectura energética". Energium, 8 de agosto de 2011.
[9] Ibid.

lunes, 11 de junio de 2012

A pesar del rescate, podemos seguir fieles a "La Roja"

Las coincidencias de los anuncios de ajustes, recortes y demás peligros para el bienestar de la clase trabajadora con noticias de índole deportivo se perfilan, cada día más, como parte de una estrategia de manipulación de masas, por parte de los grandes poderes, para eliminar cualquier capacidad crítica hacia tales medidas.

Lunes 11 de junio de 2012, comienza la semana laboral inmediatamente posterior al anuncio del préstamo a la banca privada, eufemismo del Gobierno español para referirse a un rescate de 100 mil millones de euros cuya responsabilidad de devolución recae sobre el propio Estado. En la práctica, las pérdidas de la banca privada han vuelto a socializarse entre todos los españoles. No pasarán muchos días hasta que nuevas medidas -otro eufemismo para referirse a recortes sociales y penalizaciones al nivel de vida de los trabajadores- sean anunciadas. Se sospecha que, como poco, habrá subida del IVA y de otros impuestos indirectos, los trabajadores públicos verán de nuevo empeoradas sus condiciones laborales, las prestaciones por desempleo serán reducidas y las pensiones serán de nuevo afectadas[1]. Ante una situación de tal calibre, el tema de conversación de este lunes tendría que ser el rescate y sus consecuencias. Pero no, muchos españoles prefirieron dejar a un lado las sombras de las penurias que se avecinan para evadirse en los goles del partido con la selección de Italia.

No se trata de algo nuevo. Los eventos deportivos de masas han sido tradicionalmente utilizados como elementos de distracción de la opinión pública ante anuncios de medidas impopulares por parte de las élites gobernantes. Podemos remontarnos al anuncio del "medicamentazo" en 1998, coincidente con la destitución del entonces entrenador de la selección española, Javier Clemente. Los titulares de prensa aquellos días se centraron exclusivamente en el destino del seleccionador, pasando a un segundo plano la reducción de medicamentos disponibles para los usuarios de la Seguridad Social. Si atendemos al tópico de que el deporte es vida, también habría que añadir su condición de balón de oxígeno para las autoridades, que encuentran en las grandes noticias deportivas el instrumento perfecto para disminuir el impacto mediático de sus perjudiciales medidas.

Sin embargo, es interesante -y esperanzador- ver como algunos medios de comunicación han publicado en estos días listados de otras coincidencias mediáticas entre anuncios negativos y sucesos deportivos[2][3]. Éstas se remontan al anuncio de la reforma laboral de 2010, coincidente con el debut de España en el Mundial. La siguiente reforma laboral, en febrero de 2012, también coincidió con otra noticia deportiva que copaba portadas, en este caso la clasificación para la Copa del Athletic de Bilbao y el FC Barcelona. Más recientemente nos encontramos con un mes de abril repleto de coincidencias deportivas: el anuncio de los Presupuestos Generales del Estado, el recorte de 10 mil millones en Sanidad y Educación, la aplicación del copago sanitario para los jubilados, el viaje del Rey a Botswana o la divulgación de los primeros resultados de la Encuesta de Población Activa (EPA) tras la reforma laboral. En cada caso ha habido coincidencias con noticias deportivas, fenómeno que también se ha repetido durante todo el asunto de Bankia.

Esta práctica de hacer coincidir en el tiempo temas trascendentales para la opinión pública con los asuntos deportivos es identificada por Noam Chomsky como la estrategia de la distracción[4], lo que a su juicio es el "elemento primordial del control social". Se trata de "mantener la atención del público distraída, lejos de los verdaderos problemas sociales, cautivada por temas sin importancia real"[5], de modo que así se pueda "mantener al público ocupado, ocupado, ocupado, sin ningún tiempo para pensar; de vuelta a la granja como los otros animales"[6].

Así, los ciudadanos de a pie preferimos hablar de fichajes o de goles, de victorias de "nuestros" deportistas o la injusticia de sus derrotas. Resulta más cómodo hablar de temas triviales, en los que la mayoría estaremos de acuerdo, alejándonos así de agrias polémicas a consecuencia de enfrentar nuestra percepción personal de los cambios políticos con las de otros ciudadanos, que podrían pensar distinto a nosotros. Nos instalamos en la comodidad de evitar el conflicto, pero rehuimos también el debate y, sobre todo, el sano ejercicio de pensar por nosotros mismos. Mientras tanto, otros lo hacen en nuestro lugar.

La estrategia de la distracción se repite una y otra vez. Si días antes del rescate, Mariano Rajoy hacía pedido a la selección española "una alegría ahora en estos tiempos tan complejos y difíciles"[7]; en esta ocasión, una vez consumado el rescate -con toda la incertidumbre en ciernes-, el Presidente apostillaba: "Me voy a la Eurocopa porque se ha resuelto la situación, la pena es que me perderé el partido de Nadal"[8].


[1] Ignacio Escolar: "La letra pequeña del rescate a España". El Diario, 9 de junio de 2012.
[2] "¿Casualidad o predeterminación? Cuando el deporte tapa la crisis". La Información, 10 de junio de 2012.
[3] "Fútbol y recortes, 'unidos' durante la crisis". El Mundo, 3 de mayo de 2012.
[4] Noam Chomsky: "Las 10 estrategias de manipulación mediática". 6 de marzo de 2012.
[5] VVAA (1979): Armas silenciosas para guerras tranquilas, p.23.
[6] Ibid, 24.
[7] "Rajoy les pide a los jugadores españoles una alegría para el país". Sport, 1 de junio de 2012. [8] "Rajoy: El rescate es "muy bueno" y el Gobierno "sabe perfectamente adónde va"". El Huffington Post, 10 de junio de 2012.

domingo, 10 de junio de 2012

Diccionario de la Crisis: préstamo

préstamo.
1. m. Eufemismo utilizado por el Gobierno español para referirse al rescate de la banca privada española para evitar comparaciones con Grecia, Portugal o Irlanda, estados anteriormente rescatados. Según lo pactado, el responsable último de la devolución del préstamo y sus intereses es el Estado español, así la cuantía de este préstamo pasa a engrosar la deuda pública.*


[*] Definición desarrollada a partir de "No lo llamen rescate, llámenlo... "préstamo"". Público, 9 de junio de 2012.

martes, 5 de junio de 2012

Diccionario de la Crisis: cultura

cultura.
(Del lat. cultūra).
~ del esfuerzo.
1. f. Apología de la filosofía laboral impuesta en las sociedades del sudeste asiático para el beneficio de las oligarquías dominantes -importada a Occidente fundamentalmente por pequeños empresarios de origen chino que aplican a sus propios negocios- en la que las condiciones de trabajo rozan la precariedad con jornadas de trabajo de más de 14 horas, inexistencia del derecho al descanso y sueldos precarios. Los bazares chinos practican la cultura del esfuerzo que nosotros no hacemos.*
2. f. Antítesis a la eficiencia en su sentido real, basada en la identificación de la precarización de las condiciones de trabajo como elemento fundamental del éxito de una empresa.**
~ emprendedora.
1. f. Forma parte del discurso ideológico neoliberal, consistente en culpabilizar a los parados de su situación, haciendo ver que las políticas económicas no son las culpables del nivel de paro, sino su propia falta de "espíritu" (iniciativa). Siguiendo Directivas comunitarias, la Ley española 14/2013 proclama el "espíritu emprendedor" y la "confianza en uno mismo" [sic] y trata de imponer al sistema educativo la obligación de transmitir esta ideología. Al no ser una Ley Orgánica, sus primeros artículos, que reforman el sistema educativo, son nulos. Aparte, vulneran la libertad de conciencia y la libertad de cátedra, por lo que también deben entenderse nulos.
V. Emprendedor


[*] Se recomienda el artículo "No quiero la cultura del esfuerzo china", 9 de marzo de 2012.
[**] Se recomienda el artículo "La cultura del esfuerzo, la productividad y otras falacias (o cómo desprestigiar la eficiencia)", 4 de junio de 2012.

lunes, 4 de junio de 2012

"Tenemos lo que nos merecemos": un ejemplo de manipulación contra la clase trabajadora

Tras enterarme de la noticia, confieso que mi primera reacción fue de perplejidad. ¿Cómo es posible que la gente prefiera los toros al empleo? La sucesión de sentimientos que me envolvieron a continuación pasaron del cabreo a la indignación: "tenemos lo que nos merecemos", pensé. Entonces fue cuando me di cuenta de que había caído en una sutil trampa.

Los medios de comunicación tradicionales, los mismos que dependen de grandes empresarios que defienden abiertamente la precariedad laboral -aunque lo hagan bajo el eufemismo de la competitividad-, se hacían eco de un referéndum en el que participaron tan sólo 423 personas. ¿Desde cuándo el establishment mediático presta tanta atención a asuntos de tan poco calibre? Con el Estado español a punto de ser rescatado, la noticia es que los vecinos de un pequeño término municipal deciden que su modesto presupuesto en actividades taurinas siga siendo empleado para tal fin.

Mientras, en algunos foros, contagiados por la misma sensación de indignación, se apresuraron a censurar la actitud de los habitantes de la zona, habiendo quienes los calificaron con toda la sarta de improperios que suele decirse en tales ocasiones, siempre bajo el amparo del anonimato. La conclusión para gran parte de los foreros era el consabido "tenemos lo que nos merecemos". Pero es que, ¿acaso nadie se pregunta por los motivos que llevaron a muchos a votar a favor de la suelta de vaquillas? Encontrándonos ante un municipio azotado por el desempleo, que alcanza al 25% de la población, la lógica nos indica que el voto por el empleo tendría que haber arrasado en las urnas.

Una lectura sosegada de la noticia[1] -tras digerir el impacto del titular-, aporta más información que permite comprender -que no compartir- los resultados de la consulta. Resulta que el Ayuntamiento de Guijo de Galisteo (Cáceres), recientemente salpicado por la lacra del transfuguismo, decide plantear a los habitantes de tres de sus poblaciones el uso que dar a los 15 mil euros de presupuesto que, cada año, se emplea para la suelta de vaquillas en las fiestas locales. La decisión a tomar era o mantener su uso en aquella tradición o emplear el dinero para realizar contratos eventuales a gente del pueblo que lo necesitara. El resultado fue a favor de la suelta de astados en dos de las poblaciones, mientras en la tercera se eligió emplear el dinero para dar trabajo.

Aunque el empleo ha de ser un móvil preferente -es lo que muchos hubiéramos votado en cualquier caso-, sobre todo en los tiempos que corren, y el deseo de todo buen ciudadano es la desaparición del paro, la realidad es que con 5 mil euros por población pocos empleos se van a crear. Hablamos de unos pocos jornales que, si bien aliviarían temporalmente la situación de alguna familia, serían de duración muy limitada. "Puestos de trabajo eventuales", decía el Ayuntamiento en las condiciones de la consulta popular, nada más. Quizás la clave viene de la respuesta de un chico entrevistado por un periódico, quien decía hacer votado a favor de las vaquillas porque "es lo que nos gusta aquí y por eso he votado a favor de esa opción porque el empleo municipal ya sabemos que aquí va siempre a las mismas personas"[2].

A pesar de lo que dicen los titulares, los presupuestos implicados en la consulta sólo afectan a la suelta de vaquillas. Las tradicionales corridas de toros que se celebran en el pueblo, más caras y de disfrute limitado a quienes puedan pagarse la entrada, no se verían afectadas. Así, a aquellos que criticaron al "pan y circo" votado por los guijeteños, habría que puntualizarles que el "circo" jamás corrió peligro. De incluirse realmente los toros en la consulta, habría disponible un presupuesto mucho mayor que quizás hubiera dado para crear algún empleo de carácter estable en el pueblo. Ante tales condiciones, es razonable pensar que el resultado hubiera sido distinto; al menos se hubiera movilizado más población, pues a esta consulta sólo acudió a votar una tercera parte de los electores. La mayoría de la población de Guijo comprendió que aquel "democrático" dilema que se les planteaba no era más que un brindis al sol que nada iba a solucionar, quizás una desesperada cortina de humo para hacer olvidar el reciente episodio de transfuguismo en el Ayuntamiento.

Quizás la gente no sea tan tonta, ni los guijiteños tan "ignorantes". A pesar de las declaraciones de algunos jóvenes lugareños -entrevistados por los mismos medios- que afirmaban anteponer la diversión al trabajo, la historia de fondo es la repetida desconfianza hacia nuestras administraciones públicas, fruto de la habitual falta de transparencia, de la lacra del enchufismo y el clientelismo que tanto daño hacen a nuestros pueblos y ciudades. Claros síntomas del déficit democrático que sigue existiendo en nuestras instituciones. En definitiva, independientemente de la elección del voto, gran parte de los habitantes de Guijo fueron conscientes de que el resultado de la consulta no iba a cambiar el destino de los parados su pueblo. Por eso la mayoría ni se molestó en votar.

Sin embargo, tertulianos oportunistas, a nómina de algunas de las grandes empresas que controlan los medios de comunicación, ilustrarán este suceso como ejemplo la ignorancia supina del pueblo español. Nos recordarán que "tenemos lo que nos merecemos". El argumento será que, para una vez que se nos deja elegir, tomamos la peor decisión. Una peligrosa y casi inevitable reflexión subyacente detrás de noticias como ésta, un pequeño aleccionamiento para que aprendamos a aceptar las decisiones de quienes oficialmente verdaderamente saben: expertos tecnócratas, gurús de la economía, las finanzas y el mercado laboral. Aunque hoy haya más desempleo que nunca.

Y es que, cuando interesa, es conveniente recordar y magnificar los peores defectos de la raza patria. Si tenemos políticos corruptos, es por la picaresca española, pues todos haríamos lo mismo si nos encontrásemos en el lugar de aquéllos. Si ahora estamos en crisis, es porque los españoles no fuimos previsores y, por tanto, vivimos por encima de nuestras posibilidades. Tantas patrañas que, poco a poco, van calando en el subconsciente hispano. Y terminamos aceptándolas como algo normal por lo que, en el fondo, tenemos merecido lo que nos ocurra. ¡Qué peligrosa es la manipulación de los medios cuando estamos con la guardia baja!

Por cierto, aquellos tertulianos que tanto repetirán el "tenemos lo que nos merecemos" bien podrían aplicar el mismo criterio a la hora de hablar sobre el actual Gobierno, cuya mayoría absoluta utiliza sistemáticamente para incumplir gran parte de sus promesas, castigando con aquélla a todo un pueblo, incluyendo a quienes le otorgaron su confianza.


[1] "Los toros ganan al empleo en un referéndum en tres poblaciones de Cáceres". Cadena SER, 3 de junio de 2012.
[2] "Los toros ganan al empleo en el referéndum de Cáceres". El Mundo, 3 de junio de 2012.
[3] "Las mentiras de Rajoy". Cadena Ser, 27 de abril de2012.

domingo, 3 de junio de 2012

Rodrigo Rato, ¿candidato a ocupar La Moncloa?

El estallido de la crisis de Bankia acrecienta, más que nunca antes, la posibilidad de que España sea rescatada, con la consecuente cesión de soberanía -aún más- que esto significaría. A pesar de su papel de máximo responsable de Bankia, Rodrigo Rato cumple con el perfil de tecnócrata sumiso a las tesis neoliberales que podría encumbrarlo a la presidencia del Estado español, repitiéndose lo ocurrido en Grecia con Lukas Papadimos o en Italia con Mario Monti.

Transcurrían los últimos años de gobierno de José María Aznar cuando se especulaba con la posibilidad de que su sucesor fuese Rodrigo Rato. Finalmente, como todos sabemos, el testigo del entonces presidente lo tomaría Mariano Rajoy. Se dice que aquello supuso un varapalo para Rato quien, no en vano, fue el último en enterarse[1]. La compensación a tal contrariedad vino de la mano del propio Aznar, quien intercedería ante Bush para asegurarle el sillón de Director Gerente del Fondo Monetario Internacional. He aquí una de las ventajas de apoyar a los EEUU a la hora de invadir Irak: "era un puesto que teníamos asegurado por el apoyo a Estados Unidos en la guerra de Irak, por la foto de las Azores, un puesto para Rodrigo; que no se queje, es el que ha salido mejor parado"[2].

Tras su periplo de tres años en Washington, Rato regresó a España para dedicarse en cuerpo y alma a la banca, apartado de la política pública. Su camino hasta la presidencia de la malograda Bankia le hizo pasar por importantes puestos en otras entidades financieras, entre las que se incluye el Banco de Santander. Desde entonces, sus intervenciones públicas se han limitado a cuestiones técnicas sobre su especialidad, la economía y las finanzas. Se había convertido en uno de aquellos expertos por encima del bien y del mal, que presentaban sus particulares recomendaciones acerca del camino correcto para salir de la crisis[3].

El estallido de la crisis de Bankia, un escándalo que pone en duda la gestión de esta entidad bancaria, parecía en primera instancia que iba a ser el final de cualquier futura aspiración política de Rato. Las capacidades del cabeza visible de aquel banco, el gurú de la economía española, habían sido puestas en entredicho[4]. Sin embargo, quién iba a sufrir en mayor medida los efectos de la situación que derivaría del saneamiento de Bankia sería Mariano Rajoy. A pesar de que las raíces del problema se hunden hasta la época de Aznar, en su obsesión por sacar provecho de la burbuja inmobiliaria para las cajas controladas desde sus feudos regionales de Madrid y Valencia[5], es Rajoy quien se encuentra en estos momentos al mando del Gobierno de un estado sobre el que se cierne, más que nunca, la amenaza del temido rescate. Sabedor de ello, Rato no ha tardado en realizar su particular análisis acerca de las medidas tomadas por el ejecutivo de Rajoy con Bankia[6].

Rodrigo Rato ha demostrado saber nadar y guardar la ropa cuando, sabedor de lo que se le venía encima, dimitió de su cargo en Bankia, que justificaría como "lo más conveniente para esta entidad"[7], mientras preparaba su contraofensiva basada en culpabilizar al actual gobierno de la gravedad alcanzada en este asunto[8]. Las críticas de Rato a las acciones del Gobierno español están en sintonía con las pronunciadas por Mario Draghi, presidente del BCE[9].

A nadie se le escapa que el crédito de Rajoy se agota día a día. La mayoría absoluta otorgada por las urnas hace apenas 150 días no es impedimento para que las encuestas de opinión pública rebajen la valoración de su gestión como presidente[10]. La táctica de dar la callada por respuesta le sirvió para convertirse en delfín de José María Aznar, en detrimento del propio Rato. Su oposición a la participación en la Guerra de Irak, por puro pragmatismo, frente al silencio de Rajoy al respecto, supuso su final en la carrera sucesoria[11]. Sin embargo, el silencio no sirve ante una ciudadanía sumida en la crisis que no comprende los motivos de onerosos rescates a bancos privados mientras los presupuestos en servicios esenciales como la educación o la sanidad son paulatinamente reducidos.

Comienzan a darse las condiciones para que la troika comunitaria plantee cambios en el Gobierno de España. Ya ocurrió con Papandreu y Berlusconi, que fueron sucedidos por tecnócratas elegidos por Europa: Papadimos y Monti. A pesar del desgaste que pueda suponerle el asunto de Bankia, los últimos movimientos de Rato lo colocan como víctima de la incompetencia del Gobierno a la hora de resolver un problema de tal magnitud. Y Rato cumple con el perfil de tecnócrata que tanto gusta en Berlín.

En gran parte de la memoria colectiva española, Rato permanece como el artífice del milagro económico español de la segunda mitad de los años 90. No importa que en realidad se tratase de un espejismo basado en la especulación inmobiliaria y una brutal política de privatizaciones; siendo aún ministro, Rodrigo Rato se salvó incluso de las críticas del principal partido de la oposición cuando, desde sus medios afines, se afirmaba que en Economía era en lo único que el ejecutivo Popular había actuado correctamente[12]. La famosa política de Rodrigo Rato de "apretarse el cinturón" no era más que la férrea aplicación de los dictados del FMI que más tarde él mismo dirigiría.

El papel de Rato en el Fondo Monetario Internacional consistió, básicamente, en la continuación de las políticas neoliberales que había aplicado en España. Su exceso de celo en la aplicación de la doctrina neoliberal supuso la imposición de condiciones tan duras a los países necesitados de préstamos -entre las que se encontraban la reducción del gasto público y la desregularización de la banca y de los mercados de trabajo- que indefectiblemente veían empeorar su situación[13]. Las protestas por la "eficiencia" de Rato fueron tales que surgieron voces, tanto en los países subdesarrollados como en Washington, pidiendo la desaparición del FMI[14].

De la discutible gestión de Rodrigo Rato al frente del FMI apenas se hizo eco en la prensa española. Su abandono del cargo de director se justificó por "motivos personales", nadie planteó más preguntas en España. Años más tarde, en el 2011, un informe de este organismo internacional reprobaba el hecho de que, entre los años 2004 y 2007 -la etapa en la que Rato fue director-, "el FMI no anticipó la crisis, su ritmo ni su magnitud y, en consecuencia, no pudo advertir a sus miembros"[15] pasó con más pena que gloria por las rotativas españolas.

Mientras tanto, el Gobierno se contradice con su propio partido ante la posibilidad de un rescate[16]. Parece indudable el nerviosismo del Ejecutivo que preside Rajoy ante las presiones que están por venir desde Europa, desde donde se ha demostrado que no tiembla el pulso a la hora de dictar cambios en los gobiernos. Rodrigo Rato, el obediente tecnócrata, también lo sabe.

Sea como sea, parece que un hipotético regreso a la "tranquilidad" en España vendrá de la mano de nuevas exigencias desde Europa, cuyas consecuencias volverán a recaer sobre el pueblo. Aunque Rajoy no quiera reconocer la inmediatez de ningún "precipicio"[17], la realidad muestra a muchas familias españolas que ya han sufrido la caída. 


[1] "Rodrigo Rato. Segunda parte". El País, 28 de octubre de 2007.
[2] Ibid.
[3] "Rato cree que un nuevo modelo económico requiere un nuevo modelo laboral". Cinco Días, 16 de octubre de 2009.
[4] "La ´impecable´ gestión de Rato deja 3.300 millones de pérdidas en la matriz de Bankia". Diario Progresista, 29 de mayo de 2012.
[5] "Los 'culpables' de Bankia". E-Notícies, 25 de mayo de 2012.
[6] "Rato critica que Bankia se rescate a costa del Tesoro, los accionistas y el resto de bancos". Cadena SER, 1 de junio de 2012.
[7] "Rato dimite al frente de Bankia". Público, 7 de mayo de 2012.
[8] "Rato prepara su contraataque". El País, 3 de junio de 2012.
[9] "El Gobierno minimiza la bofetada de Draghi sobre Bankia". Público, 1 de junio de 2012.
[10] "Desgaste lento y sostenido del Gobierno". El País, 3 de junio de 2012.
[11] Federico Trillo(2005): Memoria de entreguerras. Cit.en El Cultural. 29 de septiembre de 2005.
[12] Alfonso Galindo (2005): La utopía del mercado. p.172-174.
[13] Vicenç Navarro (2009): "Rodrigo Rato y el Fondo Monetario Internacional". El Plural, 29 de mayo de 2009.
[14] Ibid.
[15] "El FMI hace una crítica demoledora de su actuación en la etapa de Rato". El País, 9 de febrero de 2011.
[16] "El PP desdice al Gobierno y habla ya del rescate a España". Público, 3 de junio de 2012.
[17] "Rajoy: "No estamos al borde de ningún precipicio"". Público, 2 de junio de 2012.